MY HAPPY LITTLE PILL -LS(LARRY STYLINSON)

10 YA QUE ESTAMOS SOLOS

Show me all that you are

And if you get lost in the light,

it's Okay, I can see in the dark

Los parpados quería dejar expuestos a la luz esos iris color azul, pero, aunque todo su cuerpo exigiera salir de esas sábanas, que le brindaban un calor agradable y apaciguador al ligero frío que comenzó a colarse por las mismas, no pudo evitar removerse en la cama, mucho menos abrir perezosamente los ojos, ayudando al tallarlos con sus dedos.

-Lo siento...- un apenado Harry le miraba desde la ventana. –Sólo abrí las cortinas para que no estuviera tan oscuro aquí. Mi intención no fue despertarte- rascaba su nuca.

Louis le miraba cayado, le tomó unos segundos más recordar todo lo ocurrido, y reaccionó. –Hey, de hecho, tengo la sospecha de que he dormido bastante- le regalo una sonrisa, que hizo desaparecer el nerviosismo en Harry, quien se acercó a la cama, sentándose en la orilla de esta.

-Pueees... justo van a dar...- revisó su reloj de mano. -... las dos de la tarde, bello durmiente- dio un toque con su dedo en la nariz respingada del ojiazul. –espero que hayas descansado bien- le guiñó un ojo.

-Así es, aunque no me explico cómo llegué a tu dormitorio- se acomodó boca arriba.

–No creí correcto dejar a mi invitado dormir en el sofá- se encogió de hombros, sin dar más explicación, queriendo omitir el hecho de que lo cargó en sus brazos mientras subían las escaleras, sin dejar de observar lo angelical que lucía el rostro del menor, resaltando sus facciones aún con la tenue luz que se colaba por las ventanas. Si lo describía todo, sus mejillas se pondrían coloradas. –Levántate, vamos a comer- intentó levantarse, pero Louis murmuró un "No". –Lou...- insistió, y la mirada inquisidora del pequeño, con la ternura de un caprichoso minino, le hizo desistir, rindiéndose.

Louis levantó las colchas y Harry comprendió el mensaje, escabulléndose debajo de estas. Total, su trabajo podía esperar, ya que esta era una oportunidad que su testarudo chico veinteañero que tenía recostado a su lado no le haría tan seguido. Se quedaron callados, con un silencio no incómodo ni tenso como el de la noche anterior, por unos momentos se dedicaron a mirar hacia el techo, Harry llevó ambas manos entrelazadas en su vientre, y Louis cerró los ojos.

-Seguro piensas que soy un mocoso berrinchudo ¿No es así? Por salirme de mi casa, pero bueno, que conste que mi padre me corrió, no todo el mérito es mío- dijo intentando sonar humorista para no caer en la melancolía que sentía, ya no quería llorar.

El ojiverde se giró un poco, quedando de lado y poder observar al menor, quien seguía con los ojos cerrados. –Quizás ambos necesiten espacio, vivir alejados un tiempo y ya después como sea que se den las cosas, regresarás a tu casa. Todo depende de que tan conveniente lo creas, para tu bienestar con tu familia y sobre todo para el tuyo, bonito- acomodó vacilante el flequillo que estorbaba para ver las finas pestañas que engalanaban esos ojos de L. –Puedes quedarte aquí el tiempo que gustes, si es que te sientes cómodo, por mí no hay ni un solo problema- prosiguió.

Louis al escuchar tales palabras, que resonaban en sus oídos con una sinceridad pura, le hicieron esbozar una sonrisa. –Gracias- respondió. Ahora Harry volvió a mirar al techo sintiendo ganas de gritar emocionado porque Louis viviría con él.

El castaño abrió sus ojos azul celeste y volteó su cabeza, mirando con sumo fervor el rostro del rizado. ¿Por qué diablos nunca se dio cuenta de esos detalles? Como que su mandíbula era rectangular, el perfil tan marcado, sus pequeños lunares dispersados, unas pestañas abundantes, el verde esmeralda tan dulce de su mirada, esas cejas rectas, y sobre todo el color carmín de sus labios pomposos. Harry era hermoso, con todo el sentido de la palabra, y hasta ahora era tan consciente de aquello, bueno, no era que alguien con la belleza de Harry pasara desapercibido por alguien, menos de Tomlinson, pero ahora se enfocaba y daba más atención a sus rasgos con fervor.