Relato VIII: Aquiles

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Aquiles es uno de los héroes más conocidos de la mitología griega por su participación en la Guerra de Troya, en la cual luchó por el bando de los griegos contra los troyanos

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Aquiles es uno de los héroes más conocidos de la mitología griega por su participación en la Guerra de Troya, en la cual luchó por el bando de los griegos contra los troyanos. 

Tetis, la madre de Aquiles, sabía que su hijo llegaría ser un destacado héroe pero que no viviría para ver la madurez y trató por todos los medios posibles de cambiar ese destino, incluyendo bañarlo en las aguas del río Estigia, pero lo hizo sosteniéndolo de su talón, impidiéndole que esta parte de su cuerpo se bañase en las aguas de aquel río.

Cuando la Guerra contra Troya habia comenzado, Ulises fue en busca de Aquiles para que este fuera a pelear junto con los demás griegos en Troya y Tetis para impedir que su hijo pisase el campo de batalla lo escondió en la isla de Scyros, que estaba gobernada por el rey Licomodes.  El plan fue disfrazar a Aquiles de mujer y que se entremezclase con las damas de la corte de Licomodes durante un tiempo. Cuando Ulises llegó al palacio del rey, este le dijo que puede buscar donde quiera pero que no encontrará a Aquiles. 

Ulises hizo el siguiente truco para que finalmente el hijo de Tetis se hiciera ver: A la habitación donde estaban todas las mujeres hizo llegar un montón de regalos. Entre ellos había una espada y un escudo. Cuando las damiselas comenzaron a tomar los regalos, uno de los acompañantes de Ulises hizo tocar una trompeta de guerra. Aquiles, creyendo que la isla estaba siendo atacada, de manera natural toma el escudo y la espada, revelando finalmente su identidad. Finalmente era hora de que fuera a Troya a luchar, no sin antes prometerle a Deidaimeia, princesa de la isla, que se casarían cuando el volviese tras finalizada la guerra, pues ya habían tenido incluso un hijo. 

Tras llegar a las costas troyanas, se le designó a Patroclo como compañero y desde entonces se volvieron inseparables. Cuando ambos fueron a rezar a un templo, Aquiles pidió secretamente a los dioses borrar a casi todos los humanos de la faz de tierra, dejándolo a él junto con Patroclo solamente. 

Cuando Aquiles llegó para batallar, la balanza se inclinó para los griegos, los troyanos comenzaron a innumerables pérdidas pero aún hacía falta hacer algo para infligir una herida profunda a los troyanos. 

Troilo era el hijo de la reina de Troya y al parecer hijo del mismísimo Apolo, dios del sol, pues su belleza era tal que se pensaba que solo era posible si tuviese sangre divina. La vida de Troilo estaba ligada a la misma Troya, pues una profecía cuenta que si este llegase a los 20 años de edad(tenía 19 en esos momentos), Troya no caería.  A Aquiles se le encomendó la tarea de asesinarlo. 

Aquiles se encontró a Troilo y a su hermana Políxema en una fuente cerca de un templo de Apolo. El héroe quedó impresionado por la belleza de los hermanos, pero eso no impidió que comenzará una persecución a caballo que terminó con Troilo cayéndose del suyo y siendo atrapado por Aquiles. Este, dejándose llevar por el momento, amenazó a Troilo de que lo mataría si no se dejase ''acariciar''. Troilo se negó y logró huir, escondiendose en el templo de Apolo que estaba allí cerca. Aquiles lo siguió y trató de violarlo hasta que finalmente lo decapitó. Apolo, viendo todo este escenario en su templo, se sintió profundamente ofendido; las cosas no se quedarían así. 

Nueve años pasaron los griegos saqueando los poblados y las ciudades cercanas a Troya. Al noveno año, cayó la ciudad de Lirneso. La princesa de la ciudad, Briseida, fue convertida en prisionera y por medio de la repartición de lo saqueado, le correspondía ser de Aquiles. No obstante, Agamenón tuvo que renunciar a la prostituta que le tocó para no enojar a los dioses y para apaciguar su propia ira hizo que Briseida estuviera con él y no con Aquiles. Tras tal injusticia para el hijo de Tetis, juró que no volvería a pelear contra Troya y se retiro junto con sus hombres. Los troyanos nuevamente estaban cobrando la delantera. Agamenón, arrepentido, mandó mensajeros al héroe para que volviese a pelear, prometiendole devolverle a Briseida, pero este siguió negándose a luchar. 

La guerra se recrudece para los griegos hasta el punto en que los troyanos queman sus barcos para que no pudiesen escapar. Patroclo le pidió a Aquiles que le prestara su armadura para hacerle creer a los troyanos que había vuelto a la guerra e infundirles miedo. Aquiles no le agradó la idea, pero igual le prestó la armadura con la condición de que volviese tan pronto hubiese hecho retroceder a los troyanos en favor a los griegos.
En el calor de la batalla, Héctor disparo una flecha que, con ayuda de Apolo, se dirigió directamente a Patroclo, quitándole la vida al acto.

La muerte de Patroclo produjo una profunda tristeza a Aquiles que ni si quiera su madre pudo consolar. El héroe decidió finalmente regresar a pelear. Derrotó a los troyanos y logró asesinar a Héctor. Aquiles finalmente cayó en batalla por Paris, quien le disparó una flecha cuya punta estaba envenenada y se insertó en su talón. 

El cuerpo de Aquiles y Patroclo fueron cremados y sus cenizas mezcladas y metidas dentro de una urna de oro que posteriormente los griegos enterraron en una tumba común. Las almas de ambos se reencontraron en los Campos Elíseos. 

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