Febrero 16, de 1884
Sr King, me dirijo hacía su persona a través de esta misiva con la intención de informar que si no realiza los pagos de sus deudas dentro de dos días su negocio formará parte de mis posesiones.
Atte. Sr William Hans
Tras leer la carta que había recibido de la mano del pequeño Joe no sabía que decir. Se maldijo y maldijo aquel maldito momento en el que había tomado gusto por los juegos de azar.
-Ve a la casa de los Hans y dile a William que pronto le daré el dinero, que el negocio es de mi esposa y que con él no se meta.- dijo Albert con poco ánimo. El pequeño salió corriendo para poder entregar todo el mensaje, pues de seguro que si tardaba no recordaría nada y eso significaría un castigo muy doloroso para él.
Tras despachar al muchacho, Albert ingreso al Imperio con gran frustación y ordenó a que llamaran a su familia. En pocos segundos se encontraba reunida la familia King. Rubí King a pesar de la edad seguía portando un cuerpo envidiable para todas las damas mayores de la ciudad; sus ojos eran verdes como las hierbas frescas de los prados, su tez blanca como el mármol y sus labios rojo carmin hacian juego con sus cabello rojizo como las hojas de los árboles en época otoñal. Por su lado, Albert King a pesar de los años tenía su rostro juvenil cubierto por una barba larga y negra su porte era como el de un alto aristócrata inglés. Sus ojos azules y su tez tostada por el sol hacían de él una mezcla armoniosa y un hombre sumamente atractivo. Albert King era un hombre que al parecer se quedaba en el tiempo y su belleza era tan deseada como la de su esposa. Sin embargo, la integrante con mayor atención recibida era sin lugar a dudas la niña King. Luz King era una muchacha de casi veinte años de edad, su piel seguía siendo oscura como la espiga madura del trigo, esa tez casi dorada era acompañada por unos ojos negro azulados como la noche de Londres, ojos que parecían parte del cielo nocturno. Sin mencionar su cabello largo y negro azabache que siempre lo llevaba sin recoger y caía suavemente en sus hombros y caderas. Azul parecía apreciar la ironía de su nombre, pues nada en ella era de color claro ni mucho menos sus ojos se parecian al mar. Sin embargo, estaba feliz por la vida que llevaba y por los padres que le habían tocado, pues a pesar del lugar en donde creció su infancia no fue interrumpida por nada raro y la habían criado como una dama. Allí se encontraba la familia más escandalosa de toda la ciudad a punto de tener una charla que condenaría a todos en esa familia.
-Lo siento mucho, pero William ya no nos va a esperar. Me dio un plazo de dos días y sabemos que no vamos a reunir el dinero a tiempo- dijo Albert
-¿Qué haremos Albert? Perderemos todo- dijo Rubí
- Lo sé, pero no existe otra posibilidad. Debemos vender el Imperio. Pagaremos nuestras deudas y nos iremos lejos de aquí. Empezaremos de cero, pero estaremos juntos.- dijo Albert
-Padre, no puedes hacernos esto, me gusta vivir aquí y mis amigas son las joyas
-Luz no seas tonta, son prostitutas que tipo de amigas pueden llegar a ser. El dinero es lo que más les importa.
-Puede que sean lo que tu dices, pero ellas me han criado desde pequeña y te han ayudado en todo, porque debemos pagar todos si el que cometió el error fuiste tú- soltó Azul con furia
-Cierra la boca niña, soy tu padre y no debes hablarme así- exclamó Albert con furia en los ojos, sabía que su hija tenía la razón pero no era momento de buscar a culpables.
-¡Albert!- exclamó Rubí- ya no le grites tu la has malcriado ahora no le pidas respeto. Y tu muchacha ve a tu cuarto no tienes porque estar aquí. Ya se te comunicó la noticia ahora vete.
-Pero... madre...- rogó Azul
-Sin quejas vete no oses a enfrentar mis palabras- sentenció Rubí.
Sin decir nada más Azul subió a su cuarto se encerró y se quedó en silencio pues quería oír lo que sus padres hablaban.
- Que vamos a hacer Albert- dijo Rubí retomando el motivo de la reunión familiar.
-Llamaré a William Hans y le venderé el lugar, es preferible que me dé algo de dinero antes de que me la quite sin poder hacer nada.
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Azul-Zafiro
RandomAzul King es una muchacha heredera de las deudas de sus familiares y decide comenzar a trabajar en el negocio familiar ya que ha sido solicitada por la clientela de sus padres. Azul cree que su destino esta sellado y no desea luchar por un cambio ya...