Capítulo 1.

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—Puedes quitar esa cara de funeral, por díos —me susurró Jess— si sigues así nos van a descubrir —reclamó.

—¿y qué quieres que haga si acabas de suplantar una identidad de una tipa, que de seguro cuando se entere de lo que hicimos nos podría meter a la cárcel? —dije agitada y con la respiración entre cortada como si hubiese corrido alguna maratón, pero no, sólo eran los nervios.

—No seas exagerada, Lina —reprochó Jess dedicándome una mirada asesina.

—¿Todo bien? —habló el recepcionista haciendo que nos sobresaltáramos.

—Sí, sí...gracias por todo —Jess le dedicó una sonrisa forzada al señor de unos 45 años, quien nos miraba incrédulo y mi amiga rápidamente tomó aquellas maletas y bolsos que simulaban estar llenos —pero que pesaban menos que una pluma— para adentrarse en el hotel, por lo cual la seguí de inmediato.

—¡Señoritas!— el recepcionista llamó nuestra atención.

Mierda, ya jodimos pensé.

—Su habitación queda hacia el otro lado —dijo el señor alzando una ceja, Jess habló tratando de safarse.

—Sí, lo que pasa es que...

Mierda, mierda, mierda, piensa rápido Lina, piensa rápido.

Como si el mundo estuviese conspirando a nuestro favor, un mapa del hotel apareció en mi campo de visión, colgado en la pared y cubierto por una especie de vidrio dándole un toque bastante organizado y lujoso para ser un simple mapa, pero debido al hotel en el que estábamos no me sorprendía.

—A la cafetería, ya sabe, los viajes largos aumentan el apetito —terminé la oración de mi amiga, quién me miraba extrañada. Bajo la aprobación del conserje ante mi respuesta convincente, arrastré a mi amiga hasta la sala que definitivamente resultó ser la cafetería.

—Pero mira lo que eres, ¡una genia!— dijo Jess prácticamente en un grito haciendo que las pocas personas que allí se encontraban nos miraran raro— me siento como una madre orgullosa —exageró mi amiga— crecen tan rápido —fingió quitarse una lágrima de orgullo.

—Que idiota eres— reí nerviosa—
¿podemos sentarnos un momento?— más que una pregunta fue una afirmación, que debido a mi nerviosismo mi amiga no tuvo más remedio que obedecer.

—Ya cálmate Lina, todo está saliendo a la perfección, luego subiremos para encontrar la habitación de los chicos, los acosamos como gordas fans que somos y ya está —mis ojos se abrieron como platos ante tan descabellada locura— ¿Erick será tan guapo como en las fotos?, bah que digo, seguro que sí —fantaseó mi amiga.

—Para un poco, ¿qué es eso de acosarlos?, ¿dónde quedó el "esperaremos hasta que aparezca alguno y le pedimos una foto"?

—¿Quieres quedarte de brazos cruzados esperando que ellos vengan a nosotras?— preguntó sin esperar respuesta de mi parte— eso no pasará jamás Lina, ¿Haz escuchado el dicho de que eres tú quién debe ir por tus sueños porque nadie lo hará por ti?

—Ese no es un dicho, es una frase que...

—Eso no importa— dijo frustrada mi amiga tratando de mantener la compostura y no llamar la atención de ningún trabajador del hotel, teníamos que ser lo menos fan adolescente y era difícil para nosotras encontrándonos en aquella situación.— Podemos hacer guardia en algún piso hasta encontrar alguna pista de en cual habitación están los chicos —comentó.

—¿Sabes la cantidad de pisos y habitaciones que tiene este hotel?, los chicos ya se irían y nosotras aún estaríamos acá tratando de encontrar a alguno— agregué.

—Tienes razón —bufó mi amiga apoyándose en una de sus manos mientras apoyaba su codo en la mesa y hacía un puchero. Se sobresaltó haciendo que la imitara por el susto que me había causado, pero sólo era porque se le había ocurrido otra descabellada idea— que tal si tu distraes al conserje con los guardias haciéndote la desmayada o qué se yo, mientras me meto a su computadora para revisar los huéspedes y...

—No —dije firme.— estás completamente loca.

—Bueno, entonces yo los distraigo y tú...

—No, no y no, no quiero tener antecedentes penales por algo así, sería super estúpido —aseguré mientras Jess ponía los ojos en blanco por mi exagerada razón.

—Ay, está bien, si sólo bromeaba —bufó nuevamente  mi amiga.

—Seguro —respondí con sarcasmo— necesito ir al baño un momento —dije mientras me levantaba.

—Procura lavarte bien esa cara para ver si así disimulas tu nerviosismo  —susurró mi amiga bromeando mientras yo le mostraba la lengua y arrugaba mi nariz.

Mi vista encontró el baño de inmediato, que se encontraba al final del salón en una de las esquinas.

Aún no asumía lo que estábamos haciendo, acabábamos de infiltrarnos en el hotel que se estaban hospedado los chicos, sí, CNCO. Esta vez no sólo estaban en mi país, en mi ciudad, sino que ahora nos encontrábamos exactamente en el mismo lugar, o eso esperaba. No fue fácil pasar desapercibidas entre la cantidad de fans que habían afuera, y no me pregunten cómo Jess logró una identificación falsa que coincidiera con algún hospedado del hotel, porque yo tampoco lo sé, una vez más fui arrastrada a las locuras de mi amiga, con un pequeño porcentaje de voluntad propia de la que ya estaba empezando a arrepentirme.

Aún sumergida en mis pensamientos que me estaban jugando una mala pasada con mis nervios, levanté mi vista para verificar la entrada general al baño, en el cual dentro de este se dividían los sectores por géneros, como de costumbre. Mi vista se distrajo nuevamente sin rumbo fijo mientras mis pies por inercia se dirigían al baño de damas. Apenas di unos tres pasos fui bruscamente pasada a llevar por alguien, logrando que me girara y terminara golpeado mi brazo contrario con la pared, generando un pequeño ardor rápidamente en este.

—Disculpa, ¿estás bien? —preguntó aquella voz que no me di el tiempo para reconocer de quién provenía debido a que miré aquella mancha roja que se formó en mi codo derecho.

—Eso se ve mal —aquella persona tomó mi brazo delicadamente para observar la herida.

No reaccioné a nada más que sólo levantar la vista para encontrar a la persona que estaba a centímetros de mí, haciéndome quedar perpleja con quien me encontré.

—Creo que no es nada que un poco de suero y una venda no puedan...—Richard levantó la vista encontrándose con la mía, y sin terminar la oración quedó observándome.

—Permiso— una voz de una señora que salía del baño de damas nos hizo movernos automáticamente para darle paso a ella mientras entre nosotros se formó una distancia prudente a comparación con la anterior.

—Lo lamento mucho, no...

—Está bien —dije de inmediato. Mi respiración se agitó un poco mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente debido a esto.— Me limpiaré la herida con un poco de agua y ya está —dije tratando de sonar relajada, aunque lo dudo con Richard mirándome tan fijo.

Sin esperar respuesta de su parte me adentré de inmediato al baño de damas quedando parada frente al gran espejo que allí había, me lavé la cara y respiré profundamente deseando alejar los nervios que me invadían.

¿Esto era real?, ¿Acababa de conocer a Richard Camacho?, ¿uno de mis integrantes favoritos de CNCO?, amaba a cada uno de ellos por diferentes razones, pero siempre se tiene su favorito por algún motivo, y Rich —como así lo llamaba— era el mío.

•••

¿Les gustó el primer capítulo?, espero que sí. Sé que quizás les parezca corto, pero los proximos capítulos se pondrán mejor, claro, si así lo desean 🌸.

Gracias por leer 📖💖.

Infiltrada. » Richard Camacho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora