8 SI ESTÁS FELIZ, IGUAL LO ESTOY

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'Cause I wanna touch you baby,

And wanna feel you too

I wanna see the sunrise, on your sins just me and you

Light it up, on the run...

Por enésima vez acomodó su flequillo, que por causa del intenso viento se despeinaba. Llevaba un suéter gris dos tallas más grandes; cuando salió de la casa de ojiverde la noche anterior sintió el frío y este le prestó la prenda para calmar ese castañeo de dientes debido al clima nada favorecedor.

Entibió sus manos con el vaso de café que llevaba sosteniendo con ellas, bebiendo cortos sorbos. Caminada hacia la salida del instituto, junto a su lado Dua y Sam.

-Espero ya no haya problema con mi viaje- Samuel miraba al cielo implorando, algo gracioso a ojos de sus amigos. Era pleno veinticuatro de diciembre, y Louis andaba de cumpleaños.

Fue a la universidad a acompañar a su amigo para arreglar algunos conflictos que tuvo al no registrarse bien el pago del viaje, uno que se realizaba cada fin de semestre, esta vez sería a principios de enero a Washington y quien quisiera podía ir, L prefirió que no.

-Seguro que no hombre- palmeó su hombro. Dio un vistazo a su celular. –Pero bueno, yo me despido- no tenía intención de llegar tan pronto a su casa, pero su madre insistió que lo quería temprano allí. Estaba seguro que no se encontraría con una fiesta sorpresa, pero a Jay le agradaría tenerlo la mayor parte del día, ya que después de las siete iría algún lado con Sam y Zayn.

–Nos vemos entonces, y feliz cumpleaños- le abrazó Dua con cariño, entregándole un disco de The Smiths, lo que Louis agradeció. Ellos desde que se conocieron al entrar a la Universidad se regalan en sus cumpleaños discos, se tomaron un aprecio valioso, además que ella le apoya en algunas cosas y es demasiado tierna, espontáneamente dice que le quiere y en ocasiones le juega bromas. Una buena chica.

-Vale, tu y yo de todos modos nos vemos en la tarde- le dio un abrazo el grandulón.

Louis terminó su café y tiró el vaso en un bote, caminaba mirando hacia el piso, temía encontrarse con alguien que justo al despertar y checar sus notificaciones (exactamente la de las doce de la madrugada) le hizo sentir un remolino de emociones nuevamente, uno que creía se había apagado, pero en realidad solo se apaciguo unas semanas.

-¿Podemos hablar?- y ahí estaba una vez más, esa voz que anteriormente escuchó decirle pura mierda, soltaba ahora una pregunto que se sentía como golpe en su orgullo.

Se giró sobre sus talones y le enfrentó sin mostrar la debilidad que comenzaba a brotar con brutalidad como hierva venenosa. –Lo intentaré...- asintió con un movimiento de cabeza.

Caminaron en silencio y nerviosismo notable directo a la cafetería de enfrente de la universidad. Se sentaron uno de cada lado de la circular mesa justo frente al ventanal. Pidieron dos cafés que en menos de cinco minutos estaban ya en sus lugares.

-No sé cómo empezar...- habló Max. -...primero, feliz cumpleaños, sé que ya te lo he dicho temprano- dijo con una sonrisa que le pareció sincera al castaño.

Sí, el mensaje de ayer fue nada más y nada menos que de Maximilian, de ningún otr@. le felicitó por su cumpleaños número veinte, con un texto breve pero que sin duda le hicieron soltar un par de lágrimas a L, odiaba admitirlo, pero así fue. Tampoco pudo contener las ganas de agradecerle y enviarle un texto algo como:" En verdad te doy mis sinceras gracias, es algo demasiado lindo de tu parte, luego de todo lo ocurrido y tengo que confesar que no todo lo que dije es verdad. Te quiero"

MY HAPPY LITTLE PILL -LS(LARRY STYLINSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora