2. Juegos prohibidos

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Raoul entró a la habitación con dos vasos de cubata, una botella de vodka y sunny.

- Tío, para lo rico que eres, pensaba que traerías Cosmopolitans como en Sexo en Nueva York, una de mis series favoritas.

- Todo lo que tenga que ver con sexo te gusta, eh - dijo Raoul con una sonrisa picarona.

- Cómo me conoces.

Raoul llenó los vasos con 1/4 de vodka, quería empezar la noche a lo grande.

- Bebamos un chupito en honor a lo vivido en la academia - dijo Raoul.

- Y por lo que viviremos fuera...

Al final, más que un chupito acabaron siendo 6. Cuando ya estaban lo suficientemente contentillos como para sincerarse, decidieron jugar al jo mai mai.

Agoney no entendía, así que Raoul le explicó que en Cataluña en vez de jugar al yo nunca se jugaba al jo mai mai, y como él vivia en Barcelona se jugaría a eso.

Empezó Agoney.

- Jo mai mal... Raoul

- ¿Qué?

- ¿Lo he pronunciado bien? - ese era uno de los mayores temores de Agoney.

- Sí tio, dilo ya

- Jo mai mai he adoptado a un perrito

Agoney bebió.

- Tío, que muermo eres. Pero di cosas más atrevidas. Aprende de mi. Hablando de perros... jo mai mai he hecho la posición del perrito

- ¡Raoul! Qué corte, jejeje

Los dos bebieron y rieron.

- Me esperaba esto de ti, la verdad - dijo Agoney, insinuándose a su amigo.

- Yo de ti igual, perro fiel.

Agoney quería conocer alguno de los secretos de Raoul, así que decidio hacer preguntas más personales.

- Jo mai mai... lo he hecho con una chica

Raoul bebió.

No. No podía ser. Y si... Agoney se quedó petrificado. Todo se le desmoronó. Raoul había bebido. ¿Y si Raoul no era gay? ¿Y si todo habían sido imaginaciones suyas? Agoney estaba a punto de llorar, pero aun quedaba un atisbo de esperanza. Solo debía esperar un turno.

- Jo mai mai... he estado en la litera de abajo mientras en la de arriba habían dos personas teniendo sexo - dijo Raoul, lanzándole una indirecta al canario.

Agoney se puso rojo.

- Tío, qué capullo, jajaja. ¿Estabas despierto? Qué corte

- Como para dormir, con lo que os movíais y chillábais

- Ay, calla, ¿pero sabes con quién era?

- Con Ricky

Por fin volvió a ser el turno de Agoney.

- Jo mai mai me he acostado con un chico - dijo Ago poniendo énfasis en la o.

Agoneh esperó a que Raoul bebiera, pero ese momento nunca llegó. Él, obviamente, bebió un gran trago para superar esta respuesta.

- Raoul, ¿puedo volver a hacer yo la pregunta?

Raoul asintió.

- Jo mai mai me he sentido atraído sexualmente por un hombre

Raoul rió al ver el interés de su amigo y, observándole fijamente con cara de seducción y sonrisa pícara, bebió. A Agoney le salió una sonrisa y propuso poner música de ambiente.

Empezó a sonar "hoy ha vuelto a darme por pensar, que el diablo vino a hablar...".

- Bueno, me toca -dijo Raoul- jo mai mai... he sentido cosas por Ricky...

Nadie bebió.

- Fue solo sexo, llevaba mucho tiempo sin hacerlo y estaba necesitado

- ¿Y ahora lo estás? - sugirió Raoul

Agoney no podía creerse lo que estaba pasando. Raoul estaba muy cachondo y quería mambo y él estaba dispuesto a dárselo. El canario, con muchísimas ganas, se acercó rápidamente a Raoul y le plantó un morreo de esos que no se olvidan. Obviamente, Raoul le devolvió el beso, ya que estaba deseando saborear sus labios intensamente.

Después de que los dos pasaran unos minutos enrollándose, a Raoul se le ocurrió una idea.

- Ago, ¿qué te parece que juguemos con el vodka y nuestro cuerpo? - dijo con voz sexy.

Agoney tomó la iniciativa y, después de tumbar a Raoul en la enorme cama de matrimonio, lanzó vodka en el profundo ombligo de Raoul y empezó a chuparlo y besar la zona... la situación empezaba a calentarse mucho.

Ragoney: Yo seguiré siendo tu perro fiel (BDSM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora