Desde un inicio

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Capítulo 1

-Sí mamá, no te preocupes lo tomare en cuenta- decía una coneja ya cansada de repetir lo mismo, desde hace 10 minutos que entablaba esta conversación con su madre, había dejado el celular colocado en su mesa, de modo que su madre pudiera verla mientras ella se alistaba para ir a la estación.

-Se que lo harás cariño, pero aun así me preocupa, es la primera vez que lo pasas en ese lugar, ¿ en verdad no podías pedir permiso un par de días y venir a casa?

- no mamá, ya te lo explique, las cosas aun están algo tensas en la ciudad, no ha pasado ni 3 meses del incidente de los aulladores- decía Judy mientras se miraba al espejo colocando su placa en su pecho y su gorra, dispuesta a marcharse y terminar de una vez por todas esta vergonzosa charla.

-lo sé nena, pero bien sabes que la época de celo, es algo serio- ahí estaba, la razón por la cual su madre la había llamado tan temprano ese día, aunque no era el primer día de primavera, la temperatura y la presión habían aumentado considerablemente, haciendo suponer a la señora Hopps que su hija empezaría pronto con esas sensaciones que para un conejo eran normales e incluso deseadas, pero no para Judy Hopps, ella se había mantenido ajena a todo ello los últimos años, desde que tuvo la edad suficiente para pasar por esa etapa de su vida.

Normalmente el celo en los conejos era muy seguido, casi cada mes, el celo pasaba inmediatamente si se completaba con el apareamiento, pero si el primer celo se dejaba pasar sin completarlo, el siguiente era más espaciado y así sucesivamente, y en el caso de Judy que lo había dejado pasar por años, solo se presentaba una vez al año, exactamente después del inicio de la primavera y duraba tres a cuatro días.

Estando en Bunny Barrows Judy no había tenido problemas en controlarlo, siempre y cuando se alejara de cualquier macho de su especie estaría bien, así que se había pasado esa etapa metida en su casa, sin salir para nada, hasta que pasara.

-lo sé mamá, ya te lo he dicho, no estoy tomando nada a la ligera- además ni que hubiera muchos conejos aquí en Zootopia- pensó Judy- así que estaré bien, no te preocupes
-Pero ¿aun no ha empezado verdad?
-No- decía Judy creo que por cuarta vez, ofuscada por la preocupación de su madre, ella sabia reconocer aquella época, sentía más calor y humedad en cierta zona- ya te lo dije, no tienes de que preocuparte vale

-Lo se hija pero... - en ese instante se oyo un bocinazo y una alarma de policía, de esas que solo avisan que hay una patrulla cerca, Judy alzo las orejas y sonrió -Nick- pensó.

-lo siento mamá, pero ya tengo que irme, vinieron por mi
-¿vinieron?...¿quien vino?

-Nick, esta afuera con el coche patrulla, te llamare por la noche mamá y no te preocupes por nada lo tengo todo controlado-dijo ella apresurándose a recoger su cinturón, colocándoselo.

Ha!...Judy cariño, eso me recuerda, olvide decirte algo, que creo que debes saber...
-no tengo tiempo mamá - dijo tomando el celular y saliendo del departamento- me lo dices por la noche si, te amo by

-Pero Judy...- la llamada se corto sin darle tiempo a la señora hopps de decirle algo mas, -hay Judy, espero que estes bien, no me diste tiempo a decirte que a veces el aroma del celo no solo afecta a machos de nuestra misma especie- penso, recordando la vez que su hermana se había visto perseguida por una comadreja en su juventud justo en esa época, pero que probabilidades había de que ella tuviera cerca a una comadreja, casi ninguna ¿Verdad?, sin nada mas que pensar, decidió seguir con sus tareas.

Mientras tanto, Judy bajo de un salto las gradas del edificio y corrió a la patrulla, al entrar, se encontró con su compañero que le sonreía de lado, con esa forma tan característica propia de el, que hacia que la coneja le sonriera de igual manera.

-buenos días agente Hopps, llega tarde
-Lo se, lo se, pero tengo un buen justificativo
-¿Y bien cual es? - le dijo el zorro mirándola con una ceja alzada y sin borrar esa sonrisa de su cara

-una llamada de una madre angustiada por su pequeña e inocente hija - dijo Judy bajando las orejas y poniendo cara de niña inocente
-Jajajajaja...ya, ya zanahorias, quita esa cara, que tu no tienes nada de inocente- pronuncio en forma mas sensual la ultima palabra, acercando ligeramente su hocico a ella.

Judy estaba a punto de contestarle con algo insinuante, como siempre, hablar así era parte de su relación con el zorro, pero al levantar la vista y verlo tan cerca, de repente sintió como la temperatura de su cuerpo se elevaba en especial en cierta zona de su anatomía, al sentirse así no pudo decir nada, levanto las orejas, cerro su boca, sintiendo como empezaba a sonrojarse, desvió la mirada hacia la ventana, Nick enarco una ceja y se alejo.

-¿zanahorias?...¿Estas bien?- pregunto el confundido, era la primera vez que veía así a su compañera
-si Nick, solo ...me acorde de algo es todo, mejor vamos ya, no vayamos a llegar tarde -le dijo tratando de sonar lo mas normal posible.

-ok, como tu digas zanahorias, pero sabes que puedes contar conmigo para lo que sea- afirmo arrancando la patrulla y dirigiéndose al ZPD, Judy miraba por la ventana - ¡galletas con queso!, porque tenia que empezar justo hoy, calma Judy no es nada del otro mundo lo superaras, pero es que me da tanta pena, si Nick se da cuenta, hayyy...no me lo quiero ni imaginar, no me dejara en paz, se burlara todos estos días, lo conozco bien- penso, dirigiendo al zorro una mirada de reproche, que el capto al instante, sin saber porque su compañera estaba así, parecía nerviosa por algo

-ya se lo que te pasa zanahorias
-¿Que?...de que hablas Nick a mi no me pasa nada- ¿como se dio cuenta?
-no desayunaste verdad- fiuuuu...así que era eso- pensó Judy

-si, no tuve tiempo de tomar nada- - torpe coneja, no quieres que se entere y actuas de forma extraña esperando que el no se percate de nada, torpe, torpe
-eso tiene solución, vamos por unos lates ¿ te parece?

-me parece genial, oficial Wilde, ya era hora de que se preocupe por satisfacer las necesidades de su compañera- le dijo ella en tono mordaz, cosa que no paso desapercibida por el zorro, quien volvió a esbozar esa sonrisa sensual

-Eso duele oficial hopps, yo siempre estoy dispuesto a satisfacer "todas" sus necesidades- contesto el zorro en el mismo tono, al parecer se había preocupado en vano, ahí estaba su compañera, como siempre.

Mientras Judy esbozo una sonrisa y miro por la ventana, pero en cuanto su rostro estuvo fuera del campo de visión del zorro, cambio su sonrisa por una mueca de alivio, cerro los ojos y suspiro en silencio- por poco, debo tranquilizarme, Nick no puede saber que estoy en celo... ¿Hay porque empiezo a sentir tanta calor?...nunca antes me había sentido así- Nick freno de golpe

-ya llegamos zanahorias...- dijo el zorro quitándose el cinturón de seguridad con la intención de bajar, pero
-no, espera Nick , yo invito vale

-pero zanahorias, ya acordamos que soy el encargado de satisfacer tus necesidades, recuerdas- dijo el con una sonrisa, enarcando una ceja, Judy lo miro y sintió aumentar el calor de su cuerpo unos grados mas, necesitaba desesperadamente tomar aire

-Si lo se, pero quiero compensarte por llegar tarde si, -dijo intentando desabrochar el cinturón sin éxito- solo dejame...quitar...esta cosa- tratando de forzar el cinturón que no se abria por mucho que lo jalara- ¡que demonios!-

-espera, espera zanahorias, lo trabaras mas , ¿No recuerdas que lo estropeaste?- dijo Nick acercándose a tratar de abrir el cinturón de su compañera- cuando te lanzaste a atrapar al sospechoso del robo a la joyería la semana pasada, no apretaste el botón sino lo jalaste de golpe.

Al decir esto el zorro se había acercado peligrosamente a su compañera, sus patas estaban concentradas en el cinturón de seguridad, sin darse cuenta que al manipular el mismo, rozaba la cadera y el muslo de Judy, la coneja trago duro .

El rostro de Nick estaba a escasos centímetros del de ella, concentrado en tratar de destrabar el cinturón- calmate Judy, es Nick...¡Por todos las zanahorias!...¡necesito salir de aquí!-

El celo de JudyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora