Capítulo II

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        Siempre odie los cementerios, eran lugares completamente deprimentes por lo que los había evitado toda mi vida, pero ahora que me encontraba frente a la lapida de Ella sentía que no podía mover un simple musculo.

Lucy Rose Wanner

1989-2009

          Ver la lapida fue lo más extrañado que había visto en mi vida, no podía creerlo todavía, cuando Cameron me la dijo me negué a aceptarlo, eso definitivamente era un error, Ella no podía estar muerta, ella seguro estaba viva en algún lugar sonriendo y tocando el piano como siempre lo hacía. Me senté en la verde grama que rodeaba su lapida y me quede observándola tal vez por horas, no estoy seguro. Su recuerdo que durante años me atormento ahora estaba vivido en mi cerebro y por primera vez lo deje estar.

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            La primera vez que la había visto yo estaba caminando por el pasillo hacia mi clase de Ciencias Avanzadas de la universidad, odiaba dar clases a los nuevos ingresados pero había perdido una apuesta con la profesora Benner por lo que durante ese periodo tendría que aguantarme las niñerías de los recién llegados.

        - ¡Ahh! – escuche un grito en la puerta del salón y vi que un chico estaba frente a una chica interrumpiéndole el paso.

         -  ¿Qué pasa aquí? – pregunte en cuanto estuve lo suficientemente cerca.

          - Eh, tú no te metas en esto – dijo el grandulón que se estaba interponiendo en el paso de la chica. Yo era muy joven, me había graduado con honores y a una edad muy temprana por lo que siempre se me confundía con un alumno, pero cosa que no toleraba era que se me tratara de una manera tan impertinente.

         - Se le agradece alumno – dije cruzándome de brazos – que vaya directamente a la directiva de la universidad.

         - ¿Y tú quien eres como para mandarme a algún sitio? – dijo el gorila divertido y imitando mi postura haciendo que sus seguidores se rieran.

         - Pues en este salón y como en el resto del campus soy tu profesor – dije acercándome un paso más a el, tal vez era un pie más alto pero yo no era alguien fácil de intimidar  – por favor cuando vaya a directiva dígale a la secretaria que el profesor Harper lo mando directamente estoy seguro que allí el indicaran sus próximas acciones – y sin decir más entre al salón y me ubique en el escritorio – muy bien todos pagina 36.

      Luego de eso la clase salió sin contratiempos, el gorila se había ido hecho una furia a cualquier lugar, en realidad no me importaba si fue a la directiva o no, igualmente iba a colocar una gran queja acerca de el en el concejo. Cuando termine la clase la chica que el gorila estaba acosando en la puerta se me acerco.

         - Muchísimas gracias, profesor.

       Sin mirarla le respondí – no hay de que agradecerme, el estaba interrumpiendo mi camino – termine de ordenar mis papeles y como vi que ella no se había movido levante mi mirada.

      Era muy guapa, en realidad, tenía el cabello de un color castaño oscuro muy largo, su cara era un poco ovalada por lo que se le notaba a la perfección sus ojos cafés, su vestimenta estaba un poco vieja pero de alguna forma bien conservada así que me imagine que era otra de las alumnas con beca que aceptaba la universidad. Me estaba mirando como si necesitara decir algo más pero no sabia como.

          - ¿Algo más alumna?

          - No señor – y sin decir otra palabra giro y salió del salón.

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