Capítulo 8: El «duelo» de magos Pt. I

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Ron había dejado un pastel en el gran comedor, y bajamos a buscarlo. Íbamos caminando por los lados de la mesa de Gryffindor cuando salió Malfoy.

—¿Tu última noche Potter? ¿Cuando vuelves con los muggles? –Dijo Malfoy en tono burlón.

—-Eres mucho más valiente ahora que has vuelto a tierra firme y tienes a tus «amiguitos» –dije fríamente.

Por supuesto que en Crabbe y Goyle no había nada que justificara el diminutivo, pero como Filch andaba por ahí y nos podía atrapar, no podían hacer más que crujir los nudillos y mirarlo con el ceño fruncido.

—-Nos veremos cuando quieras –dijo Malfoy. —A medianoche, si quieres. Un duelo de magos. Sólo varitas, nada de contacto. ¿Qué pasa? Nunca has oído hablar de duelos de magos, ¿verdad?–

—Por supuesto que sí –dijo Ron, interviniendo.

—Yo soy su segundo. ¿Cuál es el tuyo? Malfoy miró a Crabbe y Goyle, valorándolos.–

—Crabbe –respondió. —A medianoche, ¿de acuerdo? Nos encontraremos en el salón de los trofeos, nunca se cierra con llave.

Cuando Malfoy se fue, Ron me miro intrigado.

—¿Qué es un duelo de magos? –pregunte —¿Y qué quiere decir que seas mi segundo?–

—Bueno, un segundo es el que se hace cargo, si te matan –dijo Ron sin darle importancia. Me aterrorice. —Pero la gente sólo muere en los duelos reales, ya sabes, con magos de verdad. Lo máximo que podéis hacer Malfoy y tú es mandaros chispas uno al otro. Ninguno sabe suficiente magia para hacer verdadero daño. De todos modos, seguro que él esperaba que te negaras.–

—¿Y si levanto mi varita y no sucede nada? –

—La tiras y le das un puñetazo en la nariz– me sugirió Ron.

—Hola Harry, permisito... Se me quedo un collar por aquí. Los dos miramos. Era Sophia.–

—Sophia, ¿Por qué no estás en tu cama?– dijo Ron.

Sophia no le hizo caso y se dirigió a mí. —No pude dejar de oír lo que tú y Malfoy estaban diciendo... No quiero que te hagas daño. –

—... y no debes andar por el colegio de noche. Piensa en los puntos que perderás para Gryffindor si te atrapan, y te expulsarán, y de verdad lo harán. La verdad es que es muy masoquista de tu parte, Harry. No quiero perderte. –

—Lo que dices es verdad... Pero ya me comprometí. Y no quiero ser el Hazmerreir de nuevo. –Respondí, y Sophia me dio un abrazo, yo la entiendo.

—Suerte... –Dijo Sophia algo decaída. Pero luego se levantó como si hubiese tenido una idea.

—Adiós –añadió Ron.

De todos modos, Teníamos grandes probabilidades de que los atraparan Filch o la Señora Norris, y sé que estoy abusando de mi suerte al transgredir otra regla del colegio en un mismo día. Por otra parte, el rostro burlón de Malfoy se le aparecía en la oscuridad, y aquélla era la gran oportunidad de vencerlo frente a frente. No podía perderla.

—Once y media –murmuró finalmente Ron. —Mejor nos vamos ya.–

Nos pusimos las pijamas, cogimos nuestras varitas y nos lanzamos a través del dormitorio de la torre. Bajamos la escalera de caracol y entramos en la sala común de Gryffindor. Todavía brillaban algunas brasas en la chimenea, haciendo que todos los sillones parecieran sombras negras. Ya casi habíamos llegado al retrato, cuando una voz suave habló desde un sillón cercano.

Amor de primer curso | Harry Potter y Tu [Terminada][Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora