3. Utensilios sexuales

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El más atrevido, Agoney, se bajó los pantalones. Raoul se quedó estupefacto al ver el enorme miembro del canario totalmente empalmado, qué apetecible.

- Wow, ¡qué pollón! - exclamó Raoul relamiéndose los labios.

Raoul se acercó sensualmente a su compañero de Manos Vacías, con la intención de no irse con las manos vacías.

- ¡Quieto! Raoul, todo a su tiempo... primero vamos a calentarnos un poquito más.

- Ago... te puedo asegurar qur no puedo estar más caliente... necesito todo de ti, hazme el amor.

- Raoul, calma, y... en primer lugar, yo no hago el amor. Yo follo. Duro.

Agoney notó cómo Raoul se tensó al escuchar esta confesión... quizá no estaba preparado.

- Ven, Raoul, déjame tranquilizarte un poco...

Raoul se dirigió a su "amigo" y se sorprendió gratamente cuando este le sacó su ancho pollón y se lo introdujo en la boca.

- Ay, Agoney, cómo me gusta... esto me recuerda a esos últimos días en la academia, ¡pero ahora por fin podemoa hacer ruido! - Chilló Raoul, dejándose llevar y chillando como nunca.

Después de 7 minutos, por fin llegó el momento de máximo éxtasis: Raoul se iba a correr. Este no sabía si su compañero se iba a apartar o no ante su aviso entre gemidos, pero Ago se quedó quieto. Qué atrevido.

Finalmente, Raoul expulsó todo el contenido acumulado en su pene (seminal, no pis) en la boca de Agoney, y este, con una mirada fogosa y atrevida, se lo tragó.

- Qué, ¿ya estás más tranquilo? - Preguntó Agoney.

- Sí, por favor, FÓLLAME.

De repente, los ojos de Agoney se ensombrecieron. A Raoul no le daba miedo esa mirada, le excitaba. Poco a poco Agoney se le fue acercando, hasta que su boca quedó pegada a la oreja de Raoul.

- Aunque parezca un buenazo y un osito de peluche, yo no soy así. Porque estoy muy jodido. Tengo muchas más sombras que luces. 1450 sombras más.

Raoul no entendía lo que Ago le decía, sabía que su número de casting era el 1450, pero no acababa de entender que tenía que ver con eso. Aunque a él todo le daba igual ya, solo quería y necesitaba sentir a Agoney dentro de él.

- Raoul, quédate aquí, ahora vengo.

Agoney tuvo que apañarse con lo que había en casa de Raoul e improvisar, ya que se había dejado su oscuro material sexual en Canarias. Este se dirigió a la cocina y, rebuscando en los cajones, encontró una espátula que podia servir de látigo. Bien. Luego, cogió un delantar para atar las manos de Raoul como si fueran esposas. Se dirigía de nuevo a la habitación de Raoul, pero de camino se encontró con un antifaz de Cuéntame. Ya tenía todo lo que necesitaba.

- Tío... ¿que pretendes hacer? - preguntó Raoul, sorprendido. - ¿te pone eso de disfrazarte? No me parece mal... pero el antifaz es de mi madre, eso me corta un poco el rollo...

- La verdad es que eso también me pone... pero no es lo que quiero hacer hoy.

- ¿Y qué quieres hacer? - Raoul no podía estar más excitado.

Agoney decidió no responder con palabras y empezó a lanzarse a la boca de Raoul mientras lo ataba. Una vez atado, le dio la vuelta y le puso el antifaz.

- Agoney, penetrame YA.

- Shhh... ya verás como así sientes más placer y lo disfrutas al máximo...

- No tardes, por favor

Entonces, de golpe, Raoul lo sintió. Estaba pasando.

Sin poder observar lo que pasaba y sintiéndose como una persona a la que le habían cortado las manos, Raoul esperaba expectante lo que pasaría a continuación. ¿Agoney le metería su pene por el culo? ¿O le esperaba alguna sorpresa? El canario le había ordenado que se pusiera boca abajo, como si fuera a dormir, aunque eso era lo que menos quería Raoul.
De repente, este notó algo frío en su nalga. Esto hizo que se le estremeciera el cuerpo y se tensase.

- Pero Ago, ¿qué haces?

- CALLA SUMISO - respondió Agoney en todo autoritario.

El mismo chico que había cantado Eloise hace tan solo una semana, le estaba recorriendo todo el cuerpo con ese objeto frío, ¿qué sería? Pero de repente, Agoney le dio un fuerte latigazo en la nalga derecha con ese instrumento.

- AGO QUÉ COÑO HACES QUÉ DAÑO.

- QUÉ TE HE DICHO QUE TE CALLES QUE ERES MI SUMISO

- PERO TÍO, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?

- TE ESTOY DANDO LATIGAZOS, ¿NO LO NOTAS?

- PERO SI ESTO ES DURO Y FRÍO, NO ES UN LÁTIGO

- HOMBRE RAOUL ES QUE NO TIENES MATERIAL ADECUADO, HE TENIDO QUE IMPROVISAR. ¿AHORA ME DEJAS SEGUIR?

Aunque a Raoul le había parecido un poco raro lo que había hecho Agoney, eso no significó que no le excitara. Raoul se calentó muchísimo y cuando estaba ya preparado al 200%....... Agoney le penetró. Así, sin avisar. Duro. Excitante. Fogoso. Mira que existen palabras sexuales, pero ninguna se correspondía a lo que estaba sintiendo. Era algo sobrenatural.

- Dios, Agoney, sigue, sigue... no pares - exclamó Raoul, casi sollozando del placer

- ¿A que te gusta? TRANQUILO, QUE NO PARO.

- MÁS DURO AGONEY, POR FAVOR, SIEMPRE SERÉ TU PERRO FIEL, SERÉ LO QUE TÚ QUIERAS.

- Como me gusta que me digas eso, LADRA, LÁDRAME - gritó Agoney

- GUAU, GUAU, GUAU. Agoney, sigue, más fuerte, aaaah, AAAAAAH. MÉTEMELA HASTA EL FONDO.

- QUE PARES DE PEDIRME COSAS. EL QUE MANDA AQUÍ SOY YO.

Agoney y Raoul estaban a punto de alcanzar el clímax, iban a llegar al orgasmo en 3, 2, 1...

- ELOISEEEEEEEEEEEEEEE

- PERO QUÉ DICES AGONEY

- ESTOY TENIENDO UN ORGASMO

- ¿CUANDO TIENES UN ORGASMO DICES ELOISE?

- ELOISEEEEEEEEEEEEEE

- BUA BUA AGO QUE YO TAMBIÉN ME CORRO VA UNA EMBESTIDA MÁS

- Raoul eres un pesado, siempre dando órdenes, pero va me diste tal orgasmo que no te voy a hacer sufrir, AHÍ VA EMBESTIDA

- AAAAAAAAAAAAAAAAAH, AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH - chilló Raoul con voz grave y masculina, igual a la que puso cuando cantó Every Breath You Take.

Los dos amantes se quedaron en la cama abrazados el uno al otro, en silencio, hasta que Raoul rompió el hielo.

- Bua Agoney, me ha dolido mazo lo de la espátula, no me lo hagas más porfa

- Pero Raoul si eso es de las cosas más flojitas y básicas que me gusta hacer

Raoul se levantó y se miró en el espejo.

- Agoney tío tengo la espátula marcada en el culo, qué vergüenza...

- Es un bonito tatú de recuerdo, jeje.

- No necesito un TATTOO para recordar esta noche, te lo aseguro... ha sido inolvidable.

- ¿A que follo bien?

- Agoney, de verdad, no se como puedes ser tan cuqui de puertas para afuera y dentro del dormitorio... te molan las lokuras, jajaajaja

- Ya ves, me adapto, guapo

Raoul seguía de pie, totalmente desnudo y Agoney no podía parar de mirar el perfecto culo de su reciente compañero sexual. Lo tenía tan redondito, respingón y bien puesto... y tan blanquito... uffff, que ganas tenía de volver a meter su gran y peludo miembro ahí... aún recuerda la primera vez que vio ese sugerente pompis en la academia, con esos ajustados pantalones de chándal grises... desde ese día, no ha podido parar de pensar en él. Hasta hoy.

Ragoney: Yo seguiré siendo tu perro fiel (BDSM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora