DISCLAIMER: ESTO NO ES YAOI. No lo es y nunca lo será. No contiene escenas sexuales explicitas.
La actitud frente a la homosexualidad, bisexualidad, la transexualidad y otras formas de sexualidades e identidades han variado dependiendo de lugar y d...
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El día 25 de junio de 1864, Karl Friedrich Alexander se corona como el nuevo rey de Wutemberg.
Durante su reinado se introdujo la libertad de prensa y el derecho de voto secreto, directo, universal y paritario entre los miembros del Parlamento.
También en su gobierno participó como aliado de Austria durante una guerra que este último país se enfrentaba contra Prusia por la supremacía en tierras alemanas. No obstante, el bloque austriaco fue derrotado y Wutemberg fue obligado a pagar las consecuencias de la guerra.
No obstante los hechos que más llamarían la atención de este noble alemán fue de su romance con el estadounidense Charles Woodcock.
Charles Woodcock, de 30 años y oriundo de Nueva York(Estados Unidos) viajó a tierras germanas por estudios pero en 1883 conoció a Karl quien lo convirtió primero en su chambelán y posteriormente en barón. Las noticias de que un rey alemán nombró barón a un simple estadounidense y que además le dio una fortuna considerable se dispersaron por el mundo.
Tanto el rey como el barón norteamericano solían asistir a eventos públicos juntos y vestidos de la misma forma, dando a entender que les daba igual la prensa o la opinión pública, pero los escándalos de esta controvertida llegaron a los oídos del propio Otto von Bismarck, gran canciller de Prusia.
Finalmente, para evitar un mismo destino que Luis II de Baviera(otro rey alemán que también tenía amoríos con otros hombres) Karl tuvo que separarse de Charles.
Woodcock regresó a su natal Estados Unidos y Karl I encontró consuelo con el trabajador de un teatro local llamado Wilhelm George.
Cuando Karl I murió (tenía 27 años más que su amante norteamericano) Woodcock escribió y publicó un libro titulado ''Una dama de honor: extractos del diario de Julie de Chesnil, dama de honor de Su Majestad, la Reina María Antonieta'', a quien se lo dedicó al fallecido noble alemán. El libro resultó ser relatos seudoautobiograficos contados de manera novelesca.
