Capitulo 17. Tocando el cielo♠ REESCRITO

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Tocando el cielo ♠

Lunes 24/Noviembre/2014

Advertencia: Capitulo con contenido sexual, lean bajo su propio riesgo.

El resto del fin de semana fue perfecto, mientras estábamos anclados nos metimos al agua, fue un gran sacrificio ver a Ana con un pequeño bikini azul y no hacerle nada. Las cicatrices en sus muñecas y piernas apenas eran visibles por la crema que usaba para desaparecerlas, su cuerpo era lo mas hermoso que había visto y jodidamente sexy. Ese bikini estaba haciendo que una tienda de campaña se formara en mi bañador pero me relaje y la atraje a mi cuerpo abrazándola, estuvimos en el agua durante horas pero el clima se torno frio y tuvimos que regresar, Ana preparo el almuerzo y luego empacamos para regresar a casa.

Llegamos a casa sobre las 3 de la tarde, Ana se dio un baño mientras yo arreglaba todo con la floristería sin que ella se diera cuenta, arregle su ropa en el vestidor mientras Kirey revoloteaba entre mis piernas alegremente. Hoy seria la noche, ya tenía todo planeado incluso ya le había pedido a Andrea que cancelara todas mis reuniones para mañana por que estaría todo el día con mi chica. Afortunadamente era poco lo que tenía pendiente por lo que siempre podría tomarme unos días libres.

-¿Te puedo preguntar algo? -ella pregunto tímidamente sin mirarme, estaba concentrada en su cena.

-Claro hermosa. Dime

-¿Cuan...cuantas su...sumisas has tenido? -eso me hizo mirarla rápidamente soltando mi copa de vino en la mesa.

-¿Que...? -fruncí el ceño con la confunsion tatuada en mi rostro. -¿porque quieres saber eso?

-Solo tengo curiosidad. -murmuro sonrojada.

Un suspiro salio de mis labios, tenia que decirle...debo ser sincero.

-He tenido 15 sumisas Ana.

-Oh...vaya...-sus ojos se apagaron considerablemente haciéndolos ver tristes. -Son...muchas.

-Si...pero ninguna de ellas significo nada- tome su rostro entre mis manos besando castamente sus labios y recargando mi frente en la suya- y tu...tu lo eres todo para mi. Todo y Te Amo Anastasia.

-Yo también te amo Christian -eso me hizo verla con una sonrisa alegre en mis labios que ella correspondió igual, se bajo del taburete de la isla de la cocina para meterse entre mis piernas y arrojar sus brazos en mi cuello- En serio lo hago.

-No sabes cuanto deseaba escucharlo nena. -reí bajo antes de besar su labios con ternura.
Ella se sentó a horcajadas en mis piernas con mi ayuda y entreabrió sus labios dándole paso a mi lengua que acariciaba la suya con lujuria, sus manos traviesas se metieron bajo mi camisa y la sacaron rápidamente, sabia que lo inevitable iba a pasar y eso me emocionaba como un niño en el maldito día de navidad. Me puse de pie con ella sujetada en mi cadera con sus piernas y fuimos a mi habitación, no había estado en ella desde esa noche al igual que ella y había algo casi poético hacerle el amor en el mismo lugar donde la perdí para intentar borrar el ultimo recuerdo que teníamos de esta habitación, la deposite suavemente en la cama recostándola conmigo entre sus piernas, baje mis labios a su cuello para succionar la dulce piel de allí y mis manos se metieron bajo la blusa para acariciar su vientre.

-Bebé si quieres que me detenga pídemelo ahora..-susurre sobre sus labios.

-No te detengas. -murmuró en respuesta. En un movimiento inesperado me empujo de espaldas a la cama y se subió a mi regazo, quería tener el mando y yo gustoso se le cedí, haremos las cosas a su ritmo, esta noche ella manda.

Nuestras lenguas peleaban una batalla en la que ninguna quería ceder, mis manos sacaron su blusa lentamente dejándola en su sujetador negro de encaje. Joder. Era un perfecto contraste con su blanca piel. Mi chica solo debe vestir de encaje y seda, solo lo mejor para ella. Sus pechos no eran muy grandes ni muy pequeños, eran perfectos para mis manos. Baje mis labios a su cuello lamiendo y mordiendo su piel y así hasta llegar a sus pechos los cuales saque de la copa el sujetador, mi boca se seco al ver su pezón rosa y duro al cual rápidamente tome con mis dientes y succione delicadamente, el otro pecho era acariciado con mi mano mientras la otra acariciaba su espalda, sus manos no se quedaban atrás acariciaban mis hombros y tiraban de mi cabello al mismo tiempo que mis dientes tiraban de su pezón, lo lamí con hambre intercambiando las atenciones con el otro, saque por completo el sujetador dejándola solo con los pantalones de yoga que ocupaba para dormir, sus caderas se movían contra las mías frotando nuestros sexos sobre la ropa haciéndonos soltar varios gemidos.

Darkness and light -  REESCRIBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora