II

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La mañana del día del festival fue todo un caos para nuestra protagonista, la floristería estaba llena de clientes que regalarían flores a sus parejas, tenía dos misiones de reconstrucción de la aldea pendientes y debía prepararse para el festival de ésa noche.

—¡Ya voy! —gritaba Ino, llevando y trayendo montones de diversas flores, había una gran cantidad de clientes.

—Ino, tu misión es en un par de minutos, será mejor que ya te vayas o llegarás tarde. —Yamanaka-sama miraba el reloj con cierta preocupación.

—Oh, claro. Tengo que irme, en cuanto cumpla las misiones vendré a ayudarte. —la chica se apresuraba a retirarse.

La rubia corría por la aldea sin fijarse en su camino, estaba distraída con sus pensamientos, no encontraba suficiente tiempo para terminar sus misiones y arreglarse para el festival. Eso le turbaba su pensar y no lograba concentrarse.

—¡Auch! Lo siento, lo siento, estaba distraída, perdón. —la Yamanaka había chocado con otra persona, ambos habían caído al suelo. Ino mantenía la vista baja, sobando su cabeza, que se había golpeado con fuerza al chocar con aquél sujeto.

—¿Estás bien? —Ino alzó la vista para tomar la mano que le ofrecía la persona con la que había tropezado.

—Si, ¡Kazekage-sama! —se alejó un poco del pelirrojo. —¡Lo siento, lo siento! No me he fijado por donde iba y...¡seguro se ha hecho daño! Déjeme revisarle, por favor, soy ninja médico.

—No será necesario, gracias. Estoy bien, estaba preocupado por ti, corrías tan rápido que seguro el impacto te ha hecho daño. ¿Seguro estás bien? —el pelirrojo se le acercó, revisando su rostro. Ino estaba comenzando a sonrojarse, el Sabaku No era apuesto.

—No ha sido tan grave, no se preocupe por mí. —Gaara no estaba buscando una herida o golpe en la chica, simplemente le parecía muy bella, incluso, él la había visto venir, pudo evitar el choque, pero la belleza de la chica le había cautivado.

—¿Ibas a algún lado? —la distancia entre ellos era corta.

—¡Mi misión! ¡Lo siento Kazekage-sama, debo irme! —continuó su camino, ya iba tarde y el apuesto Kazekage la había distraído de sobremanera.

—¡Vaya que es lindo! —chillaba la chica al recordar al pelirrojo.

Al llegar al lugar de su misión, se encontró a su ex, quien también había sido llamado al lugar.

—¡Hola Kiba! Dime, ¿he llegado a tiempo? —la chica sólo observaba al Inuzuka en el ligar designado, lo cual le dió un mal presentimiento.

—No, haz llegado a tiempo. De hecho, soy el primero en llegar. —respondió sonriente.

—Que alivio...—suspiró. —Hola Akamaru. —acariciaba al can, quien se le acercó un poco tímido.
Kiba observaba la escena.

—Te extraña. —comentó el castaño aún sonriente.

—¿Sólo él? —sonreía landinamente.

—S-sí, creo, ¡maldición, rubia! Me pones nervioso y me confundes. —Kiba trataba de verse engreído y vanidoso, pero Ino ponía a cualquiera nervioso, sí se lo proponía.

—Calmate un poco, era una pequeña broma. —la chica soltó leves risitas al ver al alterado Inuzuka.

—Eres cruel, Yamanaka. —dijo Kiba cabizbajo.

—No hemos hecho la misión, ¿y ya estás deprimido? ¡Anda, levanta esos ánimos! —la rubia le daba leves palmadas en la espalda.

—Hola Kiba, Ino. —saludó al llegar al lugar, Sakura.

Miss BelieverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora