Enchanting O'Brien

C A P Í T U L O 9.

Lily.

Al cerrar la puerta. Dentro de mi deseaba que él se quedara por el resto de la noche.

Solo mordí mi labio de solo recordar un poco de los momentos tan increíbles que pasamos esta noche.

Mi móvil vibraba. Era él.

—Hola — dijo él

—Hola — sonreí al instante.

—Sé que hace un par de segundos nos vimos, pero necesito decir que me agradó pasar esta noche contigo — suspiré y sentí que sonrió.

—Igual me encantó pasar un agradable rato contigo — mordí mi uña esperando una respuesta.

—Pronto lo volveremos a repetir.

—Me agradaría mucho la idea.

—Por lo pronto. Te estaré viendo en la tienda. — me sonrojé por un momento.

—De acuerdo. Entonces te veré por allí. — suelta una risa ligera.

—Pude sentir que te sentiste algo nerviosa.

¿Cómo lo supo?

—Dylan… — logré decir.

—Está bien. Me agrada provocar eso en ti.

Mi corazón comenzó a latir más rápido.

—Tengo que dormir — dije algo nerviosa.

—De acuerdo. Yo también tengo que dormir — comencé a desmaquillarme.

—Está bien — dije.

—Hasta luego Lily.

—Hasta luego Dylan.

Ambos terminamos la llamada. Terminé de desmaquillarme, me quité el vestido y busqué la pijama.

Después de unos minutos. Salí del baño lista para dormir. Mis pensamientos solo se basaban en el momento del baile.

La cercanía que tuve con él. Algo que simplemente me quitaba el aliento cada vez que recordaba su mirada de sus ojos.

Giré a mirar. En el buró tenía una nota.

Lily.
Sabremos que llegaras emocionada y cansada al salir esta noche. Así que esperaremos con ansias que nos cuentes como estuvo tu cita con Dylan.

Descansa y nos veremos mañana.

Sonreí.

Gracias a ellas me estaba dando la oportunidad de conocer a alguien que tal vez no lo intenté con alguien más por miedo, pero esta vez era diferente.

El chico me trae suspirando.

[…]

Acomodaba algunos productos. Kendra no había parado de mirarme. Esperaba con ansias que le contara todo lo sucedido de anoche.

—Entonces…— se acercó corriendo.

—¿Entonces qué? — dije confundida.
Seguía acomodando.

—Vamos Lily — me jaló. — tienes algo pendiente que contarme.

—¿Te parece si lo hablamos en la hora del almuerzo? — miré mi reloj.

—De acuerdo — dijo no muy convencida. Se fue a la caja.
Yo solo sonreí.

Terminé de acomodar. Un cliente llegó. Al girar mi gesto se formó en asombro.