Capítulo VI

65 2 0
                                    

            Me encontraba más despejado después de contarle mi historia a Karen, sentía como si un gran peso se hubiera liberado de mi cabeza, llevaba años sin hablar acerca de mi historia con Lucy y aun hoy era difícil pero fue más llevadero.

            Esa noche después de acostar a Melody me dirigí a mi estudio con el Diario de Lucy en mi mano, acercándome a la licorera me serví dos dedos de brandy y me senté en mi sillón, lo que decía Robert era cierto, solo yo tenía derecho de saber los pensamientos de Lucy y solo yo podía recibir el dolor que sintió cuando la abandone.

            Tomándome la mitad del brandy de un solo trago y abrí la primera página del diario…

=========== Hace ocho años =================================

 

            Estaba nerviosa… era mi primer día en la Universidad de Michigan y las piernas me estaban fallando, mire a mi alrededor tratando de acoplarme al ambiente pero era muy difícil. Todos aquí estaban vestidos con las más reconocidas marcas del país y sus bolsos costaban fácilmente un año del sueldo de mi padre. Mire mis viejos converses, mis jeans y mi camisa de cuadros rojos, eran las mejores ropas que tenia pero aun así parecían viejas con respecto a las demás.

            Estaba muy agradecida con el reverendo Lance por haberme ayudado con la primera plaza de la beca, mi madre hubiera deseado que ese dinero nos lo hubieran dado para alimentos y ropa, me sentí muy mal por no poder darles en ese momento a mis hermanos lo que ese dinero les traería, pero les demostraría que triunfaría y que los sacaría de aquella vieja casucha.

            Con mis pensamientos en ese futuro me adentre en el edificio principal tratando de encontrar mi salón de Ciencias Avanzadas esperanzada con lograr ese primer paso, pero al parecer el destino no estaba de acuerdo conmigo ya que en la puerta del salón estaba parado Eric O´Neal. Un sudor frio me recorrió la columna vertebral y sin quererlo comencé a tocarme las manos. Sus insultos y bromas aun hoy me atemorizaban. Desee desaparecer o ser invisible pero el deseo no llego a los oídos de mis hadas madrinas ya que como si lo hubieran llamado Eric volteo a mirarme y sonrió macabramente.

-          Miren a quien tenemos aquí – les dijo a sus amigos – la mendiga vuelve a nosotros.

            Escuche unas risas desde la entrada del salón pero yo estaba muy concentrada tratando de pasar a un lado de Eric.   

-          ¿A dónde crees que vas? – me empujo contra la pared y yo no pude dejar de soltar un grito de dolor – ¿Crees que por qué te dieron una beca de estudios eres superior a nosotros?

-          ¿Qué pasa aquí? – escuche una voz a la espalda de Eric.

            No supe qué pensar cuando lo vi, tenía un cabellos muy oscuro incluso se podía llegar a decir que lo tenía completamente negro y sus ojos me recordaban a la miel de las abejas. Era un joven un poco mayor que nosotros que le estaba plantando cara a Eric a pesar de que era unos buenos diez centímetros más bajo que el. Rebosaba de seguridad y control como si no tuviera a una mole frente de él.

            Eric como era de esperar se enfrento a él intercambiando un par de palabras hasta que el joven lo hizo callar permanentemente.

-          Pues en este salón y como en el resto del campus soy tu profesor – dijo el joven dejándonos a Eric y a mí con la boca abierta. Sin más que decir entro al salón y comenzó a dar su clase.

La canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora