Bajo el matorral

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CAPITULO 1

Un año antes

-¡Mamá déjame en paz!

-¡Ya basta Cameron Margareth Netherfield! Te he dicho que no es no.

-¡AHGGG! -Grité frustrada. Tenia ganas de arrancarme los cabellos, subí a mi habitación dando un portazo para dar a notar lo molesta que estaba. Estoy furiosa, no aguanto ni un minuto más, siempre las mismas peleas con mi madre, tomando las decisiones por mi, no la soporto. Ni siquiera aguanto estar más tiempo en esta casa, tan sola y sofisticada como siempre. Agarré mis converse, mi pantalón y sueter. No me importa que piense la sociedad de Cameron Netherfield.

Salí de la casa, obviando los gritos de mi madre desesperada por saber a donde iba con este tiempo y con la pinta chabacana que llevaba. Estaba furiosa con todos, con mi madre y la manera en la que vivía. Apenas salí, la fuerte lluvia se soltó pero no me importo, seguí caminando a pesar de saber que me mojaría toda.

Luego de llevar tiempo caminando, me di cuenta que mojándome no iba a resolver nada, aunque la rabia se me había pasado. Seguro mañana amanecería con un resfriado de muerte. A lo lejos en los arboles divise un matorral, de algo me serviria, al menos hasta que la lluvia pasara. Todo estaba oscuro y tenia mucho frío... Solo esperaba que no me pasara nada, había grandes posibilidades de morir de un resfriado o ser...ay dios, ser violada por un vagabundo sucio y cachondo.

No se cuanto tiempo había pasado ¿10 minutos? ¿15 tal vez? No lo se, se sentía como horas y la lluvia parecía incrementar. Escuché un ruido, pero quería creer que eran solamente mis imaginaciones, pero todo se desvaneció al ver como un hombre entraba a mi escondite, hubo un minuto de silencio mientras se me quedaba viendo, ese minuto se acabo cuando empece a gritar.

-¡Vete imbécil! ¡Vete de aquí! -Comencé a darle puños en el pecho, probablemente estaba empeorando la situacion. Él hombre trató de agarrarme las manos -. ¡Dejame! ¡Déjame pervertido! Auxilioooo -Grité a todo pulmón mientras que trataba de escapar.

-¡Para loca! -Agarró mis manos con una suya y con la otra tapó mi boca ¡el desgraciado era fuerte!. El espacio era muy pequeño para dos, su aliento chocó con el mío al acercarse -. Si no te callas...te besare y eso...eso solo el primer paso -Mi corazón comenzó a latir rapidamente, no estoy segura si fue por lo que acaba de decir o por ver el principio de su sonrisa y sus ojos marrón oscuro. Al menos ya sabia que no era un vagabundo, en realidad es hasta guapo -. Bien, quitare mi mano ¿ok? No te haré daño, solo trataba de refugiarme y me he encontrado contigo ¿entiendes? -Asentí, eso no explica que amenazara con besarme.

Su mano fue descendiendo hasta dejar mi boca libre. Hizo lo mismo con mis manos, ya no estaba capturada, en realidad nunca lo estuve pero igualmente podía salir corriendo en este momento e irme pero un trueno sonó a pocos metros de nosotros y las ganas se me fueron en un cerrar y abrir de ojos, al parecer él notó mi miedo porque una sonrisa burlona se asomó por sus labios, mis cachetes de encendieron de vergüenza.

-No pasa nada, pronto se acabará la tormenta -Su confianza me hizo calmar un poco, se acomodó bien en su puesto que no estaba muy lejos del mio, más bien, solo nos separaban unos escasos centimetros, aun estaba alerta por si pensaba hacer algo, no me fiaba del todo pero...algo había en él, no lo se, no se veía de esa clase de personas que te hacen daño, solo es un joven de unos veintipico de años, ni siquiera tiene pinta de ladrón o algo por el estilo.

~~

Scott Berry

Hoy había decidido quedarme hasta tarde en el estudio, necesitaba adelantar una obra para la exposición que tengo en unas semanas, cuando empiezo algo me concentro y colocó música a volumen, no me di cuenta que estaba lloviendo hasta que salí del estudio para irme...me hubiera quedado, pero sabia que no tenia comida ni ropa allí para el día siguiente y mi agenda estaba que explotaba de tantos compromisos. Teniendo en cuenta que iba a llegar empapado a casa me adentré en la calle, había pensado que podía parar algún taxi o un autobús pero la suerte no estaba de mi parte, así que continúe caminando, que más daba...estaba todo mojado.

¡NO Me digas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora