Capitulo 9

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El clima en mi ciudad natal era el mejor, no hacía ni mucho calor, ni poquito, estaba agradable.

Cuando llegamos a casa no había nadie, lo cual me sorprendió. Le marqué a mamá y dijo que estaban comprando unas cosas para la fiesta de papá. Me dijo dónde estaba la llave de repuesto para que pudiéramos ir entrando e instalarnos.
Subí a mi cuarto y todo se encontraba como siempre. Comencé a desempacar y Luis me comentó que iría a entregar unos papeles, así que me quede sola.
Al terminar de desempacar, baje al primer piso y me senté en la sala. Entonces vi el armario. El armario donde fue mi primer beso con Carlos. Lo abrí y estaba igual que siempre. Valla, que recuerdos.

Caminé hacia la cocina y comencé a preparar algo de comida. Entonces salí y ahí estaba Milo. Me senté en el césped y se acercó a mi, me olfateo y después se recostó en mis piernas. Yo solo comencé a acariciar su cabello. Era tan suave. Termine mi comida, fui a ponerme el traje de baño y comencé a nadar un rato. Mientras flotaba de el agua, pensaba.

Después de ese beso con Carlos, supe que tenía que estar con el y sobre todo que no podía seguir engañando a Luis. El simplemente no merecía esto. Así que tengo que hacer algo, hablaré con el y le diré qué pasa, estoy segura que el me podrá entender.
Sin embargo algo si me preocupa y es que Luis me está mintiendo sobre algo, no se lo que es pero me está mintiendo y tengo que averiguar que es.

Entonces en un movimiento me fui undiendo lentamente. El agua estaba helada. Si había una de las cosas que tanto me gustaban, era nadar. Lo hacía incluso en invierno. Me relajaba, me hacía sacar un poco mi estrés y eso lo amaba. Al llegar hasta el fondo abrí mis ojos y voltee hacia arriba, ahí estaba el cielo. Los árboles que estaban a los alrededores le daban un toque diferente. Ser un árbol, ¿Qué se sentirá?
Tal vez horrible ya que las personas hicieran lo que quisieran conmigo, pero, imagino también, un columpio que instalaron en mi, entonces veo que un papá y su hija se acercan, la pequeña tiene los ojos vendados, cuando le quitan la venda sus ojos se iluminan al ver el columpio. Entonces en sus ojos puedo ver que ese será su lugar. Irla viendo crecer y saber que tenemos un vínculo. Un día la chica decide escalarme, conocerme. Sube tan alto que casi puede ver toda la ciudad. Es hermosa. Acaricia mi tronco con la yema de sus dedos, lo hace tan delicadamente. Verla crecer y convertirse en mujer. Y aún de grande, que siga estando conmigo. Un día ya no verla, ni al siguiente día, ni después del siguiente día. Y así sucesivamente ver cómo las personas se van.

Me hizo falta el aire y subí a la superficie. Me senté en la orilla de la alberca. Corrió aire y se me puso la piel helada. Me dio frío. Así que me levanté y fui a recostarme un rato en el césped. Contemplé el cielo, así nada más, en un rato no supe mas.

Me despertó el ruido de la tapadera de la alberca. Abrí mis ojos y después vi a mi madre saliendo de la casa. Me levante y la salude.

-Hola mamá.- La abracé.

-Hola cariño.-

-¿Hace mucho que llegaron?-

-No, de hecho hace como 20 mins.- Me miró a la cara. -¿Te quedaste dormida?-

-Si.- Me dedico una mirada de ternura.

-Ve a alistarte para que me ayudes con lo de la cena de tu padre.-

-Está bien.-

Fui a mi cuarto y me bañé. Me puse un vestido rojo de terciopelo, zapatillas rojas que se abrochan del tobillo. Me hice un maquillaje básico y me peine con el cabello recogido.

Al bajar todo estaba casi listo así que me dedique a ayudar a terminar de alistar todo. Los arreglos, las botanas, las bebidas.

Cuando empezaron a llegar los invitados, la casa se fue llenando poco a poco. Ofrecíamos licor, sodas, aguas, etc.

Las fiesta fue un éxito. Lo invitados la pasaron muy bien entre risa y baile, papá al igual que ellos también disfruto muchísimo la fiesta.

[...]

El camino de vuelta a casa fue tranquilo. Callado.

Cuando termine de desempacar la ropa. Me dieron muchas ganas de comer así que ordene una pizza.

Cuando me la estaba comiendo me dieron ganas de comer un pastel de chocolate, así que fui a la repostería y compre uno. El cuál disfrute tanto. Después estaba viendo televisión y al ver en un canal una receta se me antojo y me hice lo que la receta decía. Estaba disfrutando tanto comer, es, extremadamente extraño. Bueno no tanto, creo que es el premenstrual, entonces, me dio olor a tacos de carne asada y le comenté a Luis si podríamos ir a comer eso. Ordene tres tacos y una sincronizada, más un vaso de soda.

Al llegar a casa me recosté y caí en un profundo sueño. Me desperté a las 4:00 am, era demasiado temprano así que fui a correr un poco, al llegar un poco cansada y sin más, me dediqué a hacer desayuno, el consistía en unos waffles con fresas bañados en miel con un vaso de leche.

Ese día me dediqué a leer un poco. Leí el libro 'Cazadores de sombras: Ciudad de Hueso', debo admitir que me pareció bastante interesante y me gustó. Después fui a hacer unas compras, después de las compras le llame a Victoria y nos vimos.

-Oye, ¿Qué día te vas a ver con Carlos?-

Revise la hora y el día en mi celular.

-Demonios...- Guarde silencio un poco. -Es hoy, no lo recordaba.-

El cielo comenzaba a nublarse un poco.

-Demonios, es mejor que me valla antes de que empiece a llover mucho más fuerte.-

Nos despedimos de beso.

-Avísame cuando llegues.-

-Igualmente.- Dijo Vee

Cuando llegué a casa para cambiarme, vi que Luis me había dejado una nota, salió...¿De la ciudad?

Un poco desconcertada comencé a arreglarme un poco. Cuando estuve cerca de la casa en donde nos veríamos, estacioné el auto a unas cuadras. Ya estaba lloviendo así que tuve que correr, cuando me dio flojera pensé ¿Qué más da? Ya estoy toda mojada...

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No lloren en el siguiente capítulo.

XOXO -Nat.

Aun No Te Olvido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora