Capítulo 3

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Sonó la alarma, eran las 10 de la mañana. Hacía tiempo que no dormía tan bien.

Me levanté, me preparé un baño con sales minerales. Me dirigía a la cocina para desayunar algo, llegué y obviamente estaba vacía ya que el día anterior no había comprado nada.

Que lista eres Ingrid. Me abofeteé mentalmente.

Cogí las llaves y fui al banco para sacar algo del dinero que mis padres me habían ingresado, y así poder ir a comprar comida.

Antes de ir al supermercado, decidí pasar por una tienda a comprarme un bolso y un monedero, ya que estaba llevando el dinero en el bolsillo de los pantalones.

Acto seguido, compré comida para 1 mes. Iba cargada con 3 bolsas, y a parte el gran bolso que me compré.

Estaba tan solo a una manzana de los apartamentos, pero necesitaba descansar y como no había desayunado decidí parar en una cafetería a desayunar. Entré a la primera que vi, había gente, pero todavía quedaban mesas libres. Me senté en una mesa cerca de la cafetera, ya que me encanta el olor del café. Se acercó una chica rubia de ojos azules que llevaba un uniforme de trabajo. Debía ser la camarera.

-Buenos días, ¿qué desea tomar?-dijo con una gran sonrisa.

-Em… un café con leche y dos croissants por favor.

-Enseguida se lo traigo-se marchó.

Estuve un buen rato observando a la gente que había en aquella cafetería. La camarera estaba sola, tenía todo a su cargo, se veía que estaba estresada, pero aun así no dejaba de sonreír a los clientes. Dos mesas más allá de donde yo estaba, había una pareja, parecían cansados y tenían unas enormes ojeras.

Todos parecían estar estresados, normal, es lunes. Si yo tuviera trabajo, también estaría así.

-Aquí tiene, que aproveche- la voz aquella camarera me sacó de mis pensamientos.

-Muchas gracias- dije amablemente.

Cuando acabé de desayunar, me dirigí a la caja para pagar, obviamente me volvió a atender la misma chica, ya que ella estaba trabajando sola.

-Perdona, ¿No sabrás de algún sitio donde necesiten empleados?-pregunté.

-¡Sí! Aquí necesitamos dos empleados más. Si quieres puedes pasarte algún día a hacer la prueba y si lo haces bien yo misma te contrataré- dijo entusiasmada.

-Claro. Mañana mismo me pasare por aquí. ¿A qué hora?

-A las 7:30 debes estar aquí. Por cierto, me llamo Brooke- sonrió de nuevo.

-Encantada, yo soy Ingrid. Hasta mañana- me despedí y salí en dirección a casa.

Cuando acabé de colocar toda la comida en la cocina. Llamé a mi madre para contarle lo del trabajo, ella me dijo que se alegraba mucho y que lo haría bien. Eso me dio ánimos, la verdad es que aquí a veces me encontraba algo sola y hablar con ella me hacía bien.

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NOTAS:

Brooke es la de la foto:)

Empezando de cero en una nueva ciudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora