Otra noche

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Y otra noche aquí, despierta, con la mirada perdida sumergida en la inmensa oscuridad.
Las horas me consumen y en mi mente solo apareces tú.
Extraño esa cálida sonrisa despreocupada que solías tener en tu rostro o esas delicadas caricias sobre mis mejillas y terminar colocándome el cabello tras mi oreja.
Amaba cuando tus ojos se clavaban en los míos y conseguía que corriera el tiempo como si tuviera prisa.
Ya se, todos dicen que debo olvidarte, pues no eras la persona indicada.
Pero es que es imposible olvidar como mordias tus labios o como peinbas tu flequillo hacia atrás.
Es difícil hacer que nunca vi esa sonrisa que me conquistó y se grabó a fuego en el corazón. Un corazón el cual estaba echo trizas pero tú conseguiste recomponer todos los pedazos hasta conformarlo para luego destrozarlo en mil más y dejarlo peor de lo que estaba.
No es fácil pensar que nunca pude ver esa extraña forma en la que me tratabas solo a mí, como conseguías pintar de colores un día que era completamente gris.
Anhelo esos segundos en los que no hacían falta palabras como si de alguna manera se conectaran nuestras almas y ellas solas hablaran.
Me duele, pero me agrada recordar la manera en la que intentabas tomarme de la mano y como hacías rozar tus labios con los míos.
Y me gusta pensar que tal vez sí fui una pieza importante en ese rompecabezas que tú creaste. Yo no te pedí que te marcharas, ni te eché. Podría pasar toda mi vida mirándote por que toda la vida se hace corta cuando se trata de ti. Pero decidiste marchaste, como si jamás hubiéramos sentido nada. Ignorando los sentimientos y escuchando a la razón. Ya me avisaste, que tu corazón y cerebro luchaban, que discutían cada día pero que siempre ganaba el corazón. Ahora me di cuenta que no fue así. Pero me conformo, me alegra pensar que sonreías cuando estábamos juntos, al menos espero que fueran verdaderas.
Ahora solo tengo que decir adiós y dejarte marchar... Fuiste como la paloma que comió de mi mano y después se fue volando. Pero eres la paloma que más marcó y espero ser la mano que mejor te alimentó.
Ahora me queda una noche más, perdida en la luna mientras pienso en tus locuras y en esos momentos imposibles de olvidar.

Sintiendo por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora