La canción

Capítulo VII

            Maravillosos meses pasaron desde aquella fascinante noche, Ethan era increíble, cada vez que estábamos juntos era como si el tiempo parara por completo y nadie más importara, solos él y yo. Me estaba enamorando completamente de él.

            Pero a pesar de toda la felicidad también estaba la preocupación, en la universidad nadie se podía enterar de nuestra relación. Si alguien siquiera sospechaba yo podría perder la beca y a él lo echarían del trabajo. Era como si estuviéramos en la cuerda floja, sabíamos que en cualquier momento esta se rompería, solo esperábamos que durara lo suficiente.

            Estaba sentada en la clase de Ethan prestándole completa atención, nuevamente sus conocimientos nos dejaban a todos atónitos y sin palabras por lo que cuando finalizo la clase un par de alumnos se acercaron a él para preguntarle algunas dudas.

-          Señorita Wanner – estaba acostumbrada a que me llamara Lucy, por lo que no terminaba de gustarme que me llamara por mi apellido mientras estuviéramos en el campus. – quisiera hablar con usted. – dijo con la voz monótona que adoptaba cuando ejercía su papel de profesor.

-          Por supuesto profesor Harper – sentándome en una de las mesas de la primera fila espere hasta que los rezagados abandonaran el salón y me acerque a su escritorio.

-          Hoy tengo una sorpresa para ti – dijo sin levantar la mirada de sus papeles, era una forma segura de comunicarnos – pero como quisiera darle un poco de aventura a esta relación va a ser aquí, en la universidad.

-          ¿¡Qué!? – levante mi voz un poco y él me reprendió con la mirada - ¿estás loco? Es muy peligroso.

-          Un poco de peligro no nos vendría mal – detrás de su mirada profesional notaba perfectamente su eje cómico.

-          No creo que sea una buena idea – pero muy dentro de mí quería intentar.

-          Sera solo por esta vez, además la universidad en la noche está completamente vacía.

            Me estaba convenciendo pero todavía era muy peligroso, y si emocionante, nunca entenderé la manía que tienen los humanos por lo arriesgado.    

            Suspirando pesadamente le pase una hoja nada importante - ¿A qué hora nos vemos?

            Sonriendo dijo – veme a las diez en el auditorio, llegare un poco después para evitar un poco la sospecha.

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            A las diez en punto estaba parada frente al auditorio de la universidad, muy silenciosamente abrí las puertas y me fije que la única luz encendida en la tarima estaba reflejando al increíble piano de cola que se encontraba a un lado de ella. Era hermoso y parecía como si estuviera llamándome, invitándome a que lo tocara. Camine hacia él y roce con la punta de los dedos la tapa que se encontraba levantada, sentándome en el banco la canción volvió a mi tan rápidamente como siempre solía hacerlo, dejándome llevar comencé a interpretarla, las notas venían a mi mente y mis dedos se movían por si solos, la canción era hermosa, para mí lo era y lo seguiría siendo por el resto de mis días.

            Levantando mi mirada note que Ethan había llegado y me observada desde las escaleras de la tarima, tenía una canasta y estaba vestido de manera informal con unos jeans y una camisa, parecía muchísimo más joven. Sonriéndole termine de tocar la canción y le levante del banco.

-          No note cuando llegaste – camine hasta él y lo bese.

            El me sujeto por el rostro haciendo que el beso fuera más intenso, dejando la canasta a un lado me agarro por la cintura y profundizo aun más el beso, no sabía porque su reacción pero me encantaba.