Capítulo 6

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<<Salón de química>>

Mi mente me susurraba esas palabras cada cinco segundos, era como si corriera el peligro de poder olvidar todo en un simple segundo, subí las escaleras hasta llegar al piso tres y ahí busque el aula 24B, al entrar el salón estaba medio lleno, busque mi asiento correspondiente y me senté tirando la mochila al suelo y subiéndome la capucha del suéter.

-De pronto hay mucha luz en este lugar-Dije en un susurro.

-Eso se llama resaca-Escuche que me dijo una voz masculina detrás de mí, pero ni siquiera le di importancia.

Baje la cabeza, quedando acostada en la mesa, y sin sentirlo mis parpados poco a poco se fueron cerrando.

<< No sabía en dónde estaba, todo había cambiado, había demasiada luz, pero aun así mis ojos se adaptaron a ella, hasta que pude ver con claridad, pude ver todas aquellas rosas a mi alrededor, como las movía el viento una y otra vez, como si fueran de cristal, tenía un vestido blanco, que se movía con el viento, y podía tocar cada rosa, la luz del sol dejaba una vista muy clara, pero había una persona más haya, muy lejos, pero no la podía distinguir bien, estaba ahí caminando entre las rosas, corrí hacía ella, notando que no tenía zapatos, estaba descalza, corrí hacía la silueta dejando que se distinguiera mejor, era una mujer, que llevada un vestido blanco igual al mío solo que sin tiras, al acercarme, estaba de espaldas.

-Hola-Le dije, pero no me respondió-. ¿Quién eres?-No dijo nada-. ¿Me puede escuchar?

Me acerque a ella, hasta quedar lo suficientemente cerca como para tocarle el hombro, me acerque y puse mi mano en su hombro pero ella no se volteaba, tenía su cabello recogido en un moño alto, hasta que la empecé a mover de un lado a otro, entonces se voltio, y pude ver sus ojos color miel, con su cabello y todas sus rasgos que tenía tanto tiempo sin ver.

-Mamá-Dije en un susurro, ella puso una mano en mi hombro.

-Jessica, ¿qué haces aquí?-Me dijo, su voz demostraba frustración.

-Mamá.

-Jessica, no deberías estar aquí, todavía no-Me dijo.

-¿Qué?

-Jessica, mi niña-Me dijo, deslizando una mano por mi mejilla-No me busques más.

Sentí como una lágrima se deslizaba por mi mejilla, y ella la quitaba con su pulgar.

-¿No te puedo dejar de buscar?

-Mi niña, ya déjame, no puedes buscar algo que sabes que nunca vas a poder hallar.

-Pero te halle mamá.

-No me hallaste.

-Claro que sí, te tengo-Dije, abrazándola, porque tenía miedo de que desapareciera-. Como te extraño-Le dije, sentía como pasaba sus brazos por mi espalda.

-Jessica, no es tu hora, tú no puedes estar aquí, estás jugando con ella y es peligroso.

Me aleje de ella al escucharla.

-¿Con quién estoy jugando?

-Tú no puedes ver hija, se supone que no me puedes buscarme pero todavía hay tiempo-Dijo, moviendo las manos de un lugar a otro-. Es peligroso, jugas con fuego, ya déjame, tú nunca debiste haber llegado aquí, estás cerca.

-¿De qué?

-Prométeme que no me vas a buscar más-Me dijo, agarrando mis manos.

-No te puedo prometer eso.

-Jessica es peligroso, tú no puedes venir antes.

-¿Por qué? Si me quiero quedar aquí.

-Porque no estas muerta hija, tú estás viva, si me sigues buscando te vas a acercar más a ella, no la vas a poder parar cuando ya quieras, déjame en paz, por favor.

-Pero... mamá.

-Hija...

-Mamá, ¿qué es todo esto?-Mi voz se quebró y pude sentir todas esas lágrimas emerger.

-Todo esto es un sueño-Me dijo y se alejó de mí.

-No, no me dejes.

Pero no se detuvo, hasta que se fue y... desapareció. >>

-Jessica... Jessica despierta-Escuche que alguien me decía, abrí los ojos lentamente, encontrándome con la luz del sol pegándome en la cara así que cerré los ojos de golpe, y arrime más la capucha del suéter-. Jessica, ¿estás bien?-Sabía que era Michel, se sentaba a mi lado a química.

-Sí estoy bien.

-Entonces abre los ojos.

-No puedo.

-¿Por qué?

-El sol-Le dije en un susurro-. Tengo tres días sin poder dormir y cuando lo hago me despiertas.

-¿Cómo que tres días Jess?-Me dijo, su voz se tornó en furia, sabía que no le tenía que decir aquello.

-No es nada Michel.

-Jess tienes tres días sin dormir.

-No era jugando-Dije, buscado en mi cuello el collar que me había regalado Mike y sujetándolo con fuerza en mi mano.

Entonces sentí como Michel se levantaba y me quitaba la capucha del suéter y sentí toda esa luz en mí, cerré los ojos con fuerza.

-Maldición Michel.

-Jessica abre los ojos.

-No.

-¿Por qué?

-Porque no quiero.

-Te has drogado o has bebido anoche.

-No, Michel.

-Estefan me dijo que tenías resaca.

-Estefan es un idiota-Le dije, ya me estaba molestando, busque mi capucha a ciegas, pero no la pude encontrar, así que tuve que abrir los ojos, y me encontré con una luz tremenda, pude sentir una migraña venir, busque la capucha y me la puse, pero escuche la voz del profesor.

-Señorita Morgan no se permite usar eso en clase.

-Tampoco hablar y usted lo hace todo el tiempo-Le dije, poniéndome la capucha y bajando la cabeza.

-¿Qué dijo Señorita Morgan?

-Que usted me da dolor de cabeza-Y no era mentira, me parecía como si estuviera gritando al lado del oído tan fuerte que me dolía, mientras que el dolor de cabeza emergía.

-Entonces le sugiero que salga del salón-Me dijo.

Busque mi mochila y me levante de mi asiento, sintiendo la mirada Michel y del todo el salón en mi espalda, tenía la vista en el suelo y me tropecé como unas cuatro veces, pero no me costó encontrar la manija de la puerta y salir del salón, sin pensarlo camine por el pasillo, pero pude escuchar al profesor abrir la puerta y decirme que fuera a la dirección.

<< ¡Diablos!>>

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