6: "cita"

12 1 0
                                    

–Sele, ¿como crees que me veo?, ¿es muy elegante o solo como que no quería nada y esto fue lo primero?– Selena tenía su vista pegada en la revista de moda, pero al oír la voz de su hermano alzo su vista haciendo una mueca.

–y tú qué, ¿vas a un matrimonio o una cita?– lo miro coqueta molestandolo y él negó. –muy elegante, quítate eso, ponte una chaqueta verde, la playera blanca con pequeñas palabras en diferentes idiomas y las Adidas, mira– le extendió la revista a Matt mientras ella iba a buscar todo lo que había dicho, algo llamó la atención del chico, volteó revisando su celular, era un aviso, estaba todo listo  preguntando a que hora llegaría, envío un audio diciendo que en unos veinte minutos allá, soltó un suspiro y se cambio, se miró al espejo y decidido saliendo de la habitación, pero se devolvió dejando un beso en la mejilla de Selena.

–Gracias por la ayuda, estorbo.

–De nada, para eso están las hermanas, sin cerebro.

Salió de ahí despidiéndose de su madre caminando a la dirección que muy bien conocía, al estar ya cerca arreglo su cabello el cual estaba muy desordenado, sonrío esperanzado y miró a ambos lados cruzando para llegar al estimado lugar...

Samuel corrió de acá para allá, de allá para acá, viendo que estuviera todo muy bien, gracias a su hermana y su madre estaba todo listo, una cena hecha con mucho amor y paciencia de parte del nombrado, Samuel caminaba intranquilo por toda la sala viendo que su ropa estuviera bien y que no se hubiera despeinado, rió sintiendo el impulso de abrir la puerta y esperar afuera, el timbre fue tocado y todo rastro de nerviosismo al parecer se podía encontrar fuera, tomó entre su mano la manilla y la giro abriendo la puerta viendo directamente a los ojos a la persona esperada con ansias, Gabriela, entró con un vestido negro corto y unos tacones algo altos, su cabello suelto con una pequeña flor de moño, soltó una leve risa al ver la cara de Samuel, estaba pálido, él vestía casual pero aún así elegante, la chica dejó un beso en su mejilla entrando cuando este se hizo a un lado.

Si se preguntan que hace ella ahí, era una cita, la primera cita, de muchas más al parecer, Samuel se había atrevido a decir sus sentimientos siendo correspondido por la castaña, diciendo que le gustaba desde que lo vio el año pasado entrando por las puertas del gran lugar.

La cena fue tranquila, relajada, risueña, extrovertida y atrevida, no en ese aspecto, Samuel bajó la intensidad de las luces, para tomar la mano de Gabriela y así bailar un poco, colocaron algunas canciones de Ed Sheeran, sin llegar a la canción Perfect, lo cual Samuel agradecía, por qué siempre a soñado regalar esa canción a su verdadero amor, aunque el creía que era la chica que estaba junto a él, mal estaba.

Después de reír mucho y hacer una mueca pequeña, tomó las manos de ella pegándola a su cuerpo un poco más.

–Se que tal vez esto te suene raro, de verdad me gustas mucho, y se qué si no lo hago ahora, en un futuro me arrepentire, tal vez, solo tal vez... ¿Te gustaría ser mi novia...?– Gabriela de lo emocionada que estaba solo se lanzó a sus brazos uniendo sus labios en un beso que selló su respuesta, había aceptado, ella había aceptado, Samuel era la persona más feliz del mundo, por lo qué se veía, algunos besos más, unos "te quiero" de ambos, y varios abrazos, el chico se atrevió a decirle que si la llevaba a casa, esta no aceptó ya que había venido en su propio auto, disculpándose con el chico y qué sería a la próxima, se despidieron en la puerta y la chica hizo una mueca ya estando a algunos metros de la casa de su novio, mientras este reía feliz, saltaba y cantaba sin sentido, ver a su hermana y madre entrar por la puerta lo hizo sonreír aún más por lo ocurrido, solo que ambas tenían una mueca en su rostro, ellas creían que la cena era para otra persona, no para una tal Gabriela, el solo dijo: tendré una cita, ¿me ayudan a preparar todo?, y se habían ido creyendo que lo verían a el acá, Laura lo interrumpió.

–¿y que dijo Matt con todo esto...?

Oh, mierda, Matt..., de me olvido contarle pensó con una mueca mirando sus pies.

–Lo entenderá, es mi mejor amigo, ahora lo llamaré y le contaré– entre tanta emoción, se le había olvidado, pero mañana, si mañana le contaría...

🐥°🐥

–¡Parque de diversiones!– gritaron todos juntos cuando Matt ya había llegado, estaban todos menos Samuel y Selena, pero dijeron que igual la pasarían muy bien, el nombrado rió ya que no le había dicho que saldrían con su novio para ver su cara después.

Y era verdad, Matt nunca se había divertido tanto con sus amigos mientras no estaba atento a su amigo, ni enterado si estaba bien o mal, el se estaba divirtiendo, en un juego se subió con Charlie y Bonnie, él claramente al medio, otro iba, Tom, Marco, James y Michael, había sido la montaña rusa para niños más peligrosa a la cual se habían subido en sus vidas, el carro daba vueltas mientras iba subiendo y bajando rápidamente, en partes los dejaba de espaldas y a veces de cabeza, aunque iban bien afirmados, sentían el mundo caerse, en el carro de al frente iban dos niños pequeños con una pareja al parecer de jóvenes de unos quince años, los niños salieron como si nada mientras que los otros dos salían casi con espasmos, así que era su turno de bajar.

Después de comer y beber algo para el azúcar se fueron a sus respectivas casas, Selena lo llenó de preguntas y al escuchar el nombre de su novio lo retó por no llevarla mientras el reía.

Mi Mejor Amigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora