Capítulo 7: Sin Vuelta Atrás

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Estaba allí parado, solo me miraba con esa sonrisa tan horrible, no parecía que me fuese a hacer nada, pero por miedo a que lo hiciera me metí en la habitación y la cerré, y moví el mueble que había a mi lado para ponerlo delante de la puerta y costase más abrirla.

Más tarde, empecé a escuchar pasos acercándose a mi puerta.

El Rubrum empezó a golpear la puerta como anteriormente hacía con la puerta principal de la casa.

Hice lo mismo que siempre, me dormí, ya que eso parecía hacer desaparecer las cosas paranormales de mí alrededor.

Así ocurrió, ya no estaba cuando me desperté.

Desayuné y fui a mi despacho, no sabía que hacer ahora, ya había descubierto lo que era aquel ser, pero al parecer nada podía pararlo.

Lo único que se me ocurrió fue buscar algo sobre la página de internet en la que encontré los monstruos, intenté encontrar la página otra vez, y lo conseguí pero tarde 2 días, en los que pasó lo mismo que siempre, al llegar la noche aparecía el monstruo y por la mañana ya no estaba.

Tras encontrar la página contacte de nuevo con el que la llevaba, le dije otra dirección para que no supiese que era yo, al llegar allí, le secuestre, cosa de la que no me siento orgulloso, pero todo aquello lo hacía para que me contase como sobrevivir, ya que él lo había hecho.

Estuve un día entero intentando que me lo dijera, no le torture, porque aún tenía en mi interior una pizca de humanidad.

Al final cedió y me lo dijo,

"Lo primero que debes hacer es conseguir un objeto de alguien anteriormente asesinado por el Rubrum" recordé que tenía el collar de Jessica que anteriormente había encontrado en el parque.

"Después deberás contarle a alguien lo que es Rubrum, para que así, vaya a por él y a ti te deje tranquilo".

Le dije que no quería hacerle eso a nadie, y me dijo que si no lo hacía moriría en terrible sufrimiento.

"Más tarde tendrás que encerrarte en algún lugar protegido de demonios, con sal y otras cosas. Para que en ese tiempo no te pueda hacer nada y mate a la siguiente persona, así quedarás libre del Rubrum"

Después de todo eso, le dije que gracias y le solté.

Aquella tarde no pude hacer nada más que pensar en a quién le debería contar aquello.

Para no sentirme mal pensé en contárselo a alguien que me cayera mal, porque si se lo contaba a alguien que no conocía o a alguien que me caía bien, me sentiría fatal, ya que sería como haberle matado yo mismo.

Como tampoco tenía muchos enemigos me costó encontrar a alguien al que contárselo, por lo que esperé a que se me ocurriera alguien.

Se me ocurrió decírselo a Jack, otro detective que siempre me estuvo intentando sabotear, fui a su oficina, y esperé una hora y media a que me atendiera, ni que hubiese ido a la consulta del médico.

Entré en su despacho y le empecé a contar todo, excepto el cómo podría salvarse claro está.

Ahora el también sería perseguido por aquél ser, ya no había vuelta atrás.

Me dispuse a entrar en mi coche cuando de repente, sentí algo punzante clavarse en mi cuello, empecé a perder el control de mi cuerpo y caí al suelo.

Más tarde empecé a abrir los ojos y estaba en un sitio poco familiar.

Era una habitación cubica, sin ningún mueble, quitando la silla en la que estaba sentado.

Se abrió una puerta que estaba al final de la habitación, era la única zona por la que se podía entrar o salir.

Entró en la habitación, el hombre que secuestre, el cual me dijo como sobrevivir.

Me miraba y se reía, "parece que han cambiado los papeles eeehh" me dijo sin dejar de reír.

No entendía por qué me hacía esto, pero debía escapar si quería que el Rubrum no me matase.

"Se a quien le contaste lo del Rubrum, le borré la memoria, ya no te servirá, jajajajaja".

¿Cómo demonios le había borrado la memoria? ¿Por qué no lo hacía conmigo y porqué me había atrapado?

Tenía tantas preguntas en la cabeza, pero ninguna me iba a ser resuelta.

Estuve un par de días allí, durmiendo en esa silla tan incómoda, atado y comiendo la bazofia que me traía.

Uno de los días me puse de pie con la silla aún atada, me tiré hacía atrás y partí la silla, por lo que me solté de las cuerdas.

Esperé tras la puerta con una de las patas de la silla y nada más volver a entrar, pegué a aquél idiota.

Al dejarlo inconsciente, empecé a correr, tenía que salir de aquél lugar, aunque no sabía que era.

Seguí recto en un pasillo hasta que llegué a una bifurcación, decidí ir hacia la izquierda, ya que vi unas escaleras que parecían ir hacia arriba.

Había una especie de trampilla la cuál pesaba bastante, la empuje y logre abrirla, después salí por ella y estaba en otra sala parecida a la sala donde estaba atado, no entendía que era aquel lugar, pero seguí avanzando, llegue a un ascensor o al menos lo que parecía uno, vi los botones, había 10, pero también una zona para insertar una llave, le di a el bajo, para que me llevase a la zona exterior de donde quisiera que estuviese.

Estuve unos 3 minutos hasta que llegué a la planta que quería, no sé qué demonios era aquél lugar, ni porqué me habrá llevado allí, pero lo importante es que logré escapar. Fui corriendo a la policía y les dije lo que había ocurrido, no les conté nada del monstruo ya que me habrían tratado de loco.

Aquella noche volví a mi casa y por fin volví a dormir en una cama cómoda, tuve suerte de que se me ocurriera lo de romper la silla, no me quiero ni imaginar para qué demonios usará aquel lugar el hombre del bestiario, pero espero que no pueda secuestrar a nadie más.

Ya casi me iba a dormir cuando escuché pasos acercándose hacía mi habitación, me levante rápidamente y cogí una linterna que tenía en mi habitación.

No la encendí hasta estar en el pasillo, cuando llegué escuché atento y al no volver a escuchar nada encendí la linterna, sin ninguna duda, el pasillo estaba vacío, me tranquilice y pensé en volver a la cama, pero antes de girarme escuché un poco de movimiento en la cama, me gire lentamente y vi que en la cama había una forma de algo tapada con la sábana.

Lentamente fui hacía ella, estire mi brazo y levante la sábana.

Nunca me había sentido tan asustado nunca, allí estaba ese ser, con su característica sonrisa y sus largos brazo, empecé a correr y antes de salir del pasillo le vi al fondo de él, por lo que empecé a retroceder, pero choqué con algo, el otra vez, al ir hacia atrás tropecé y vi cómo se me acercaba lentamente, pensé que me iba a matar, cerré los ojos y dejé que hiciera lo que tuviese que hacer porque ya no podía escapar de él.

Cuándo los volví a abrir ya no había nada, pensé que ese iba a ser mi final, pero no fue así.

Volví a la cama asustado, parecía que ya no iba a haber ninguna sorpresa más aquella noche, por lo que me dormí.

La Chica IrrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora