Él se veía algo incómodo cruzado de piernas en el asiento frente a mi escritorio, lo delataban el tic con los dedos en el reposabrazos del sillón y mirar hacia el techo, ¿en serio?
Carraspeé la garganta para llamar su atención.
— ¿Qué pasó? —. Interrogué en un asentimiento sobre la mancha visible sobre su ropa.
— De repente él se sobresaltó cuando me iba a ofrecer la taza de café mientras yo esperaba.
— ¿Se asustó?
— Ya sabes, con el repentino grito que pegaste.
— Oh.
— Es un tipo agradable y esto... — señaló su ropa — de verdad no es nada, no quiero que esté en problemas por esto, se disculpó con reverencias de noventa grados, no era realmente necesario.Durante su discurso de defensa me pregunté si mi asistente le gustaba, ¿no se suponía que estaba intentando algo conmigo? Por su acercamiento provocativo en mi espalda, y ya resultaba que me cambiaba por otro en un santiamén, con dejarlo solo por cinco minutos.
Ya entendía por qué decían que los homosexuales eran promiscuos. Observé mi reloj de pulsera antes de suspirar.
— Mi casa no queda lejos, ¿quieres que te preste algo mientras enjuagas tu ropa? Ya sabes, antes de que la mancha ya no pueda quitarse.
— No quiero ser una molestia.
— No lo será, de todas formas necesito pasar por allí un momento.
Pareció pensarlo por unos instantes antes de terminar asintiendo.
— Es mi camisa preferida —. Admitió con una sonrisa de medio lado.
Me ofrecí a cargar sus carpetas, pero él terminó por guardarlas en su maletín y lo cargó por si mismo excusándose con que demasiada amabilidad lo avergonzaría. Subimos a mi automóvil luego de que le asegurara que volveríamos; yo a la oficina y él por su carro.
Le dejé cambiar la estación de radio luego de cinco minutos de aburrimiento con ópera. Lo dejó en una canción de Bruno Mars la cual desconocía, de hecho supe quién la cantaba porque él dijo su nombre con emoción apenas lo oyó.
Antes de detenernos en el semáforo noté que pasaba la mano por el cinturón de seguridad de vez en cuando, al principio pensé que era un acto inconsciente, pero luego caí en cuenta de que el cinturón en lugar de pasar por su hombro lograba molestarle en el cuello. Cuando la luz dio en el color rojo y me detuve tras otro auto, me quité el cinturón para alcanzarlo, en la parte superior de la que se sujetaba el cinturón apreté un botón al costado para bajarlo un poco más y no estuviera algo así como ahorcándolo.
— ¿Mejor? —. Interrogué una vez que acomodé el cinturón apropiadamente a su altura.
— Um sí... no sabía que se podía hacer eso.
Rió nerviosamente, tenía una pequeña boca con labios carnosos y rozagantes, sus dientes eran blancos y bonitos con aquellos colmillitos puntiagudos. Acababa de notar que curiosamente el lunar ubicado bajo su ojo derecho en la parte superior de su mejilla tenía forma de corazón, algo tan lindo como eso ¿por qué se empeñaba tanto en tapar con maquillaje? Si era adorable.
— Um... v-verde.
— ¿Eh?
— El semáforo.
— ¡Oh cierto!
Estaba tan absorto en mi observación que, quien venía tras nuestro nos regaló bocinazos mientras nos rebasaba gritándonos algo que no pude entender.
— Woah jajajajaja —. Al parecer él sí logró entenderlo porque rió a carcajadas mientras yo volvía a acelerar.
— ¿Qué dijo?
— ¿De verdad vas a hacer que lo repita? Fue muy obseno.
— ¿Qué? —. Lo miré interesado, a lo que su mano se posó en mi mentón y volvió a girar mi vista hacia el frente, entonces oí el sonido del cuero del asiento de al lado.
Mi pulso se aceleró cuando vi por el retrovisor que su boca estaba tan cerca de mi oreja, entonces me lo susurró.
Mi rostro enrojeció completamente, él volvió a reírse. Su risa era encantadora, él era completamente encantador. ¿Cuántos debían estar locos por él?
Mis manos se aferraron fuerte al volante, como si eso me diera fuerzas para preguntárselo.
— Por cierto... ¿te interesa mi asistente?
— ¿Tu quién?... ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No!... ¡Y rotundamente NO! —. Llevó ambas manos al frente mientras negaba con la cabeza y las cruzó haciendo una X.
— Está bien, está bien.
Sonaba alterado, se colocó ambas manos en el rostro cubriéndoselo completamente.
— Entonces crees que soy... homosexual.
Aparqué el auto. Él salió inmediatamente de él, al parecer toqué un tema que no debía, me golpeé la cabeza al tratar de salir con prisa del auto.
— Escucha, será mejor que yo... me vaya —. Aseguró afligido.
Lo detuve del brazo, sin necesidad de ser brusco, lo hice con cuidado, no quería que pensara que trataba de ser violento con él.
— No, está bien, lo siento, no debí haber tratado de meter las narices en algo personal.
— No es mi tipo, pero sí me gustan los hombres.
— Lo noté.
— Normalmente los hombres no lo toman a bien así que lo escondo, entenderé si no quieres que siga trabajando en esto...
— No me importa, así que pasa.
— ...
— ¿Sucede algo?
— Yo jamás intentaría nada con alguno de mis clientes.
— Hace calor, necesito estar bajo el aire acondicionado, por favor pasa de una vez.
Hizo caso a mis súplicas e ingresó a la residencia. Le mostré el baño y directamente entró, no pensaba que crearía tanta tensión entre nosotros con mi comentario. Debía ser un tonto.
Cuando hallé una camisa aparentemente adecuada para su tamaño entré al baño, él se sobresaltó y dio un corto grito.
— Esta es la ropa más pequeña que tengo, creo que te irá.
— Oh, gracias.
Su torso desnudo lucía tan frágil, sus clavículas sobresalían, su cuerpo además de pequeño de estatura era muy delgado, casi imperceptibles líneas marcaban su torso, lo que significaba que lo tenía un poco trabajado. Me invadió una ligera sensación de querer acariciarlo, lo que me aterró.
Salí del cuarto de baño acelerado, cuando él salió, aún el ambiente era incómodo entre nosotros y tan solo quería solucionarlo, de cualquier forma posible.
— Soy heterosexual — hablé de repente captando su atención — así que puedes estar tranquilo conmigo.
— Y tú puedes confiar en mí, no existe posibilidad de que intente algo contigo —. Añadió.
Se sintió bien poner todas las cartas sobre la mesa, me permití suspirar de alivio y me senté a su lado, en el mismo sofá, encendiendo el televisor.
— Acabo de poner la ropa en la secadora —. Le informé.
— Está bien... — empecé a pasar los canales, me pareció ver una película que conocía pero la pasé por vergüenza.
— ¡Pasaste una buena!Regresé los canales a su orden y entonces la dejé en la misma película que me avergonzaba mostrar que me gustaba.
— One Day es una gran película —. Comentó.
— ¿De verdad? —. Compartía su opinión.
— La vería cientos de veces.
Entonces vi "One Day" con él, como si fuera la primera vez.
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Culposo
Short StoryMINI-FIC • Culposo: (Derecho) Se aplica al acto u omisión que conlleva culpa por ser imprudente o negligente. FANFIC ESPECIAL 14 de Febrero (2018)