Festival de cerezos.

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Hoy era el día... Llevaría a Madara conmigo al festival más grande de la ciudad...
Y lo más importante de todo...

Por fin me le declararía.

Estaba tan nervioso que mi cuerpo temblaba como una gelatina y mis pensamientos solamente pensaban en lo peor.

¿Y si no me correspondía?

-Calmate Hashirama.-Me dije a mi mismo con confianza mientras me miraba frente al espejo.-Piensa positivo...-Respire hondo y deje escapar el aire para tranquilizarme.

Busque en mi closet que me pondría para esta importante ocasión... Por lo que opté por un yukata blanco con detalles verdes que me encantaba demasiado.

Toda esa tarde procedí a arreglarme muy bien para mi gran cita.

---8:00 p.m.---

-¡Ya me voy!.-Avise a mi familia.

-¡Que te diviertas hijo!.-Exclamó mi madre sonriente.

-Me traes algo.-Dijo Tobirama mientras reía.

Después de despedirme salí en dirección a la casa de mi amado con los nervios a flor de piel, pero en mi mente pensaba en un magnífico plan para esta gran noche.

Mordí mis labios al percatarme que estaba frente a la puerta del hogar del azabache.

-Bien...aquí voy...-Toque la puerta un par de veces, seguido de eso unos pasos se escucharon y el que abrió la puerta fue Izuna quien me miraba seriamente.

-Cuida de mi hermano.-Gruño.-Y si le haces algo te las verás conmigo.

-¡Izuna, deja en paz a Hashirama!.-Llegó Madara cruzándose de brazos y reprochando a su hermano quien a regañadientes se metió en la casa.-Perdón, él es así de sobre protector.

Miré a Madara, Dios...que hermoso.

Vestía un yukata rojo vino que le quedaba de maravilla y su cabello estaba recogido en una alta coleta, a pesar de que estaba vestido sencillamente dejaba al descubierto su gran belleza y eso me encantaba.

-Estas hermoso...-Le dije embobado, obteniendo un sonrojo de su parte.

-Gracias...-Sonrió.-Debemos irnos, el festival ya debió comenzar.

Ambos fuimos caminando, cada vez se hacia mas presente el ruido de la música y las personas quienes se divertían...

Al llegar me impresione al ver demasiados puestos, juegos como los de un parque de diversiones, todo estaba iluminado espectacularmente por las luces, las personas reían totalmente divertidos, ¡todo era genial!

-¿Y? ¿Que te parece?

-¡Wow, esto es asombroso!.-Respondí emocionado haciendo reír a Madara.

-Elige a donde quieres.

-¡Juguemos a algo!.-Mi mirada veía los diversos juegos, hasta que vi uno fácil; tiro al blanco.

Lleve a Madara hasta aquel juego el cual consistía en disparar con pistolas de juguete a los diferentes objetivos.

-Vaya...no se si lo haré bien.-Admitió el Uchiha tomando el "arma".

-Debes mantener tu concentración en el objetivo y lo lograrás.-Le aconseje.

Me quede boquiabierto al ver que en cuestión de segundos Madara disparaba con tanta precisión que hasta creí que se trataba de una película de vaqueros, yo hice lo mismo para evitar que me ganara pero fue en vano.

-¡Te gané!.-Gritó victorioso soplando la boquilla de la pistola.

-¡Eso fue épico!.-Exclame sin salir de mi asombro.-¡¿Como es que de un momento para otro hiciste eso?!

Romance Felino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora