• Lunes •

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Al despertar estaba recostado en una mullida cama y algo grande para mí, me levanté confundido ya que no estaba ni en la enfermería ni en mi hogar. Por una ventana de la habitación podía visualizar que era la madrugada, me levanté de la cama y vi una mesita con una carta. La carta decía lo siguiente:

"Se te encarga la tarea de cuidar a estas cuatro personas por tu experiencia cómo héroe y por conocimiento de tus amigos cercanos que aseguran que eres una persona paciente y dispuesta a ayudar al resto aunque tu vida este en riesgo. Para más información sobre el quirk del villano y el lugar dónde te encuentras puedes llamar a Recovery Girl.

-Departamento de Héroes"

Me quedé congelado ante la nota con ella en la mano tras haberla leído, detrás de la nota habían algunas palabras escritas, como una advertencia.

"Cuándo estés listo para enfrentarte a los Bakugou, abre la puerta. En caso que quieran atacarte encierrate en la habitación, cuenta con paredes de metal por fuera y son lo suficiente para mantener afuera a los cuatro individuos"

Suspire al leer la nota, no todos me atacarán pero creo que el tercer Kacchan o segundo Kacchan es probable que sí. Me percaté de una nota pequeña con palabras simples y varios emisores.

"Lo siento, Deku, no pudimos hacer nada y no nos dijeron dónde estabas. Pero nos dejaron dejarte esta nota así que buena suerte :3"

De: Uraraka, Iida, Todoroki, Kirishima y Kaminari"

Me sentía un poco feliz al pensar que mis amigos habían intentado intervenir en la decisión del Departamento pero lo hecho, hecho está. Abrí la puerta con cuidado pero al ser la madrugada no había nadie, escuché que alguien rebuscaba algo en la cocina y creo que ya se quién es. Mi habitación está al final del pasillo y hay otras cuatro, dos a cada lado, cada cuarto cuenta con un baño felizmente. Cuándo llego a la cocina encuentro al Kacchan pequeño comiendo unos cereales.

- Buenos días… -susurró ante su atenta mirada.

- Hola… ¿Sabes dónde está la bruja? -preguntó con curiosidad pero con algo de preocupación en sus ojos.

- Ah… ¡Por una semana! Yo cuidaré de ti -dije sonriente para calmar su preocupación - Pero ¿Quién es la bruja? -comenté ante su extraña pregunta.

- Mi mamá y no importa, mientras no tenga que salir todo genial ya que hay videojuegos en mi cuarto -declaró comiendo una cucharada de su cereal con leche - ¿Quieres jugar conmigo? El resto aún no se despierta -preguntó rascando detrás de su nuca.

- ¡Claro Kacchan! -respondí alegre, pasar tiempo con el más pequeño de ellos me sacaba una sonrisa involuntaria.

Los recuerdos de cuándo eramos niños son más los golpes y rechazos que los momentos felices. Pero si puedo aprovechar su compañía daré lo mejor de mí.

- Ya lo sabía -dijo Kacchan de la nada comiendo indiferente.

- ¿Qué cosa? -pregunté curioso ante su afirmación.

- No has cambiado mucho, eres el mismo estúpido de siempre -declaró con una sonrisa ladina caminando a su cuarto.

Sentí mi corazón partirse en pedazitos ante el comentario.

- Kacchan también sigue siendo el mismo de siempre… -respondí con el corazón quebrado siguiendo sus pasos hasta su habitación.

Jugamos videojuegos casi dos horas hasta que escuchamos pisadas fuera del cuarto, por el peso y lentitud de los pasos supe de inmediato que era el Kacchan mayor. Cerré la puerta con seguro por el mero susto.

¡Kacchan Por Todos Lados!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora