La mejor sorpresa

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CAPITULO 4

Caminamos por las calles de Nueva York. Me hubiera gustado poder decir que solitarias pero es Nueva York, eso era casi imposible. Durante todo el trayecto Scott sostuvo mi mano, tal vez para que no me perdiera o fuera a su mismo paso. Lo cierto fue que en ningún momento me la soltó, ni cuando cruzamos la calle, ni siquiera cuando tuvimos que pasar por una farola que se interponía en nuestro estrecho camino, solo la rodeó quedando más pegado a mi hasta que la pasamos y el espacio personal de cada uno volvió. Lo más desconcertante de toda la situación era que...¡no paraba de ver nuestras manos! Por Dios, tenia a tremendo hombre a mi lado y en lo único que podía pensar era en nuestras manos sujetas

Ya hace más o menos 10 minutos que nos habíamos ido de su galería. No hablamos, en realidad no hacia falta, el silencio era cómodo y cada quien andaba en sus pensamientos, de vez en cuando me fijaba que veíamos a los mismo lugares o las mismas cosas y sonreiamos. Las estrellas, los altos edificios, los bancos solitarios eran nuestro punto en común. Nuestro paso no era rápido pero tampoco lento, solo...era normal, disfrutábamos de nuestro entorno mientras me llevaba a su lugar sorpresa

A veces pensaba que mi decisión fue muy apresurada. Solo acepte sin más, sin saber que secreto esconde, tal vez sea un violador o un loco que se obsesionó conmigo pero a pesar de tener todos esos pensamientos no sentía nada más, ni nervios, ni miedo, nada de nada ¿acaso iba algo mal conmigo? Iba con un chico que solo he visto dos veces a un lugar sorpresa...estoy segura que mi mamá le daría un yeyo, incluso a Chace. Sin lugar a dudas. Y de esto no se pueden enterar, porque tremendo regañón el que me van a dar si eso llegase a pasar

Caminamos un rato más, esta vez ya no estaban los edificios, solo las estrellas, llegamos a un parque extenso, recuerdo haber venido hace un tiempo para una investigación de la universidad, de día se podía apreciar mejor los arboles y el pasto verde y brillante, órita estaba todo oscuro y desierto. Recuerdo las familias haciendo picnics con sus animales, jugando y divirtiéndose. La nostalgia volvió a mi, solo si mi madre fuera un poco más hogareña y divertida, solo si mi padre dejara de complacerla...¿era mucho pedir eso? Que alguien me lo diga porque he pedido cosas más difíciles que esas y me las han dado

El agarre de Scott se hizo más demandante y jalándome un poco más me llevó hasta el final del extenso parque. Recorrimos esta vez medio trotando y caminando el pasto, se puede decir que fue un poco divertido, al final del parque estaba el bosque, aun más oscuro, no se si era cosa mía pero notaba un poco de niebla dandole un toque más tenebroso, los arboles se enredaban entre si y a veces se mezclaban con la oscuridad. Un escalofrío recorrió mi espalda al ver que nos dirigíamos hacia el bosque ¿no pensaba entrar ahí o si-si? Ahora si estaba pensando seriamente en mi decisión de venir

Tragué saliva

Scott se volteó y su dedo comenzó a trazar círculos en mi mano, que en vez de calmarme hizo que mis nervios se prendieran

¿Qué me hara?

Su ceño se profundizó, hizo hincapié de tocar mi rostro pero a mitad del camino bajo su brazo. Una sonrisa destelló en sus labios ¿qué le causaba risa? ¿Por qué siempre sonreía? De paso no se porque razón lo hace ¿acaso tengo cara de payaso o pensara que soy la persona más incrédula por caer en su trampa? Mm tal vez

-¿te encuentras bien? Te veo un poco pálida -no se como pude pero alcance a balbucear un simple "si" -ya estamos cerca o prefieres volver? -su mano se fue deshaciendo de la mía, la tenia tan calentita que al soltarme el frío recorrió mis dedos dándome escalofrío. Pero que idiota soy, se había dado cuenta de lo que estaba pensando ¡que verguenza! Tan bien que se había portado él conmigo en la exhibición incluso el día de la lluvia que tuvo que escuchar mis berrinches y quejas sobre mi madre

¡NO Me digas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora