Quizás nunca leas esto. Pero se cómo eres. Sé que eres de esos chicos desconfiados que cuando consiguen confiar en alguien lo entregan todo y al mínimo fallo cierra su corazón decepcionado y prefieres echarlo de su vida a patadas. Es lo que yo misma ví e intente una y otra vez como una loca aferrada a esa puerta que no quieres abrir yo empujando hacia a dentro y tu sosteniendo desde allí con todo lo que tienes para que no vuelva a entrar. Y lo único que puedo hacer es gritarte atravez de ella aveces prefieres ignorar mis gritos pero sé que en el fondo los escuchas y se que por tantas malas palabras que salgan de tu boca hasta una persona como tú necesita que le digan que eres importante para alguien, para mi. Dejo de empujar, me quedé sin fuerzas. Me quedo sentada en el suelo apoyada en esa resistente puerta, puedo sentirte al lado. Sé que una parte de ti quiere abrir esa puerta, pero iría en contra de tus ideales. Por eso sigues diciendo sucias palabras queriendo que te odie, para que me marche de una vez. Y solo puedo decirte que estaré aquí sentada hasta que tu cabeza y corazón puedan reconciliarse, dejes de lado tú orgullo y abras tu mismo esas puertas que soportaron mis golpes y gritos, haciendo entrar con un gran abrazo. Pero tienes miedo a que eso suceda pues piensas que iría en tu contra, como si nadaras contracorriente tratando de sostenerte a la orilla pero la corriente es mucho más fuerte y es capaz de llevarte. Como la piedra firme que aguanta cada ola impidiéndole el paso. Pero quiero decirte que mis ojos serían incapaces de mirarte algún día mal, pues ellos ven lo que otros no pueden. Ven tu alma, no expliques por qué, ni como, ni cuando. Por que no podría responderte. Simplemente sucede. No me corresponde a mí decírtelo, sé que negativas cada palabra que leyeras. Pero necesita plantar estos sentimientos en papel.
PD: Si algún día lo lees no hace falta que digas nada. Un abrazo me basta.
