-¿Entonces?- Preguntó Yuri después de haberse quedado en silencio por largo rato en vista de que Yule parecía perdida en sus pensamientos.
Aunque, el silencio nunca había sido tan ameno, las horas estaban pasando increíblemente rápido, debía estar a las diez asegurando que Trululu, su mano derecha hubiera cumplido con la labor de alimentar a todos los niños del barrio aquella noche.
-¿Tienes que irte? Digo, eh si. Es tarde, obvio que tienes que irte. Yo también.-Dijo Yule bajando la piedra con cuidado, empezando a caminar.
Yuri frunció el ceño por la actitud de la otra, parecía estar nerviosa. Sacudió la cabeza y decidió bajar. De pronto sintió una mano tomando la suya. Se congeló.
-Dejame ayudarte a bajar.- Pidió la chica de cabello largo. Mirandola por primera vez aquella noche a los ojos. Yuri correspondió su mirada.
Muchos hechos importantes pasan día a día. Es cierto. Hechos de gran magnitud que aparecían en periódicos, noticias, radios. Hechos que eran vistos por miles de multitudes. Conversados por muchas otras.
Sin saber que habían hechos más importantes que esos y en ese momento justo allí en la zona más alta de aquella ciudad.
La grandeza de esa mirada, había causando una colisión más grande que el Big Bang.A veces los actos más grandes sucedían sin espectadores. Sin nadie quien hablara de ello. Y allí en ese momento las estrellas fueron las únicas testigos de la magnitud de aquella mirada.
Yuri se sonrojó y si Trululu la hubiera visto allí dejándose ayudar por una chica a bajar de una piedra mientras estaba sonrojada se hubiera reído, toda una vida de aquello. Soltó la mano rápidamente de Yule, el contacto era algo que le molestaba demasiado, esta vez, no fue así. Quitó rápido su mano, por ese mismo hecho.
-Gracias.
- Tengo un instinto de damallerosidad integrado. Me iré. -Dijo Yule quien sonrojada, se abofeteó mentalmente por dejarse llevar de sus impulsos. Dio media vuelta y emprendió su caminata.
-Oye...-El llamado de Yuri la detuvo. Dio media vuelta y alzó la cabeza en modo de pregunta.
-Yo te llevo, es muy tarde.
-No es necesario yo puedo caminar.
-No hice una pregunta.
-Dije que no.
-Yo dije que te llevo y si.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-No.-Dijo comenzando a caminar.
-Si.-Yuri la alcanzó y la arrastró hasta el auto. Abrió la puerta del copiloto y la sentó. Corrió a su puesto y prendió el carro más rápido de lo que Yule hubiera visto moverse a alguien.
-Lo que yo digo se hace.-Dijo después de unos minutos en camino viendo como Yule estaba cruzada de brazos y murmuraba un quejido.
-Jm. Si no te gusta no se hace ¿Es eso?
-Si.
-Pues no.
-Si y deja de discutirme.
-No.
-Callate. Dime dónde debo dejarte.
-Callame. Cruza dos a la derecha. Ahí puedo quedarme.
-Te voy dar un golpe para que te calles de una buena vez.-Rodó los ojos.
-Esa no es la manera de callar a alguien y menos a mí.
-Eres demasiado fastidiosa.
-Me siento atacada.
-Ya llegamos.-Dijo deteniendo el carro.
Yule deseó que estuviera diciendo alguna mentira. Pero así era, ahí estaban cerca de un puesto de hoy dog's.
Lamentó que las horas se hubieran pasado tan rápido. La compañía de Yuri le gustaba. Parte de su historia le gustaba. Su presencia le gustaba. Y sobre todo el resquicio de su noble corazón le gustaba. Se había sentido cómoda como no sé sentía hace mucho tiempo con alguien y deseó volver a ver a Yuri. Sin embargo. No dijo nada allí.
Le dio un beso en la mejilla a Yuri dejándose llevar y salió corriendo del carro.
Era la primera vez que hacía aquello. Y parecía que no iba a ser la última.