Invierno.
Era el cumpleaños número 3 de Eimi, sus padres habían preparado una gran fiesta a la que asistieron todos sus vecinos. Bocadillos, globos y demás decoraciones se usaron para la celebración, gente por todas partes, hablando o sentadas en los sofás, jugando, niños correteando por los pasillos siendo vigilados por sus respectivos padres.
"Y cuando me enteré de que estaba embarazada otra vez, lloré." Relató cierta castaña sentada en un rincón del sofá, frente a otros vecinos y vecinas que la observaban curiosos. "Lloré y lloré y dije, Matt somos tan afortunados." Rió junto al incómodo hombre que cargaba un bebé al lado suyo.
"No quieres que sepa lo que dije, ¿No?, se va a asustar." El castaño murmuró hacia el pequeño en sus brazos.
La otra rió. "Es verdad." Se acercó a su otro hijo sentado a un lado suyo, jugando con sus manitas. "¡Oh, oh! ¿Sabes que? Creo que alguien aquí necesita que le cambien." Mirando a su esposo.
"Okey" El ojicafe sonrió con dagas saliendo de sus ojos, asintiendo varias veces. "Yo lo hago." Apretó los labios, mientras se levantaba, cargando al menor que ya tenía en brazos junto al otro bebé sentado al lado de la mujer.
"Oh, oye Matt." Llamó.
"¿Si?" El hombre volvió su mirada hacia su escandalosa esposa.
"¿Podrías traerme un vaso con agua helada o algo así, amor?" Preguntó con ojos de cachorro que el mayor ignoró rotundamente, mientras apretaba los labios con aún más fuerza.
"Claro." Dijo con obviedad perdiéndose por el pasillo. "¿Por qué no lo habría hecho antes?" Murmuró lo suficientemente fuerte como para que le escucharán.
"¿Ya lo vieron? ¡Es un amor!" La mujer alagó hacia las demás personas a su alrededor.
Bakugo llevaba una bandeja de galletas hechas por su pareja, hacia la sala. Cuando se topó con aquel pobre castaño que cargaba dos bebés. Apartó la mirada con una mueca mientras seguía su camino a la sala de estar. En el camino se detuvo junto a una rubia y su marido.
"¡Hola!" Saludó. "¿Gustan algunas?" Ofreció.
"Oh, no se que es más delicioso." Murmuró la rubia con una sonrisilla, bromeando.
"Uh, no, gracias." El esposo de la mujer tocó su prominente estómago. "Quiero hacer dieta."
"Okey" Bakugo volvió hacia su camino, tomando una de las galletas, provocando al hombre al morderla.
"No, no, no. Espera." El rubio regresó. "Dame una, dame una, uh, tiene... muchas pasas." Tomó una de las grandes galletas, mordiendo. "Es sano." Murmuró.
"Uh, si." La rubia a un lado, farfulló. "Muy sano."
El ojirubi salió de ahí, dejando la bandeja en una mesa para luego buscar a su hija.
-
Todoroki daba los últimos retoques al pastel, el cual tenia forma de muffin, uno mediano de muchos colores.
"Eimi solicita al cocinero." Se escuchó la voz canturreante de cierto rubio, entrando a la cocina cargando a una pequeña pelirroja que vestia un lindo oniese de panda.
El bicolor sonrió mirando a los otros dos.
"Uhm-pastel." La niña murmuró aún en brazos de Bakugo, señalando el pastel de muffin.
"¿Si?" Todoroki sonrió aún más, mirando con ternura a su hija. "¿Eso quieres?"
Los dos mayores rieron cuando la pequeña murmuró una afirmación.
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Eimi [TodoBaku]
FanfictionShouto Todoroki es el responsable de un prometedor servicio de catering, y Katsuki Bakugo es el prometedor director de una cadena de deportes. Después de una primera cita organizada por sus respectivos mejores amigos, que solo se puede calificar com...