Casi veinticuatro horas después del accidente, ambos Yuris se dirigieron al hospital donde los mayores se encontraban.
Casi al instante de bajarse del BMW fueron interceptados por la prensa, la cual estaba rodeando cada cierto tiempo el establecimiento para informar como se encontraban los patinadores.
-¿Vienen a visitar a Nikiforov y Babicheva?-. Fue la pregunta que más sobresalió sobre todo el bullicio que se estaba generando con la presencia del rubio y el castaño.
-Venimos a dar nuestro apoyo.- Sonrió falsamente el castaño mientras que su mente se llenaba de muchísimas maneras de hacerlos sufrir a ambos.- ¿Verdad, Yuri?.- Intento parecer el chico inocente y que no le hacía daño a una mosca.
- Sí, es cierto. Venimos para darles nuestro apoyo en una situación tan difícil.- El rubio no podía disimular muy bien la sonrisa un tanto macabra que se dibujaba en sus labios.- Si no es mucho pedir, Katsuki y yo queremos saber como están nuestros amigos.
Katsuki sin poder evitarlo se sorprendió un poco por como el más alto había llamado a esos estúpidos, pero entendía lo que pretendía hacer; quería hacerlos parecer unos amigos preocupados. Casi dos segundos después de que Plisetsky pidiera a los periodistas que les dieran permiso, éstos se movieron con un poco de temor. Bendita sea esa mirada amenazante, le calentaba mucho.
Después de que ambos pasaran las puertas y fueran al punto de información el Castaño con su encantó y fingida ternura pidió que ambos pudieran ver a Nikiforov y Babicheva; la enfermera que estaba a cargo asintió con un sonrojo muy notable en sus mejillas y dio los números correspondientes de las habitaciones.
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Viktor NikiforovAmbos menores entraron tranquilamente a la habitación del platinado y lentamente se acercaron a la cama donde su cuerpo descansaba.
Yuuri evaluó con su mirada el estado de Viktor. Tenía unos pequeños raspones en su rostro y su brazo estaba enyesado. En realidad no parecía tan jodido, sólo se veía cansado, aunque al observar detenidamente podía ver como su presión le estaba haciendo malas jugadas y su corazón latía con dificultad, o eso veían en el monitor. También podían notar que necesitaba de esa máscara de oxígeno que estaba en su rostro.
Una idea retorcida se le ocurrió al rubio.
-Hijo de puta.- Susurró el rubio mientras se sentaba junto a él.- Le hiciste muchísimo daño a Yuuri. Y te juro que te haré sufrir lo mismo con la perra de tu noviecita y el bastardo que lleva en su vientre.-
-Yuri... tranquilizate.- Se acercó al rubio y puso su rostro en el hombro del menor.- ¿Quieres que te deje un rato solo con él?
-Sí, precioso.Voy a jugar un poco con él; tú ve con Babicheva.- Se acercó al castaño y beso sus labios con fuerza, haciendo que ambos gimieran bajo.- Ve, Yuu.
El castaño se fue dando saltitos y dejó al amor de su vida a solas con la persona que tanto le había hecho daño.
- ¿Necesitas esa fea cosa que tienes en la cara para respirar?.- Le dió unos pequeños golpes a la máscara de oxígeno.- Es muy fea para el gran Viktor Nikiforov.- Con rapidez silenció el monitor y deshizo el nudo de la máscara.- Recuerda cuando no dejabas respirar a mi pequeño con tu asquerosa polla, recuerda los golpes y las lagrimas que derramó por tu maldita culpa. Recuerda.- Tomó la máscara y la retiro rápidamente del rostro del platinado, haciendo que éste empezará a respirar con dificultad y sus puños se cerrarán.- Que poco soporte tienes, voy a ayudarte.- Subió la cantidad de flujo de oxígeno y observaba como la presión del mayor subía y su respiración se hacía mucho más pesada.- No soportas nada, qué ridículo.- Volvió poner el flujo normal de oxígeno y puso correctamente la máscara.- Creo que es mejor jugar contigo mientras estés consciente. Pero bien, voy con Yuuri joder a la puta de tu novia.
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Locura.
Short StoryHIATUS INDEFINIDO. Todo ésto es por ti, Vitya. No debiste jugar conmigo.