Parte I: Hu Tianbao

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Hu Tianbao, también llamado ''Dios Conejo'', es la deidad china del amor homosexual masculino

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Hu Tianbao, también llamado ''Dios Conejo'', es la deidad china del amor homosexual masculino. 

Hu Tianbao se había enamorado profundamente de un magistrado, a tal punto que llego a ir a todos los eventos públicos en los cuales este último iba solo para verlo.

No obstante, llevo tan lejos su amor enfermizo que incluso lo espió haciendo sus necesidades en un baño. En tal acto lo descubrieron y fue torturado hasta que confesó lo que sentía por el magistrado. Este por su parte, ordeno recrudecer los castigos a Hu Tianbao hasta provocarle la muerte. 

La muerte del enamorado fue provocado por un crimen pero fue hecho por amor, por lo que los trabajadores del submundo lo hicieron el dios protector del amor homosexual masculino para enmendar el daño. 

Hu ahora transformado en una deidad, se apareció ante su amado y le dijo lo siguiente:

''Aunque haya sido inadecuado espiar a un hombre, ha sido realizado sólo por motivos del corazón y no debería haber sido castigado con la muerte. Ahora el juez de la Prefectura Oscura me ha nombrado dios de los conejillos,​ encargado de las cuestiones del amor entre hombres: deberás construir un templo en mi honor.'' 

Aunque este relato sea un relato legendario, cabe destacar que realmente hubo alguien que construyo el templo de Hu Tianbao en la ciudad de Fuzhou, en la provincia de Fujian. Tuvo que pasar un poco más de un siglo para que este característico culto comenzará a hacerse notar

Un hombre llamado Zhu Gui fue el primero en documentar el culto al Dios Conejo en su libro Cultos prohibidos e inmorales:

''Todos esos bribones viciosos y desvergonzados que, viendo a mozos u hombres jóvenes, desean tener relaciones ilícitas con ellos, rezan para conseguir ayuda del ídolo de yeso. Luego hacen planes para atraer y obtener el objeto de su deseo. Esto se conoce como «la ayuda secreta de Hu Tian Bao'' 

Como lo dice Zhu Gui en su libro, los hombres de la ciudad de Fuzhou iban al templo de Hu para pedirle ayuda para conquistar a los jóvenes de los cuales se habían enamorado. Si daba resultado, tenían que llevar intestinos de cerdo mezclado con azúcar como agradecimiento. 

El templo fue destruido totalmente por las tropas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial.

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