La escuela fue un maldito infierno. Primera, porque tenía que ver a Tweek con el rey gilipollas, juntos, tomados de la mano y yendo y viniendo a todas partes; y segunda, porque verlos era una puñalada en mi orgullo y me restregaba en la cara lo idiota que había sido y que lo seguía siendo.
¿En serio tenía celos del chico nuevo? No dejaba de pensar en Tweek, y cada que los veía juntos me llegaba una necesidad imperiosa de patearle las bolas a ese, que alguna vez me cayó bien.
Al menos ya lo tenía claro, pero una parte de mí se negaba a aceptarlo. Sí, estaba celoso y quería estar de nuevo con Tweek, pero mis estupideces me hicieron perderlo. No podía culpar a Tweek, mucho menos cuando fui yo el retardado que le sugirió que saliera con otras personas... supongo que debería estar feliz por él. Sí, debo ser buen amigo... ¡maldición! Esa palabra también me molestaba.
En fin, soy un imbécil.
La buena parte de todo esto era la notable mejora en el ánimo de nuestro pequeño grupo de amigos: Clyde lloriqueó, feliz de que Tweek y yo nos habláramos de nuevo; nos abrazó a ambos y hasta se dignó a compartirnos tacos, anegados en lágrimas; Token nos invitó a jugar videojuegos a su casa, en modo de celebración; y Jimmy, simplemente, tartamudeaba lo feliz que estaba por recuperar al grupo como era antes.
Por suerte para mí, Tweek tenía la sensatez de no llevar al rey gilipollas a nuestras reuniones. Era eso, o quizá Token no lo invitaba a su casa; sea lo que fuere, eso me tranquilizaba y me permitía charlar abiertamente con él. Era casi como antes, hablábamos de cualquier cosa y compartíamos puntos de vista sobre los juegos mierda que vendían ahora, sobre la superioridad de la Ps4 sobre la X-box one... de todo.
Pero cuando estábamos en la escuela, o simplemente en la calle, ahí estaba el rey gilipollas, junto a Tweek. ¿Cómo podía soportar el silencio de ese tipo? Se creía muy cool o algo, y nunca nos dirigía la palabra. Kyle alguna vez mencionó que lo escuchó hablar una sola puta vez, y jamás lo ha vuelto a hacer.
Llegó el invierno y las nevadas junto a él, espantosamente frías. Todos los chicos se abrigaban más de lo normal, incluso yo, tenía que usar una bufanda para proteger mi rostro del aire helado. Al salir de la escuela me topé con Tweek, temblaba de pies a cabeza, y no precisamente por culpa de su desasosiego habitual.
—¿Qué hay, Tweek? —pregunté, acercándome a él mientras daba un respingo.
—¡Gah! ¡Craig! ¿Q-qué hay?
—¿Qué haces aquí?
—Espero a Butters, quiere acompañarme a la cafetería. No sé por qué razón...
—¿Y tu... novio? —pregunté, observando ambos lados de la calle.
—Se resfrió, se encuentra en cama.
—Ya veo, ¿no irás a verlo?
Tweek dudó, mientras se abrazaba para cubrirse del frío, mirando a todas partes menos a mí. Algo me ocultaba.
—Tweek...
—No, no quiero contagiarme...
—Eso es raro...
—Cállate...
—Cuando tuve una simple gripe, recuerdo que fuiste a mi casa y me obligaste a tomar seis medicinas diferentes, luego me diste sopa caliente y me mantuviste abrigado hasta que mis padres regresaron de trabajar.
—¡Es diferente! —gritó. Pareció darse cuenta de su error, se sonrojó y giró la cabeza en dirección contraria a mí.
—Ya que tocaste el tema: ¿por qué estás con él, Tweek? —él me miró con desafío, yo le mostré las palmas de mis manos, para tranquilizarlo—. No te lo pregunto de mala manera, Tweek, sólo se me hace extraño, porque no habla. Y me he preguntado...
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Creek en un día cualquiera. South Park. Creek.
ФанфикÉsta es una historia de Craig y Tweek. Después de los acontecimientos con las chicas asiáticas y el pueblo de South Park, que influyeron en el romance de estos dos. Espero les guste. Tiene referencias a la serie y el juego «the fractured but whole»...