¿Estarás ahí, conmigo? Quinta parte

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Narrado por Craig.

Pasó un mes más y todo estaba aparentemente tranquilo. 

Ya era común que Bradley me comprara bebidas o panecillos para el almuerzo, acompañándome la mayoría del tiempo en la escuela. Lo único que me preocupaba era Butters. 

Varias veces noté que nos miraba con gesto preocupado a ambos; y en alguna ocasión trató de decirme algo, pero se avergonzó y echó a correr. Desde ese momento, Bradley se juntó más conmigo, alejándose de Butters. Parecía que quería evitar que nos encontráramos. ¿Qué me habrá querido decir Butters?

En fin... no es que me importe, en realidad.

—Hey, Craig, ¿te diste cuenta? —preguntó Bradley, una tarde al salir de la escuela—. Se rumorea que Tweek está saliendo con un chico nuevo...

—Qué bien... por él y eso...

—Y tú... ¿No has salido con nadie más, cierto? —preguntó, sacando un cigarrillo. Al parecer necesitaba fumar cuando estaba nervioso o iba a decir algo importante.

—Deja esa porquería, eres un niño. Y no, no he salido con nadie más, no estoy interesado. Dejaré que pase naturalmente.

—Ya... ¿sigues pensando en Tweek? Pensé que lo habías superado.

—No dije eso, idiota.

—Pues parece que te molesta... mira, Craig. Hay algo que he querido decirte. Como sabes, soy gay...

—Vaya noticia relevante... —interrumpí; Bradley me ignoró y continuó.

—Y puedo entenderte en esto, desde un principio lo hice.

—Al grano, me estás aburriendo.

—De acuerdo, tú lo pediste —dijo y se colocó frente a mí, acercando su rostro demasiado; yo no retrocedí, pero me incomodó una barbaridad—. Me gustas, Craig, desde un principio. Butters me hablaba de ti y supe que eras el chico rudo que yo esperaba. Creo que congeniamos muy bien...

Yo lo empujé, alejándolo de mí.

—¿Qué mierda te pasa, imbécil?

—Siento lo que pasó entre Tweek y tú, de veras, pero si quieres, no sé... darle celos o algo, puedes contar conmigo. Además, en el fondo, sabes que tú y yo somos parecidos; no te queda un chico tierno y dócil, sino alguien rebelde y que no le importa nada una mierda.

Yo le mostré el dedo medio y decidí irme solo a casa; quería alejarme de él. Pero Bradley gritó, tomando el camino contrario:

—¡Piénsalo! No tiene que ser ahora, pero estoy disponible para ti, sólo piénsalo.

Y se fue, el muy imbécil.

Estaba incómodo y enojado, no me esperaba esa proposición tan repentina. Yo pensé que Bradley estaba enamorado de Butters, desde hace mucho tiempo. Quizá era su repentina transformación a chico malo la culpable de esos cambios en gustos. Pero, aun así, no entendía por qué tenía que ser yo su nuevo objetivo. Sabía que no estaba interesado y que mi rompimiento con Tweek seguía afectándome un poco.

¡Pero qué mierda!, todo es una mierda sin sentido.

Entonces recordé el consejo de Token; en realidad nunca lo olvidé, y quizá la razón era que (me costaba mucho admitirlo) extrañaba a Tweek, y mucho.

Pensé, desde entonces, en las palabras de mi amigo, y recordé que, a pesar de los constantes temblores, los temores de ataques terroristas, secuestros y los gnomos, era alguien que me hacía sentir bien, me la pasaba bien junto a él. Trataba bien a Stripe, mi hermana lo quería mucho más que a mí (eso ya era algo); jugábamos videojuegos en equipo y todo era perfecto; cuando logré comprenderlo y aprendí a tranquilizarlo fue mucho más fácil estar con él; todo iba de maravilla entre nosotros...

Creek en un día cualquiera. South Park. Creek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora