¿Quieres hacerlo?

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CAPÍTULO 7

-Shh... shh, tranquila Cam. Bebe esto -Escuchaba sus palabras lejanas. Tan cerca pero a la misma vez tan lejos, trataba de estar estable y procesar lo que me decía pero era difícil. Mi cabeza daba vueltas y mis ojos estaban tan pesados que no podía abrirlos. No sabía si me habían arrojado agua o era mi sudor. Creo que ambas. Sentí algo frío en mis labios, bebí un poco inconscientemente pero se sintió bien. El frío liquido bajó por mi garganta y se sintió bien sentirlo, teniendo en cuenta que mi cuerpo estaba ardiendo de fiebre.

-Yo... -Traté de formular alguna palabra coherente pero lo único que vino a mi cabeza en ese momento fue las ganas irremediables de vomitar -. Vomitar, vomitar.

Un movimiento rápido hizo que mi cabeza diera más vueltas de lo normal. Mi cabeza rebotaba de un lado a otro y tan rápido como fue el movimiento, sentí como alguien sostenía mi cabeza mientras involuntariamente comenzaba a vomitar.

-Eso esta bien Cam, suéltalo todo... te hará bien.

Después de varias arqueadas más, mi cuerpo se relajó y sentí un vacío tranquilizador dentro de mi. Por más que traté de abrir los ojos y fijarme quién me sostenía, el sueño pudo conmigo y fui cayendo a la oscuridad.

~~

Mierda

Mi cabeza dolía a horrores y la luz del sol no dejaba de molestarme. Metí mi cabeza debajo de la almohada y traté de dormir otra vez pero fue imposible. No esperen gran cosa de mi en las mañanas, unas veces me gusta levantarme temprano, otras lloro silenciosamente y rogó por tener un poco más de tiempo para dormir. En este caso no estaba segura si quería la primera o la segunda. Cuando tengo resaca me dan unas ganas irremediables de limpiar todo mi cuerpo y tomarme algo para pasar el dolor de mi cabeza.

No se en qué parte del momento en el que hablaba el torrente de consciencia vino a mi, lo único que sé es que vino y toda mi mente se hizo un revuelo.

Me quité la almohada de encima y me senté rápidamente en la cama. Cama que no es mía. Eso fue lo primero que me di cuenta.

Lo segundo que noté fue la habitación en la que me encontraba. Jamas en mi vida la había visto y eso hizo que mi corazón se acelerara. Claramente no estaba en mi casa y entre los recuerdos revueltos estaba tan claro como el agua: Scott.

Un pensamiento cruzó mi mente. Uno no muy bonito de él y yo teniendo relaciones en esta cama. Eso no pudo haber pasado. Yo no tengo relaciones borracha y siempre que me emborracho Chace esta conmigo. Eso me hizo recordar que el ingrato de mi mejor amigo me dejó votada en la disco, solo no recuerdo a donde fue, se que no dejó la disco pero igualmente me dejó sola. Ahora estoy en un cuarto que no es mío, de un chico que probablemente tuvo relaciones conmigo estando borracha y hasta donde mi cerebro me deja recordar, él estaba perfectamente sobrio.

Ya estaba preparada para saltar de la cama y correr fuera de este lugar cuando abren la puerta y un Scott sin camisa aparece.

Mi respiración se volvió lenta. No sé que fue lo que me dejó sin habla; ver sus abdominales o las gotas de agua que caían de su pelo hasta aterrizar en sus hombros y descender hasta las entradas de su abdomen.

Santa mierda

Pareciera que un cartel frente a él dijera: SEXY MAN RIGTH HERE y una flecha gigante apuntandolo. ¿Es posible que un hombre se vea tan sexy en la mañana?

Oh si, ya lo creo.

Obligué a todo mi cuerpo y cerebro volver a lo que realmente importaba: yo en su cuarto.

-Bueno días Cam -Pasó la toalla por su cabello y lo secó un poco antes de darme una pequeña sonrisa-, te vez mejor, ¿cómo te sientes?

Estaba tan tranquilo, como si nada hubiera pasado. Me levante de la cama ignorando mi punzante dolor en la cabeza.

¡NO Me digas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora