Cuando vienes huyendo de un pasado tortuoso, buscas refugio.
cuando tu corazón esta destrozado no confías en nadie.
Cuando las burlas te vuelven desconfiada , no quieres cederle el paso a un desconocido.
dos personas distintas las cuales sus camino...
El olor a hierro de la sangre, inundaba sus fosas nasales; latigazos que arrancaban tiras de piel. Dolor incesante inundaba cada milímetro de su cuerpo, sus manos amarradas por encima de su cabeza, hacían que sus brazos dolieran , sus piernas temblaban, no tenía casi soporté. ¿ quien lo tenía allí?, ¿ quien era él causante de tanto dolor?, los latigazos cesaron, su cabeza cayó hacia delante exhausto, se sentía desfallecer, no caía de bruces sobre el suelo, gracias al amarré del que era víctima. El dolor se convirtió en ardor, sus carnes se podían ver a simple vista, la sangre gotean te ceso, secándose, y a su pasó dejando un amargo olor en el ambiente, el cual flotaba en el espeso aíre, encerrado en aquella cloaca húmeda y hedionda; su boca seca, a gritos pedía agua. Pero nadie lo socorría, nadie lo ayudaba, su rostro lacerado, amoratado y lleno de sangre. Seca; tembló.
__¿ Qué haces aquí?,__ inquirió una voz a su lado, trato de girarse para ver a su acompañante de celda, pero sólo consiguió revivir su insoportable dolor, cerro los ojos con fuerza , apretando sus dientes, cuanto sufría,__ ¡ eres muy joven para tener que pasar todo esto !, __ sonrió con dolor.
__¿ Donde estoy?,__ el lugar era casi oscuro, iluminado tenue mente por los últimos rayos del sol.
__¿ No lo sabes ?,__ volvió a cuestionar la voz, frenético negó.
__No, no lo se, nunca le he hecho daño a nadie,__ tragó en seco, sí, si le había hecho daño a alguien, a una preciosa lady, la cual estaba ciega por su culpa,__ solo he servido a mí país,__ dijo casi llorando.
__Estas en el infierno, en manos de los malditos españoles,__ Lewis tembló.
__Españoles?!,__ grito mientras forcejaba, tratando de soltarse, abrió los ojos, ya no estaba en aquella celda fría, y asquerosa; ahora estaba en su mullida cama, cubierto con sabanas de seda color azul petróleo, agitado respiró, mirando hacía todos los lados de su recámara. ¿ hasta cuándo, hasta cuándo tendría esas pesadillas?, se llevó las manos a la cabeza mientras se mecía, hacía adelante y atrás cómo un chiquillo, el cuál le teme al monstruo debajo de su cama , desde aquel entonces no había vuelto a ser el mismo, su vida había cambiado drástica mente.
Londres....
Jamás pensó que le doliera tanto el ver a su prometido en brazos de otra mujer, pero no , eso le dolía eso, no , lo que le dolía era que esa mujer era su propia hermana , Grelyz.
Respiró profundo, trago en seco, para controlar el nudo que se formaba en su garganta, con sus dedos barrió la cálida lágrima que acariciaba su nívea mejilla.
__Dawson,__ lo miraba inquisitiva,__ ¿ cómo pudiste ?,__ Grelyz arqueaba una larga y bien definida ceja ,mientras la observaba con una sonrisa burlona dibujada en sus antes rojos labios?,__ Y tú!, me espere cualquier cosa de ti, menos esta bajeza,__ Grelyz entorno sus azules ojos.
__No me vengas con sentimentalismos,__ dijo fastidia la rubia, quién sentía desprecio por su hermana mayor,__ el buey lento,__ la miró de arriba a bajo,__ se toma el agua turbia,__ dijo acoplando su esbelta figura a su amante, y prometido de su insufrible hermana , la pobre lisiada Florence.
Florence negó.
__¿ Cómo pude?,__ respondió al fin el trigueño,__ acaso no te ves,__ señaló a Florence , quien lucía un vestido color rosa pastel.
Ella bajo su rostro y se observo, no entendía por que Dawson la menospreciaba tanto.
__No entiendo, explica me!,__ dijo con voz rota, Dawson negó mientras en sonreía.
__No me hagas decírtelo,__ dijo señalándola,__ no es evidente?,__ arqueo una gruesa y poblada ceja negro, Florence dedujo que caminó comenzó a tomar la discusión.
Levantando su delicada mano, golpeó un fuerte y certero puñetazo; en el trigueño rostro del guapo canalla .
__Maldita,__ bramó furioso, tomándolas con fuerza por sus brazos,__ como crees que podré presumir una mujer incompleta, una lisiada , nunca podre tener intimidad con... Contigo,__ Florence tragó en seco, un horrible nudo se formaba en su garganta, acaso ella era la culpable de estar en semejante estado ?, no, el único culpable era él,__ me avergüenzas, cuando mis amistades me ven contigo colgada del brazo, cuándo vamos a misa, o paseamos en Hyde Park, __ Florence respiraba agitada, su pecho subía y bajaba, no merecía todas esas horribles palabras.
__Miserable,__ dijo con ojos llorosos y dientes apretados,__ el único culpable eres tú, lo apuntó con su índice, si no fuera por ti, yo seria normal,__ Grelyz miraba al uno y al otro muy entretenida.
__ Y por eso debo cargar contigo?,__ Florence negó.
__No, no debes, Grelyz es mejor mujer que yo, romperé el compromiso, y ustedes podrán casarse, ella te dará lo que mereces,__ dijo señalándola a su hermana quien se acomodaba su largo, lacio y rubio cabello, __ que sean felices,__ dijo antes de salir.
__Al fin te liberaste de ella,__ enroscó sus blancos y flacos brazos alrededor del cuello de Dawson, quien debía sentirse libre y feliz, pero no, sentía un miserable, un completo miserable.
Florence atravesó el salón donde se desarrollaba la fiesta de su compromiso, los invitados trataban de abordarla , pero ella con una sonrisa amable los apartaba de su camino, en su recámara se tumbó en su cama, no merecía ser tan infeliz, pero debía seguir adelante, cerraría su corazón al amor, todos los hombres eran iguales, unos malditos bastardos unos miserable que no merecían que las mujeres derramaran una sola lagrima por ellos , como odiaba a Dawson en ese momento pero mas se odiaba ella por aferrarse a un hombre que le demostraba frialdad cada que estaban juntos, era algo inevitable, algo que ella sabia desde hacia mucho sucedería, y ese fino hilo que lo mantenía unido su había reventado sin remedio alguno
