Cerraron la habitación como si nada hubiera pasado para que nadie sospechara o se alertara porque el cuarto había sido “corrompido” por alguien. Elric hizo que la luz de la nieve flotante dejase de ser tan brillante y los tres tomaron su camino rumbo a los establos, completamente callados y caminando de puntillas, excepto por Olaf, que en realidad no podía causar ningún ruido al moverse a no ser que empezara a hablar. No salieron por la puerta principal, ya que sería delator y peligroso para todos, por lo tanto prefirieron usar una de las puertas traseras, esas que utilizaban los sirvientes para moverse más rápido por el reino sin necesidad de usar la gran puerta.
Una vez fuera del castillo, el muñeco se cercioró de que no hubiese nadie a la vista que pudiese llamar a los guardias e hizo una señal para que los otros dos continuaran avanzando.
—¿Vamos a tomar un carruaje o sólo caballos? —susurró Adam acercándose a las caballerizas.
—Mmm… sólo caballos, de los que no tienen el corte ni las marcas reales, ¿no? —contestó Elric en otro susurro.
—¿No crees que si tienen las marcas sea más creíble? —el menor hizo una mueca con los labios.
—Podría ser… —el mayor lo pensó por un momento—, mientras no crean que los hemos robado.
Olaf tampoco sabía qué elegir, en realidad al final todo dependía de la mentalidad del reino y sus habitantes, caballos con o sin marcas o carruaje, la decisión de creerles o no era totalmente de ellos.
—Tan sólo tomemos los caballos con marca, aunque seamos chicos supongo que aún distinguirán nuestra esencia, ¿no? —decidió el rubio abriendo una de las puertas dejando salir dos de los caballos. Color negro para él y crema para su hermano.
Cada uno montó a su caballo, de verdad parecían de la realeza de algún otro reino o por lo menos chicos de familia adinerada, lo cual les sería de gran ayuda más tarde. Olaf los miraba desde abajo mientras sonreía con los ojos bien abiertos y se alejaba un poco para apreciar mejor la escena.
—Woah, debo de grabar este momento en mi mente…
—Uhm, no creo que eso le agrade mucho a Elric —le dijo con una gran sonrisa el menor.
—¿Agradarme? —negó con la cabeza y rió un poco—. Vamos, se hace tarde chicos.
Adam asintió mientras Elric comenzaba a avanzar un poco, checando que su caballo atendiera correctamente los comandos para evitar accidentes innecesarios. El menor le extendió una mano a Olaf para que éste pudiera subir al caballo junto con él, pero al momento de jalar la ramita, ésta se desprendió del cuerpo haciendo que el muñeco sonriera y le pidiera de vuelta su mano.
—Oh, esperen, yo ayudo —les dijo Elric girándose hacia ellos.
—Bien, sí, gracias —Adam rió mientras soltaba la ramita y el muñeco la tomaba.
El rubio sólo necesitó de un movimiento para hacer que el pequeño levitara y se acomodara en la parte de atrás del caballo de Adam, en la cual adaptó una especie de sillita de hielo para que no se cayera, además de que los detalles hechos de hielo volvían su historia más creíble.
—Gracias —murmuró Olaf pasando sus ramitas por los bordes de la silla.
—Sí, no hay ningún problema —contestó gentilmente el mayor.
—Entonces, ¿ahora a dónde vamos? Ya no falta mucho para el sol —soltó el pelirrojo señalando al cielo, que comenzaba a aclararse.
—¿Recuerdas cómo fue que hui de aquí?
—Eh… sí, caminando por el agua —dijo Adam con una mueca.
—¡Exacto! Haremos un camino de hielo, lo cruzaremos de aquí para allá y luego de regreso.
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Cambio Inesperado - Frozen Fan Fiction
FanfictionDespués de restaurar la paz y el verano en el reino de Arendelle, un día por la noche ocurre un extraño suceso que cambia de manera drástica y divertida las vidas de la reina Elsa y la princesa Anna. Una historia derivada de una idea general rondan...