¡Park Jimin! ¿Qué Has Hecho?

3

La alarma empezó a sonar, verdaderamente no quería levantarme. Estuve a punto de llamar a Sebastián para cancelar nuestros planes. Seguí durmiendo y pude escuchar que tocaron mi puerta de la manera más brutal posible y la abrieron así que fingí estar en un sueño profundo. Mi alarma seguía sonando, estaba muy lejos como para apagarla.

-Hola Mila.

Era el odioso de Sebastián, ¿Qué hacía aquí? Solo me tapé completamente con las sabanas para que no pudiera verme, por alguna razón su voz se escuchaba algo lejos.

-No seas ridícula no te hagas la dormida, ¿no piensas apagar la alarma?

-Cállate Sebastián, déjame dormir.

-Despiértate, no me dejaras plantado. Falta una hora para vernos.

-Pues no iré, ya vete.

- ¡Camila!, No trates así a Sebastián.

En ese momento quité las sabanas de mi cara, ¿Qué hacia mi mamá aquí? Como no lo pensé desde un principio, ¡claro! Sebastián había llamado a mi mamá para que me levantara porque sabía que podía dejarlo plantado.

-Sebastián me llamó por lo mismo que no te levantas Camila, que bárbara. ¿Cómo piensas dejarlo plantado? ¡Levántate hija!

-Ya mamá, ya voy. Me meteré a bañar, que feo que defiendas a Sebastián y no a mí- dije haciendo un puchero.

-No vengas con eso, dijiste que irías, no puedes dejarlo plantado. No seas así hija.

Sebastián soltó una carcajada al escuchar como mi mamá actuaba histéricamente.

-Te miro dentro de una hora Camila y por cierto gracias suegra.

- ¡Ay Sebastián! Ya empiezas con lo mismo, mejor te cuelgo porque si sigues mejor no dejo ir a Camila, adiós. - colgó la llamada antes de que Sebastián pudiera decir algo.

- Ves porque planeaba dejarlo plantado.

-Sebastián es lindo, no puedes hacerle eso. Además, es tu mejor amigo Camila. - dijo sentándose a un lado de mi cama

-Me meteré a bañar mamá que ya tengo poco tiempo - reproché

-Está bien, ¿No comerás verdad?

-No mamá

-Camila, por cierto, ten cuidado con Sebastián. Sabes que lo queremos y que ustedes se aman muchísimo, pero son amigos, no puedes herirlo hija. -dijo agarrando mi mano suavemente

-Mamá ¿Por qué dices eso? - no entendía el porqué de sus palabras.

-Por nada hija, solo apúrate y ve, tienes que ser puntual.

No entendía nada de lo que estaba diciendo, mucho menos sus razones. Era mi mamá por lo tanto tenía más experiencia, entendía y sabia más que yo.

Sin nada más que decir mi mamá salió de mi cuarto y yo me metí a la ducha. Cuando salí revisé mi celular y vi los outfits que de la oficina me habían mandado y busqué con la mirada la caja donde venían las prendas, elegí uno. Demasiado chic para mi gusto, pero estaba muy lindo, me eché un poco de perfume, metí un regalo en mi bolso, bajé me despedí y manejé hasta aquel lugar donde Sebastián y yo habíamos ido por años.

Todos los recuerdos venían a mi mente, Sebastián siempre había estado, ese café traía miles de recuerdos a mi mente, las peleas reconciliaciones y sobre todo casi una vida con él. Tal vez confundimos amor con amistad, pero sin duda quiero volver amar o incluso que el sentimiento sea más intenso que cuando amé a Sebastián. O sea, todavía lo amo, pero como amigo ¿me entienden?