—Anna… despierta, A-anna… —susurró con dificultad la hermana mayor con voz preocupada, una voz que ella misma desconocía.
—Elsa, es tarde —se interrumpió con un largo bostezó— ¿Y por qué tu voz suena de esa manera? U-un momento… mi voz… ¡Elsa, mi voz!
La pelirroja abrió sus ojos de golpe, colocando las manos en su garganta mientras abría la boca sin formular palabra alguna y enderezó su cuerpo buscando a su hermana, pero al encontrarla, su sorpresa y terror se hicieron más grandes. Elsa no era la Elsa que conocía, sus rasgos femeninos, su busto, las caderas, el cabello largo… todo se había ido. En su lugar se encontraba un apuesto joven de ojos azules, piel y cabello pálido idénticos a los de su querida hermana.
—Tranquila… yo ya pasé por éste pánico unos momentos antes… no me hagas repetirlo de nuevo —vociferó Elsa con voz calmada, acariciando las mejillas de su hermana— Algo nos ha cambiado… tal vez deberías de tomar un momento para verte al espejo.
Anna no podía quitarle la mirada de encima, era increíble lo que sus ojos veían. Pasó sus manos sobre su propio cabello, sintiendo pequeños nudos de cabello y nada de sus largos mechones enredados, luego colocó sus manos sobre su pecho, donde no había rastro alguno de sus pechos. Dirigió una mirada a Elsa, la cual sonrió con las cejas caídas, como si supiera lo que la menor estaba a punto de hacer. Anna deslizó sus manos a su entrepierna, donde se encontró con algo que jamás podría haber imaginado tener.
—¡OH POR DIOS!
De inmediato corrió al espejo de la habitación, tropezando con la ropa del día anterior llegando con éxito al tocador. La penumbra le impidió ver correctamente su reflejo de una primera vez, entonces frotó sus ojos y miró fijamente, esperando a que sus ojos se adaptaran. Lo que vio fue una versión alterada de su ser, un jovencito de mejillas y ojos redondos con su mismo tono de piel mirándola de vuelta desde el espejo.
—Elsa… ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó el ahora muchacho con su voz ligeramente más grave.
—Tal vez… ¿Pabbie? —sugirió el nuevo chico rubio acercándose lentamente.
—¡No entiendo por qué lo haría! ¿Cómo le voy a explicar a Kristoff? No… ¿¡Cómo le vamos a explicar a todo el reino!? —el menor se quejó casi gritando, a lo que Elsa cubrió su boca con un movimiento rápido.
—Anna… deja de gritar. Se me ocurre que, mientras no sepamos qué fue lo que ocurrió, deberemos de cambiar algunas cosas, como nuestros nombres… ahora no tengo un buen plan, al igual que tú estoy asustada, pero como la reina de Arendelle y tú como princesa… bueno, príncipe… —rodó los ojos, encogiéndose de hombros—, debemos de mantener la paz y averiguar con la mayor calma posible cómo solucionaremos esto.
Anna asintió suavemente colocando sus manos sobre el frío contacto del chico mayor y éste a su vez descubrió su boca. El pelirrojo realizó algunos movimientos imprecisos con las manos sin indicar algo exacto, volteó a ver al rubio frunciendo las cejas y después de unos segundos sonrió por fin.
—Tú deberías de ser el rey Elric y yo… —regresó su mirada a su reflejo en el espejo— yo debería de ser el príncipe Adam, ¿No crees que los nombres son parecidos a los nuestros?
—Mmm… —lo pensó unos segundos para luego esbozar una sonrisa—. Siempre tan optimista, ¿no? Me parece que pueden estar bien por un tiempo, ahora es explicar por qué nos encontramos así.
—¡Oh! ¿Recuerdas las visitas que tuvimos en tu coronación? —“Elric” indicó que sí con un movimiento de cabeza—, podemos decir que la Reina Elsa, es decir tú, nos contactó ese día antes del incidente de la nieve, pidiéndonos tomar cargo de sus puestos y….
—Tomar las riendas de Arendelle mientras nosotras salíamos en un viaje familiar para conocernos mejor después de todos estos años —dijo completando la frase del menor, suspirando satisfecho con el plan actual—. ¿Era algo así a lo que te refieres?
—Eh… sí, eso. Nos excusaremos por no dar aviso un tiempo antes, diciendo que era algo… ¡secretamente especial!
Adam sonrió dando pequeños brinquitos, olvidando el pánico que sentía antes pues ahora era sustituido por una emoción inexplicable en su interior, algo parecido a la felicidad de la complicidad con Elric combinado con la sensación de una aventura completamente nueva para las dos, ¿o los dos?
El mayor suspiró enredando los dedos en su cabello, caminando hacia la puerta decidido a salir al pasillo, entonces su hermano se aproximó a él colocando una mano sobre su hombro.
—¿A dónde vas? ¿No crees que es peligroso salir en esta situación?
—Es mejor ahora que no hay actividad en el castillo, Anna —negó rápidamente con la cabeza y se corrigió— Adam, quise decir Adam —el pelirrojo sonrió ante el pequeño error de su hermano, cosa que no podrían cometer después enfrente de todos o su pequeña mentira blanca podría caer—. Quisiera ir por ropa de papá… es lo que podemos vestir, no podemos quedarnos en estos pequeños camisones de dormir todo el tiempo.
Adam asintió abriendo la puerta y ambos pasaron cerrándola cuidadosamente por detrás. Se dirigieron de puntitas al antiguo cuarto de sus padres, pues aunque sabían que los sirvientes dormían en sus cuartos ubicados en otra sección del castillo, podría haber algún rezagado. A punto de llegar a la habitación, una de las tablas del piso crujió, ambos voltearon rápidamente viendo una pequeña silueta en la oscuridad.
—Intrusos… —murmuró la vocecita—. ¿Ese es el vestido de dormir de la reina Elsa? ¡No! ¡INTRUSOS! ¡HAY INTRUSOS EN EL CASTILLO! ¡Han dañado a la reina!
La pequeña sombra se movió rápidamente al final del pasillo parloteando con la voz más alta posible. Elric distinguió la voz de inmediato.
—¡Olaf, detente! ¡Basta! —lanzó una potente ráfaga helada dando justo en el objetivo, desbaratando al muñeco de nieve por el piso, haciéndolo callar de inmediato, pero era tarde, voces desde el piso de abajo se escuchaban a través de las escaleras.
—Oh no… Els… Elric… ¿Qué nos pasará ahora?
**
¡Espero que les haya agradado hasta ahora, fans fantasma!
Si algún lector encuentra algún fallo ortográfico, gramatical o lo que sea, hágamelo saber por favor c:
ESTÁS LEYENDO
Cambio Inesperado - Frozen Fan Fiction
FanfictionDespués de restaurar la paz y el verano en el reino de Arendelle, un día por la noche ocurre un extraño suceso que cambia de manera drástica y divertida las vidas de la reina Elsa y la princesa Anna. Una historia derivada de una idea general rondan...