-¿ y vo que haci aca?- le pregunte al ahueonao que tenia en frente
-Tengo que hablar contigo Emma.
-Yo no tengo nada que hablar contigo imbécil
-Enserio lo siento, no pense que el profesor te quitaria la prueba
-¡Ahueonao le dijiste que estaba copiando!-Le grite
-¿Que este hueon hizo que?- Saltaron todos los chiquillos
-Chicos yo creo que es hora de caza ¿no?- les pregunte
-¡Si!- Me respondieron todos
-Corre- le dije al Benjamin.
Los siguientes días se basaron en: yo fumando, yo hablando con el profesor, yo estudiando, yo soportando a mi Mamá y el imbécil del Benjamin disculpandose a cada rato conmigo.
En este instante estoy en el Gimnasio del liceo fumandome un cigarro, cero ganas estudiar, además es el último día de clases, al fin saldre de vacaciones conchetumare.
Entró al camerino de los hombres porque el de las mujeres pasa lleno por puras hueonas plásticas.
Cuando entro pero al momento me arrepiento.
Está el Benjamín recién terminando de vestirse
-E-Emma ¿que haces aqui?- me miro nervioso.
No le respondi, solo me pare al frente de él y le empeze a dar besos en el cuello.
-Emma-Suspiro pero no hizo nada para apartarme.
Yo estaba caliente y este hueon estaba cerca mío, una cachita rápida no estaría mal.
Mientras le doy besos en el cuello, voy dejando chupones, lo fui tanteando hasta llegar al borde de la polera y se la saqué, suspiró y le mordí el pezon derecho.
Di unos besos más por su cuello y seguí mi camino de besos por su abdomen.
- Mierda hueón - subí la cabeza y lo mire, tenía las manos apoyadas en sus caderas, y los ojos cerrados con fuerza.
- No pensé que decías malas palabras cuando te excitas - di un beso más, esta vez largo, y lo volví a mirar - ¿cuantas mujeres has culeado?
Me miro con pena y vergüenza pero de todas formas me respondió
- Ninguna
Virgen, hueá rica.
- ¿mío? - le pregunté mientras pasaba la mano por el paquete. Lo miré y estaba asintiendo con la cabeza.
Seguí acariciando y dando apretones, empezó a soltar pequeños gemidos, quedé loca.
Me paré y le empecé a desabrochar el pantalón, me dio un beso y se empezó a sacar las zapatillas, se separó de mí y bajó su pantalón completamente, se lo terminó de sacar con los pies.
Miré de reojo algún lugar en lo que pudiéramos apoyarnos y encontré una mesa, me acerqué y la moví, podría estar suelta o hacer mucho ruido, pero no. Cuando me aseguré completamente él se acercó a mí y se apego a mi espalda, rozando su pene en mi poto.
Sus manos apretaron mi cintura y se movió más rápido contra mí, gemí disfrutando el momento en el que él tomó el control, me di vuelta y le di un beso, me bajó los shorts y los tiré a la chucha, después los encontraré en alguna parte.
Me sentó en la mesa y me desabrochó el sostén, lo tiró a no sé dónde mierda, metí mi mano dentro de su bóxer y le agarré el paquete, pero no era un paquete normal, era la media anaconda.
¿esa hueá me iba a caer?
Empezó a masajear mis pechos haciéndome gemir aún más fuerte.
Sabe muchas cosas sobre este tema, ¿verá mucho porno? Me caso.
Tiré su bóxer hacia abajo y se lo terminó por sacar él, al igual que mis calzones.
- Que grande - le susurré en el oído y cuando me separé para mirarlo a los ojos vi que estaba rojo, hueón tierno.
Se agachó y me dio besos en el abdomen hasta llegar a mi flor. Pero le tiré del pelo y lo hice pararse.
- Otro día hacemos eso, pero te necesito ahora.
Me tomó de las caderas y agarré su paquete acomodandolo en mi entrada, dejé que metiera su anaconda dentro de mí haciéndole una seña. Solté un jadeo, su amigo está llegando más lejos que cualquiera.
- Oh - soltó un gemido - estás apretada - se mordió el labio, lo que me excitó más.
Se movió despacio al principio, pero cada vez va aumentando el ritmo, se escuchan sólo nuestros gemidos, quizás algún sapo está escuchando detrás de la puerta, pero ni ahí, estoy disfrutando.
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¡Podi parar la huea conchetumare!
Roman pour AdolescentsDel odio al amor solo son pasos ¿será verdad?