Capítulo 6: El Monstruo

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Aquella cosa estaba allí en mi puerta, no sabía qué hacer, no se movía pero parecía tener la intención de hacerlo.
Era un ser alto, de unos 2 metros, un tanto delgado, también tenía una boca grande, no parecía tener ojos, lo que si tenía era unos brazos largos y escuálidos.
En lo que era el pelo parecía una persona, con la peculiaridad de que lo tenía peinado como si fueran cuernos.
Tenía la espalda encorvada y con pinchos.
Dientes afilados y una larga cola puntiaguda.

Tenía miedo, que pasaría si me iba a dormir y entraba.
Aunque me diese igual morir, esa cosa era aterradora y de pensar en lo que me podría hacer para matarme ya hacía que me temblasen las piernas.

Volví a mirar por la mirilla y estaba enfrente de la puerta mirándome como si supiese que le observaba.
Como no tenía opción fui a dormir, esperando que aquella cosa no hiciese nada y por la mañana no estuviese.
Así pasó, el monstruo ya no estaba.

No sabía porque tras dos días ya venía a por mí, si debería morir el día 31.
Quizá aquel monstruo no era el que me mataba, sino algo que me iría haciendo daño hasta que ya no aguantase más y me suicidase o algo parecido.
Aún no lo sabía, pero por precaución, si volvía a aparecer aquél monstruo, pensé en no acercarme mucho.

Aquella tarde no salí de casa, por miedo a que aquella cosa apareciera y me hiciese algo, por lo que cayó la noche y me fui a dormir.
Me desperté ya que alguien estaba llamando a mi puerta, como era de esperar, aquella cosa volvía a estar allí, me volvió a entrar miedo, pero no debía tenerlo, ya que supuestamente no me podía hacer nada.
Miré otra vez por la mirilla, y ya no estaba, pero me seguía sintiendo observado.

Decidí volver a mi cama y nada más entrar en mi habitación un sentimiento de miedo me recorrió todo el cuerpo, ese bicho me estaba observando desde la ventana, su sonrisa macabra y su cuerpo en sí, se me quedaron grabados en la mente.
No pude dormir durante toda la noche por lo que me puse a investigar un poco.

Quería saber algo sobre aquél ser, por información utilizando su descripción física.
No había casi información relacionada, solo una página tenía algo que ver con aquél tema, una página que parecía un bestiario, en la cual mostraban muchos monstruos.
No encontré ninguno parecido al demonio sin ojos, pero encontré un teléfono de él que creó la página.
Contacte con él y le invité a venir a mi casa, ya que podría saber algo sobre aquella bestia.

Vino por la tarde y le empecé a hablar sobre el monstruo.
Cuando le iba contando los detalles de cómo era, su cara se empezó a tomar una expresión de terror.
Me dijo que no me podía salvar, una vez llamaba a tu puerta, no tenías escapatoria.
Aquél ser era un Rubrum Umbra, si leías o escuchabas algo sobre el empezaba tu cuenta atrás.
Eso explicaba que el día que leí el diario el monstruo empezó a venir a por mí.
Por eso no había nada en la página.

Lo que me extrañó fue que aquél hombre no estuviera muerto ya, le pregunté cómo no estaba muerto y me dijo que el bicho fue a por él, pero consiguió sobrevivir, le pregunté cómo, pero no me lo dijo, se marchó y nunca más volví a saber de él.

No entendía porque no me quería decir cómo ganar a aquella bestia, como podría detener mi muerte inminente, pero no me lo dijo, simplemente se marchó.
Ahora sabía que aquél ser, el Rubrum Umbra, era mi perdición, ya no podría salvarme, según ese hombre, pero él sabía sobre el monstruo y había sobrevivido a él, la pregunta ahora era ¿cómo?¿y por qué no me lo contó?.

Ya por la noche me dio por mandar un mensaje a Dani, para citarle la tarde siguiente en mi despacho y hablarle sobre este tema.
Después me fui a dormir, y como era de esperar, sonó la puerta, pero no fui, simplemente me tapé la cabeza con la manta y me dormí.

La mañana siguiente, tras desayunar me fui a mi despacho, y estuve allí investigando sobre la página de aquél hombre, al parecer el bestiario ya no estaba, dejó de existir todo lo relacionado con aquella página, lo cual me extraño.
Busqué sobre el Rubrum Umbra, pero no encontré nada.
Más tarde llegó Dani y le expliqué que el caso se había vuelto peligroso y que era mejor que se apartara lo máximo posible de lo que tenía que ver con Jessica, el caso y todo aquello, obviamente no le hablé del monstruo ya que si lo hiciese moriría.

Al principio se estaba negando, pero acabó cediendo, por fin, tas bastante tiempo intentándolo conseguí apartarle.
Lo malo de todo aquello es que no recibiría mi paga, pero, ¿a quién le importaba el dinero si iba a morir?
Por la tarde fui a buscar algo de comida, ya que me quedaba sin ella.

Ya por la noche, tras cenar, me fui a dormir, y como era de esperar, el bicho volvió a llamar.
Fui a mirar, no había nada, miré por la ventana y tampoco le vi, al ir a mi cuarto escuche un golpe detrás de mí.
Al girarme vi al monstruo mirándome desde el final del pasillo.
Había conseguido entrar.

La Chica IrrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora