Capitulo 2

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El resto del día resultó un anticlímax. Taemin fue a comer con Key, como solía hacer, pero el otro chico se negó a hablar de lo sucedido aquella mañana. Taemin tenía la sensación de que el señor Onew le había dado instrucciones explícitas de no hacer comentario alguno, o tal vez habría sido el gran jefe en persona.

Se pasó la tarde escribiendo a máquina un largo y aburrido informe, sin poder dejar de atender a cuanto sucedía fuera de su pequeño despacho. Oyó salir al señor Onew en un momento dado pero, por suerte, no pasó a verlo ni le oyó hacer comentario alguno. Hubo el movimiento habitual en el despacho de Key, pero nada extraordinario.

Taemin terminó el informe, imprimió tres copias y grapó cada grupo, poniéndolas en tres carpetas. Luego se estiró en la silla y se pasó la mano por el pelo, cerrando los ojos y suspirando. Había intentado no pensar en la reunión que habría de tener con el señor Choi . La verdad era que prefería no verlo, ni entonces, ni nunca más.

—¿Cansado? –De pronto una voz particularmente conocida llamo su atención-

Taemin abrió los ojos sobresaltado y allí estaba él, vestido con un traje gris que debía de ser carísimo. Llevaba la chaqueta sin abrochar y dejaba ver una impoluta camisa color vainilla metida por la impecable cinturilla del pantalón. Era, sin duda, la personificación del prototípico magnate. Así vestido estaba incluso más sexy que con pantalones de cuero.

Taemin se horrorizó de aquel último pensamiento, así que se incorporó rápidamente en su asiento, tratando de evitar ruborizarse.

—Son casi las cinco y media. Creo que nuestra conversación podría tener lugar durante la cena, ¿le parece? ¿Está usted libre esta noche, joven Lee? –Y esa maldita sonrisa apareció en su rostro, mostrando sus perfectos dientes, Taemin deje de respirar por unos segundos antes de responder-

—¿Cómo? —¿estaba alucinando? Debía de estarlo. No podía haber dicho lo que acababa de decir.

—Cenar —repitió él con un tono condescendiente casi insultante—. Le estoy preguntando si querría acompañarme a cenar esta noche.

Taemin se ruborizó aún más. ¿Se había vuelto loco?

—Tengo una propuesta laboral que hacerle —continuó él—. Pero estoy hambriento y sediento, y me parece que sería más agradable hablar con una buena copa de vino delante. Si está libre, lo puedo acompañar a casa para que se cambie. Tengo una mesa reservada para las siete.

Taemin lo miraba totalmente anonadado. Pero, después de recapacitar, se preguntó para quién habría hecho realmente aquella reserva. Un hombre como él seguro que no cenaba nunca solo. Sin duda, había tenido algún percance con su acompañante y él no iba a hacer más que rellenar el hueco. Trató, no obstante, de mantener la calma.

—No entiendo, señor Choi. ¿Me ha dicho que tiene una propuesta laboral que hacerme? –Pregunto Taemin intentando calmar sus nervios-

—No me diga que no ha estado todo el día pensando en buscarse otro trabajo.

Taemin se quedó boquiabierto y trató de salir airoso de aquella situación. Si confirmaba sus sospechas, se vería fuera de la compañía antes incluso de lo que él había imaginado. Choi Minho era el tipo de jefe que exigía total lealtad.

—¿Qué le hace pensar eso? —respondió.

—Buena salida, joven Taemin —dijo él en un tono grave.¡ Aquel hombre era imposible!—. Bien, le daré diez minutos para terminar lo que está haciendo y luego nos dirigiremos a su apartamento, ¿de acuerdo?

Taemin pensó en todas las razones que hacían necesario un "no" a tan ridícula invitación pero, al parecer, no fueron suficientes.

—Gracias, señor Choi. Estaré encantado de cenar con usted y oír esa propuesta que me quiere hacer. –Y a pesar de que su consiencia le decía No, el decidio no escucharla y aceptar su invitación, ya veria cual era esa propuesta-

Amor en París (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora