capítulo 1

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La cafetera estaba sobre aquél mueble viejo, juro que si  alguien no lo cambia caerá en pedazos y un mueble como ese no es fácil de arreglar. La señorita Wells lleva dentro de su oficina más de veinte minutos haciendo quien sabe que cosas, a Morgan y a mi nos había hecho esperar para entrar a su oficina y saber quien de los dos obtendrá el ascenso soñado de ambos.

- quiero que sepas, Emma que cuando me den el ascenso te haré mi secretaria - bebió de su café aquél ser que desperdiciaba el aire del planeta.

- no diré lo mismo Morgan, siempre te he odiado - volteó a verme sonriendo mientras una sonrisa brotaba de mis labios - aun que a decir verdad, puedo considerarte un buen conserje.

- ya quisieras Hamilton - colocó su taza sobre la mesa en la que se recargaba.

- la señora Wells ya los espera en su oficina - habló una chica rubia detrás de nosotros colgando el teléfono.

Le dedicamos una sonrisa ambos y caminamos hacia donde nos había indicado la secretaria, no había soltado mi café el cual estaba más frío desde hace quince minutos que me lo hice, para ser honesta no había siquiera dado un sorbo gracias a los nervios que no me dejaron siquiera dormir. Al llegar a la puerta tocó Morgan para escuchar un 'adelante' de Wells.

- gracias - sonreí a Morgan cuando dejó que entrara yo primero a la oficina.

- te pongo como presa a esa feroz anciana - susurró tan bajo que apenas pude escucharlo, reí ante su comentario.

- ¿como están chicos? Tomen asiento - se colocó en su silla de piel del otro lado del escritorio.

Morgan tenía razón, hoy viene más amigable y eso en ella es una alerta roja que dice 'voy a estallar en llamas' siempre suele portarse bien cuando da malas noticias y ataca con palabras a todo aquel que se atraviese en su camino. 'optimismo' lo llama ella.

- como saben el día de hoy le daré el privilegio de ser mi mano derecha a uno de los dos - cruzó los dedos de sus manos golpeando sigilosamente el escritorio - pero para eso - se levantó y camino a su mueble con una cafetera - deben traerme una nota que sea única - recalcó eso último.

- creí que habíamos hecho la prueba final cuando nos hizo que fuéramos al Everest y ver quien era el sexo fuerte - reclamó Morgan.

Y si tal como lo dijo, aquella bruja malvada nos había mandado al Monte Everest hace un mes con tal de ganarle a la revista Hello! Como la más vendida en todo Canadá en menos de una semana.

- Si, eso fue divertido - exclamó.

- ¿divertido? Tuvieron que bajar a Emma con un helicóptero y un tanque de oxígeno - mencionó Morgan.

- es verdad, tuve que pagar mucho para que te bajaran - rió bajo mientras le daba vuelta a su café y dió un trago - creo que me lo debes - me señaló - más bien, me lo deben.

- sólo, díganos ¿ahora que vamos a hacer? - le respondí antes de que Morgan dijera una palabra y le arruinara el día a todo el edificio haciendo que Wells se enoje.

- bien - regresó a su lugar - hace dos días recibí una carta de la directora de un manicomio, ella dice que quiere poner a sus trabajadores a prueba y ver que tan buenos son con los pacientes, ya que recibió varias quejas por los familiares de sus internos diciendo que tenían moretones y habían bajado de peso notablemente - espera, ¿qué?

- no puede ser - se echó sobre su silla Morgan asiendo que esta se hiciera lo más recargable posible.

- no no, este trabajo lo hará Emma.

- ¡¿qué?! --- grité.

- lo harás tú, durante un mes -  se recargó en su silla - podrás llevar contigo una libreta y anotarás todos los días antes de dormir cómo te trataron los trabajadores ese día.

ENFERMO | Shawn Mendes TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora