VEINIOCHO

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Ya lo dije.

—Yo... Bueno... Yo...

Sólo dilo Roxana.

—Soy todo oídos.— Auch eso dolió, su rostro no expresaba comodidad.

No seas tan frío.

Suspiro y lo veo directo a sus ojos —Yo soy la chica tímida.— Su expresión cambió de manera abrupta.Yo soy la que te escribió los anónimos, soy la chica que está enamorada de ti.

Ya, lo o dije, hasta aquí llegué.

—¿Qué? — dijo con un sonido apenas audible, sus cejas están levantadas.

—Lo que escuchaste, pero veo que no soy lo que esperabas.— Ahora veo mis pies para no llorar, no enfrente de él. —Lo siento.

Giro aún con la cabeza hacia abajo, no lo quiero ver porque empezaré a llorar y no quiero eso. Mi dignidad ya está en el suelo, no necesito más humillación.

—¡Roxana espera!— Sé que me sigue pero no me detengo. No mires atrás, no mires atrás...— Detente por favor y escuchame.

— No hay nada de que hablar.— Seguí caminando. Esto es tan triste, realmente creí que yo le gustaba.

—Roxana déjame explicarte.— Me tomó del brazo, yo me detuve no tenía fuerzas para moverme. —¡Hey! Mírame. — Tomó mi mentón delicadamente y comencé a llorar.— No llores.— Mientras él limpiaba mis mejías, yo trataba de aclarar mi visión y poder contemplarlo mejor.

Por más que me pregunté a mi misma que me gusta de él, jamás lo entenderé. Lo único que si entiendo es que me gusta más de lo que imaginé.

—Me gustas, Roxana y no sabes cuanto me alegra saber que eres tú. Pero hay algo que tienes que saber, la razón de mi enojo.

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Chica Tímida EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora