Capítulo 8

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—¿Entonces me perdonan?—me encogí de hombros inocentemente luego de que Richard habló por mí, contándoles que mi misteriosa actitud era por que él me lo había pedido.

—Ahora entendemos todo —dijo Martu sorprendida— ya sabía yo que eso del concurso para ganar entradas era sospechoso, si no, yo me habría enterado de su existencia porque a mi nada de los chicos se me escapa —bromeó haciéndonos soltar unas carcajadas.

—Bueno, creo que a mí me deberás un año de esclavitud —habló Jess— soy tu mejor amiga y no me dijiste nada —se cruzó de brazos.

—Creo que yo podría cambiar esa decisión—habló Richard, pasándo un brazo por mis hombros de manera cómoda y brindándole una mirada pícara a mi amiga.

—Si no es un baile sexy de tu parte, yo paso —dijo Jess, para luego beber de su jugo que estaba sobre la pequeña mesa frente a nosotros.

Martu soltó una carcajada por las palabras de mi amiga y yo me cubrí el rostro avergonzada, no puedo creer que haya dicho eso de manera tan natural.

—Que lastima, pensé que les iba a encantar la invitación que les iba a proponer —dijo Richard divertido, mirando a mi amiga de reojo.

Lo observé confundida, tratando de averiguar que tramaba.

—Bien, creo que ya es hora de irme o me echarán de la banda —rió luego de ver la pantalla de su celular.

—Pero, ¿qué nos ibas a proponer?— preguntó Jess inmediatamente a Richard, para luego colgarse de su brazo mientras subía y bajaba sus cejas.

Richard sacó su brazo de mis hombros para correr un mechón de pelo de Jess.— ya lo sabrás, bonita —le guiñó y acarició la mejilla.

Se despidió de las chicas y lo acompañé hasta la puerta del departamento, y antes de salir se volteó.

—Paso por ustedes mañana, a las nueve de la noche aproximadamente, nos vemos —se dirigió a mis amigas y les lanzó un beso a la distancia, ¿tenía que ser siempre así de coqueto?

No quería exagerar, sabía que era parte de su personalidad, pero a una parte de mí le molestaba ese coqueteo luego de las lindas palabras que me dedicó en la playa. Quizás eran simples señas que no iban con ninguna intención en particular, pero eso yo no lo sabía con exactitud.

Aunque, ¿realmente no quería que Richard "jugara" conmigo?, de todas maneras él se iría en un par de semanas y esto quedaría en un bello recuerdo, para mí, ya que Richard respira y ya tiene chicas queriendo salir con él y dudo que él se niegue demasiado así que, ¿tendría que dejar de pensar demasiado y sólo disfrutar el momento?

¿Por qué mi mente me hacía esta mala jugada otra vez?, ya había dudado de las intenciones de Richard.

Estaba siendo totalmente insegura.

—Hey, mami —Richard llamó mi atención, al parecer, por más de una vez, ya que yo estaba hundida en mis pensamientos.

—Avisame cuando llegues, nos vemos, supongo —dije en forma de despedida.

—¿Todo bien?—preguntó de inmediato.

—No es que sea demasiado tarde y esté cansada —dije irónica.

—Al parecer el sueño te pone de mal humor —bromeó y yo sólo rodeé los ojos. No sé por qué estaba siendo tan inmadura y dramática cuando yo no era así.

—Buenas noches —le di una mala mirada.— deben estar esperándote —dije más tranquila para tratar de disimular.

—¿así te despedirás de mi?— alzó una ceja divertido? mientras yo fingía hacerme la desentendida.— ¿ni un besito de despedida?— susurró para que sólo ambos lo escucharamos.

Infiltrada. » Richard Camacho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora