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Seguía tocando y tocando, pero no transmitir lo que cantaba la frustraba, poco a poco su frustración se convirtió en inspiración y sin darse cuenta la canción que tanto le estaba costando interpretar le salió de maravilla.

Cuando cantaba esa melodía parecía como si verdaderamente estuviera enamorada y estuviera cantándola al amor de su vida, pero simplemente no era así. Solo le gustaba, y quería interpretarla bien, no tenía tanto sentido cantarla, pero era una muy buena canción. Dejó su guitarra en su lugar y agarró su ukelele, Here comes the sun se hacía presente. De alguna manera su pequeño ukelele y esa canción la reconfortaban de una manera inefable. Cuando estaba en su cuarto y afuera se escuchaba sus suaves melodías todos sabían que no debían interrumpirla y que de alguna manera se encontraba estresada, cada que cantaba esa canción se liberaba de su estrés y se decía así misma que venía el sol y todo iría bien.

Su padre al escuchar todo decidió entrar a su cuarto, para él siempre era increíble escucharla hacer lo que amaba. Su padre entró en el momento exacto, justo en su parte favorita.

Sus voces se hacían una sola, Camila se esforzaba para que su ukelele sonara mejor, disfrutaba estar en ese momento con su papá.

Little darling, I feel that ice is slowly melting
Little darling, it seems like years since it's been clear
Here comes the sun
Here comes the sun, and I say
It's all right

Su padre movía sus manos intentado hacer una coreografía mientras cantaba para que se entendiera que el sol ya vendría, pero parecía más una danza hawaiana.

Here comes the sun
Here comes the sun, and I say
It's all right
It's all right...

Terminaron cantando entre risas y aplausos.

Y por supuesto que el sol ya venía.

-Hija, ¿Me harías el favor de tocar el piano para mí?

-Por supuesto que sí, para mí es un honor.

-Antes queremos hablar con tu mamá de algo contigo.

-Claro papá, está bien.

Ambos salieron de la habitación de Camila bajaron las gradas y se dirigieron a la sala donde se encontraba aquel piano de cola con el que Camila había aprendido a tocar y con el cual había pasado grandes momentos y justo a la par de él su mamá se encontraba parada, por lo cual decidieron sentarse en los sillones.

- ¿De qué quieren hablar y qué quieres que toque papá?

-Hace tiempo que no te escucho tocar candilejas, ¿Podrías tocarla? – dijo acomodándose a la par en aquel banco. – Más que todo queremos confirmar algo.

-Claro papá, ¿Estas triste? ¿Qué cosa? – respondí con duda

-No, es solo que hoy vi la película y me gusta más como la tocas tú, díselo tú cariño.

-Que haría sin tus halagos. - dije con un tono aliviado

-Camila, nosotros apoyamos tus decisiones y lo que te haga feliz por nosotros está bien, pero no creo necesario que hagas algunos espectáculos en la calle, sabes que por ser tú siempre hablaran de lo que ellos creen que haces mal – dijo mi mamá y no entendía porque decía todo eso.

- ¿De qué hablas? – dije confundida

-De esto – dijo enseñándome una revista nacional y en la portada nos encontrábamos Sebastián y yo, el abrazándome por detrás de la silla y dándome el beso en la mejilla y yo riendo.

¡Park Jimin! ¿Qué Has Hecho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora