Capítulo 28

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El día que venía Michel a mi casa me di un baño, poniendo un vestido corto, de color blanco, ya se me había olvidado que se encontraba en mi armario, hasta que revise en él y lo encontré, antes mi padre irse a trabajar paso por mi habitación tocando dos veces la puerta.

-Puedes pasar-Le dije, sentándome en la cama.

-Jess, ya me voy-Me dijo, viéndome a los ojos-. Te queda bien ese vestido-Me dijo, sonriendo, pero sabía de qué hablaba de que por fin hacía algo fuera de la rutina-. Hoy llego temprano, no hay mucho trabajo hoy.

-Okey-Le dije, sonriendo.

-¿Cómo te encontrabas ayer, no saliste de tu habitación en todo el día?

-Ahh... cambio de ánimo supongo Patrick dijo que podía pasar-Le dije, parándome de la cama.

-Okey, está bien, me alegro por ti, no sabes cuánto, no voy a tardar, que la pases bien hoy-Me dijo, acercándose para darme un beso en la frente y saliendo de la habitación.

Eran las doce y media, Michel llegaría pronto, quería decirle algo a ella, para ver qué tan descabellado sonaba, quería quitarme un poco de peso sobre los hombros, deseaba poder hablar con alguien, cuando escuche la puerta de la abajo cerrarse fui hacía el baño, observando el cuchillo que estaba en el lavamanos, mojado en su gran parte, lo agarre sin apartar mi vista de él, viendo que la sangre ya no estaba.

No podía decir las palabras en voz alta, pero no dejaban de pasar una y otra vez por mi cabeza <<Mataste a personas>> Sentí como mi mano empezó a temblar, haciendo que el cuchillo temblara, salí del baño, agarrando el cuchillo con fuerza, baje las escaleras caminando hacía la cocina lo más rápido que pude, puse el cuchillo en el mesón sintiendo mis manos frías, y las empecé a mover de un lugar a otro, me dirigía hacía el lavaplatos y abrí el grifo escuchando el fuerte sonido del agua al salir, al pasar algunos minutos lo cerré y lo volví abrir, dejando que mi mente fuera ocupada por aquello, rápidamente me limpie los ojos, secándome las lágrimas, sintiendo mis palmas mojadas y mi estómago dar vueltas, corrí hacia el baño abriendo la puerta de golpe y dirigiéndome hacía el retrete subiendo la tapa, no pude aguantas más y vomite, sintiendo mi garganta arder, cerré los ojos por unos minutos al terminar, cerré mis puños encajándome las uñas en mis palmas, hasta que me levante abriendo el agua, puse mis manos abajo sintiéndola caer para después echármela en la cara, respire profundo levantando la vista hacía el espejo, notando poco a poco lo mucho que había cambiado dándome de cuenta de algo, mientras me carcomía la concia, esas palabras luchaban por salir de mis labios, puse mis manos a los lados del lavamanos y clave la vista en el espejo, viéndome a los ojos, sentía que algo en mí... ya no quería vivir, porque...

-Ya no quiere seguir-Dije, en un susurro, sintiendo cada palabra.

<< -Mamá, ¿pero si dejara de volar?-Le pregunte, viéndola a los ojos.

-Querida, dejar de volar es como dejar de soñar, no te pueden cortar las alas a menos de que los dejes >>

Creo que he dejado que me corten las alas, así que técnicamente... dejare de soñar.

Porque cada día me costaba más que el anterior.

Entonces escuche el timbre sonar.

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