C A P Í T U L O 1.

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Lily.

— Vaya, que madrugadora Lily — dijo el Gerente Stephen. Un hombre alrededor de 40 años, donde empezaban adornar en su cabello unas cuantas canas, es alto con un poco de barba que lo hacia lucir un poco más grande aparentemente.

— Buenos días Stephen —  saludo.

— Buenos días Lily, ¿Cómo amaneciste? — pregunta.

— Bien ¿Y tú? —  pregunto.

— Muy bien, por cierto ya que llegaste temprano te tocará cubrir a Sandy el día de hoy — dijo serio.

—  ¿Ahora con que excusa salió? — pregunte.

— Su madre se enfermo y dijo que iría cuidarla— dijo Stephen.

— No hablas enserio ¿O si? — cruce mis dedos por detrás de mi espalda.

— Lo siento, pero hoy te toca cubrir su área. — dijo.

— ¡Demonios! — dije entre dientes.

— Lily, se que hay momentos que no te agrada, pero ve el lado bueno... quizás podrías conseguirte un buen cliente — dijo.

— Lo sé, ya se a donde va todo esto — dije tratando de darle una sonrisa.

—  Animo — sonríe.

— Solo porque tu eres el gerente, si fueras otro tipo créeme que ya no estaría aquí trabajando —  él ríe y empece a reirme junto con él.

Iba tan distraída que por otro poco tropiezo con alguien, si no fuera por Stephen que me gritara "¡Cuidado!" Yo estaría en el suelo junto con aquella persona.

— ¡Lily! — gritó del susto la castaña de pelo corto de tez blanca, Erin.

— Lo siento Erin — dije y continúe riendo.

— Dios, ¿Qué pasa contigo? —  pregunta.

— No nada, tengo que ir ... por allá — comence a balbucear. Me fui al área de la ropa masculina.

Después de casi 40 minutos abrieron la tienda.  Me encontraba cerca de la entrada principal esperando un cliente, pero nada. Empece a caminar entre los pasillos hasta que comenzaron a llegar las personas.

Comencé a atender adultos de tercera edad, hasta que luego llego un Joven. Venía vestido de traje azul obscuro, le hacia lucir bien con la barba que recién empezaba a crecer, con esos increibles ojos color avellana, una sonrisa que hacia lucir muy encantador.

Me dirigía hacia él pero en un abrir y cerrar de ojos Erin me gano el apuesto Joven encantador. Los seguí con la mirada, parada como una tonta.

Me dirijo a los vestidores, ya que el señor que estaba atendiendo me llamo.

— ¿Si diga? — le preguntó al señor.

— Me llevo esto — dijo satisfecho.

— Buena elección, lo llevare a caja — iba en dirección a la caja y justamente aquel joven cruzo el mismo pasillo que yo solo que acompañado de Erin.

Lo miro de cerca, su rostro blanco adornaban unos cuantos lunares en sus mejillas, al pasar esos segundos a lado de aquel, respire su aroma, el perfume no era tan fuerte, pero olía demasiado bien; llegue a la caja con aquel aroma.

— Toma Kendra — le dije a la rubia.

— Gracias Lily — iba hablar, pero el hombre de la tercera edad llego por su prenda.

— Son 120 dólares — dijo Kendra. Él señor le da la cantidad que es — Gracias por su compra y vuelva pronto.

— Gracias — dijo el señor contento y salió de la tienda.

— Oye Lily, tu que opinas sobre aquel Joven que esta atendiendo Erin — Kendra Alzaba ambas cejas.

— Yo... no lo se... — y preferí quedarme callada
ya que el supuesto Joven estaba detrás mio.

Nuevamente su delicioso aroma llego. Tenía que alejarme aunque no lo quería o más bien este sujeto me lo impedía.

— Buenos días, ¿Encontró lo que buscaba? — dijo Kendra sin quitarlo los ojos de encima.

— Si, gracias — contestó un poco incomodo con la mirada que le dedicaba Kendra. Esas dos palabras fueron suficiente para escuchar su voz.

— Tengo que ir a ver si llegaron mas clientes Kendra — dije y ella asiente.

Miro al joven, y al fin sus ojos hicieron conexión con los mios. Me alejo de ahí antes de que saliera alguna tontería de mis labios.

¿Qué rayos pasa conmigo?

[...]

Después de ese largo día, me despedí de Stephen, Kendra, Erin y del resto de los que trabajan ahí.

Gracias Sandy. Pensé

Caminaba por las calles de Nueva York, y me detengo en la esquina para tomar un Taxi. Después de varios minutos apareció uno y subí, le indico al chofer mi destino y arranca de nuevo.

Mirando a través de la ventana, el sujeto o mas bien el joven encantador de traje vino a mi mente que al instante sonreí por recordarlo, solo muevo la cabeza y continuo viendo la ciudad, hasta que se detuvo en un semáforo.

Un auto plateado se detiene a la misma altura del taxi, el conductor de ese auto convertible se trataba de nada más y de nada menos que el Joven encantador.

Su ventana del copiloto estaba abierto, solo trato de mirar otra parte y que no notara que lo estaba viendo, en cuestión de segundos giro y miró el taxi en donde me encontraba. Bajo la mirada, buscando el dinero para pagar el taxi. En la siguiente esquina era mi destino, el semáforo cambio a verde y continuamos y al parecer él iba en la misma dirección.

Al llegar, pague y salí de inmediato del vehículo. Giro antes de entrar el edificio, el convertible se siguió no si antes en dedicar una última mirada al conductor y al parecer él lo hizo o tal vez no.

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Hola ♡
Me anime en hacer el Primer capítulo.

Espero que les guste :v

*Sadai*

Enchanting O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora