Epílogo.

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Entreabrí los ojos cuando las gotas del grifo se hicieron intensas, la puerta corrediza que dividía la ducha estaba empañada, me incorporé en la bañera y un escalofrío me recorrió, incluso el agua ya estaba fría. Era ridículo extrañar las deliciosas burbujas, pero... necesitaba un descanso después de tanto. Ahora que lo pensaba... ¿cuánto llevé dentro? Calculo que fueron más de veinte minutos.

Boruto con más de veinte minutos sólo con los niños.

Me até bien la bata y caminé a la sala, la cual estaba extrañamente silenciosa, demasiado para mi gusto. ¿Salieron? Él me avisaría, pero me quedé dormida en la ducha.

--- ¿Boruto?

Me asomó en la cocina y tampoco estaban, una punzada de pánico me invadió, pero era ridículo, No les ocurriría nada estando con su padre. ¿O si? No, no, Boruto los cuidaría. Toda mi calma se esfumó cuando escuché un fuerte ruido planta arriba, corrí hacia las escaleras y Boruto apareció, tambaleándose por las escaleras y finalmente, chocó contra la pared.

--- ¡Les dije que kunais no, Dattebasa! --- Boruto gritó y se levantó--- su madre se enojará cuando vea el... ¡Sa...Sarada!

Crucé los brazos y escuché pisadas rápidas bajar, los niños se asomaron y palidecieron cuando me vieron. Subí las escaleras y pasé a lado de ellos, llegué al corredor y las puertas de las habitaciones estaban rayadas y los cuadros en el suelo.

--- ¡Boruto!

--- ¡Yo no fui dattebasa! --- se quejó desde abajo y subió --- No es mi culpa que tengan buena puntería como tú, tú les enseñaste a lanzarlos...

--- ¡Les dije que en la casa no sé lanzan kunais! Y... ¿de dónde sacaron reales? Yo les di de madera...

Los niños subieron con la mirada en sus pies, sabían qué, con una mirada podrían chantajearme, Pero esta vez no.

--- ¿De dónde los sacaron?

Ambos subieron la mirada. Dolía ver esos hermosos par de ojos azules tristes, pero de repente, como solían hacer mucho, sus cejas se fruncieron y apuntaron a Boruto.

--- ¡De la oficina de papá!--- dijeron al mismo tiempo.

Boruto volteó rápidamente y los miró boquiabierto. --- ¿Tomaron mis cosas sin permiso?

Ambos negaron de inmediato.

--- Te lo pedimos y dijiste que si --- dijo Itachi.

--- No querías que te siguieramos interrumpiendo con esa muchacha bonita. --- completó Minato.

Boruto dejó caer la mandíbula y me miró, estaba pálido y tenía motivos.

***

Miré por última vez la cuna de nuestra hija, donde Dormía como si el mundo fuese perfecto. Cada vez que me paraba en ese ángulo, justo en el marco de la puerta, recordaba esa imagen, de un Boruto inexperto cargando con miedo a su hija.

--- Es muy pequeña. --- dijeron al mismo tiempo los gemelos, mirando a su hermanita como si fuese un juguete.

--- Se parece a la muñeca de la hija del tío Shikadai. --- Dijo Minato con una mueca.

--- Pero esa tiene el pelo café y no es suave. --- Dijo Itachi y le picó de nuevo la mejilla y dio un brinco hacia atrás cuando se movió.

--- ¡Se mueve!

--- Claro que se mueve--- No pude evitar reír, les acaricié las mejillas a ambos y les sonreí. --- ella es muy pequeña y tendrán que protegerla.

➳Ser Madre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora