Cena

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1 mes después.

La pequeña bebé lloraba en la sala de estar.

"Ya voy Eimi." Todoroki tomó el sarten, colocando los huevos revueltos en un plato. "Ya voy cielo, espera." Trató de apresurarse.

El peliazul entró en la cocina, tomando a Eimi de la mano, quien ya no lloraba. "Vamos..." Susurraba animando a la pequeña, caminando hacia el bicolor.

Este mismo sonrió al ver a los otros dos. Tomando un trapo seco para limpiarse las manos, colocó estas ultimas en su cintura. "¡Oh!" Soltó con fingida sorpresa hacia la niña.

"Sabía que estarías liado con las claras, así que, la he ayudado yo." Explicó sonriente cargando a la pelirroja para luego dejarla sobre su sillita alta. "Muy bien." Felicitó a la niña.

"Gracias." Todoroki le dijo, para luego volver su atención a la chiquilla que jugaba con sus manitas. "Buenos días, pequeñina." Soltó con ternura mientras tomaba el desayuno de Eimi, dándole de comer. "Te he hechado de menos. Que bien has dormido." El mayor sonrió enternecido por como le hablaba el otro a la bebé. "¿Puedes decir manzana? Man-za-na." Silabó. "Man-za-na" Repitió, alargando todas las as. Volteó para obsevar al peliazul. "¿Por qué parece que soy medio tonto cuando hablo así?" El hombre mayor rió. "Man-za-na" Todoroki siguió dándole cucharadas a Eimi.

"Bueno. Me encantaría desayunar tranquilamente, pero..." Se acercó al menor, quien dejo el pequeño plato de la pelirroja en la mesa para prestarle atención. Iida posó ambas manos en las mejillas del heterocromático. "Tengo a los gemelos finisterre esta mañana." Le dió un suave beso, que el menor aceptó. "Y si llego tarde, volverán a decorarme la sala de espera otra vez." Su rostro mostró una expresión de miedo fingido, el bicolor riendo por lo bajo.

Se dieron un ultimo beso.

"¿Te veo luego?" Preguntó el ojiazul mientras se dirigía a la salida.

El medio albino murmuró una afirmación. "Espera." Detuvo al mayor, quien volteó para ver de que se trataba. "Ten un muffin." Le entregó el bizcocho que había preparado esa misma mañana.

"Gracias." Lo tomó, antes de acercarse a la menor en su sillita alta. "Adiós, Eimi." Dió un beso en la cabecita de la niña. "Adiós." Se despidió del bicolor antes de salir.


-


Los días siguientes, Todoroki disfrutaba paseando junto con aquel peliazul, sin olvidar a Eimi, claro está.

Hicieron un picnic una vez, el mayor de los tres jugando con la pelirroja, mientras el heterocromático se encontraba feliz porque las cosas con Iida fueran tan bien.

Bakugo había regresado a su apartamento. Seguía trabajando en las retransmisiones de los Hooks, ya que su vuelo salía en unos días, por lo que su aún jefe, le pidió que dirigiera los últimos partidos de esa semana, alegando que necesitaban demostraciones de lo capaz que era el rubio.

Últimamente Eimi se despertaba en plena madrugada, levantando a la vez con su llanto al cansado heterocromático, quien la arrullaba en sus brazos hasta el amanecer.

El rubio en sus tiempos libres descansaba en su apartamento, mirando en la tv aquellos canales infantiles a los que ridículamente se negaba a dejar de ver, pues le hacían recordar a cierta tierna pelirroja con la que se tiraba maratones y maratones de caricaturas.


-

Aquella mañana la campanilla de la entrada sonó, anunciando la llegada de un nuevo cliente, siendo éste cierto ojirubi.

Iba a recoger a Eimi, pues algunos días Bakugo sería el que la cuidaría, antes de que tuviera que irse.

"Gracias." Todoroki se encontraba despidiendo a una cliente.

Eimi [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora